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martes, 26 de febrero de 2019

EL “PADRE ANGEL” EN LA JAULA DE GATOS.



Fecha: 23  de Enero de 2019
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA 
         Cava Baja, 9
          M A D R I D

Asistentes: Padre Angel (invitado), Marié de Castro, Sandra Fagil, Beatriz Sanz, Tamara Muñoz Calero, Cristina Carrillo,  Sergio Mella, Jesús Díaz, Carlos Chaguaceda, José Manuel Gredilla, José Ignacio Rodrigo, Francisco Hidalgos, Santiago Pedraz, Luis Blázquez, Leandro Crespo, Guillermo Llamas, José Ropero, Alberto Sánchez-Horneros, Jaime Porras, Antonio de la Riva, Enrique Chico, Jacinto Santos, Alonso de la Riva, Gerardo Viada, Miguel Muñoz Calero y Luis Yáñez.
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No creo que haya nadie,  hasta en el  más recóndito rincón de este país, que no conozca la obra que ha llevado a cabo el Padre Angel, a lo largo de toda su vida. Su bien ganada fama, de la que se ha hecho justo merecedor, desde que ejerce su labor pastoral como miembro de la iglesia católica, es debida al constante y permanente sacrificio en beneficio de los demás. No importa que uno sea  creyente o no, pero ante una persona de su condición y talante, que ha sido y es capaz de no regatear esfuerzos y de implicarse en favor de las clases más desprotegidas,  necesariamente uno tiene que rendirse ante esa incesante labor de ayuda y apoyo a los más necesitados. 

 Alguien como él, que sigue a pies juntillas, las enseñanzas del  Evangelio de Cristo, que todos conocen y que muy pocos practican, merece el respeto y la consideración de los ciudadanos de cualquier condición o clase. Su cristianismo es ejemplar, convincente, solidario, auténtico, de esos que tocan la fibra de la sensibilidad cuando uno percibe de lo que es capaz de hacer este cura en beneficio de los que más lo necesitan. De eso se trata Padre Angel, pocos, muy pocos, más bien diría que casi nadie, son los que como tu, han sido capaces de hacerlo y entregarse incondicionalmente  a esta ocupación tan filantrópica. Eres un modelo viviente de solidaridad y sacrificio. Una vida ejemplarizante, cuyo objetivo no ha sido otro que el de paliar las necesidades de los mas menesterosos.

Nació en plena Guerra Civil Española, en el año 1937, en una barriada de Mieres (Asturias), que responde al nombre de La Rebollada. Ordenado sacerdote en 1961 en el seminario de Oviedo, y desde entonces no ha descansado ni un solo momento en su obra social atendiendo a niños y jóvenes discapacitados, inmigrantes desesperados, ancianos abandonados, mujeres maltratadas, drogodependientes y personas  desamparadas. Toda su entrega le ha merecido la pena y se ha visto sobradamente compensado por una sola y sencilla sonrisa de los más desgraciados y desprotegidos. Dice que siendo niño, le sirvió de ejemplo el cura de su pueblo, que se ocupaba noche y día de las víctimas de la Guerra Civil, fuesen del bando que fueren. Buen ejemplo, si señor, y máxime en aquellos tiempos en los que nada era fácil, para que luego digan que si los curas tal y que si cual; ¡ha habido y hay de todo en la viña del Señor!

En la actualidad el Padre Angel  es el párroco de la iglesia de San Antón en Madrid, ubicada en la Calle Hortaleza, que permanece abierta las 24 horas del día. El 17 de Enero los vecinos madrileños llevan a sus mascotas para que reciban la bendición del santo, una tradición que se mantiene desde hace muchos años y que él apoya incondicionalmente, puesto que muchos de los que llevan allí a sus talismanes, no tienen más compañía que la de esos animales. Esta parroquia funciona como tal desde finales del siglo XVIII.  Es una iglesia recoleta construida en el mismo siglo y que se ajusta al más puro estilo barroco neoclásico madrileño, aunque a lo largo del siglo XIX sufrió varias transformaciones, que no se bien le han favorecido arquitectónicamente o no.

Posiblemente algún preboste reaccionario califique  al Padre Angel de transgresor, porque ha roto con aquel cliché del cura de sotana y bonete que estaba siempre al lado del poderoso, que vivía un mundo de prebendas y canonjías y  que jamás supo, ni quiso  distinguir la diferencia entre la limosna caritativa y la ayuda solidaria. Está muy lejos de aquel tipo de cura que escuchaba en confesión al pueblo, con la distancia que marcaba un vetusto confesionario, y se aislaba de sus feligreses desde lo más alto de un púlpito inquisidor o marcando diferencias desde un rimbombante presbiterio; este perfil de cura no se ajusta en nada a lo que es el Padre Angel. 

Que equivocados estaban y están  los que así pensaban y piensan, que no han querido o no han sido capaces de asimilar las  enseñanzas  del Concilio Vaticano II o los mensajes de aquella Teología de la Liberación, que hablaba de un Jesucristo que se oponía al injusto orden social establecido y a los poderes de su tiempo, porque no aceptaba que la justicia debía estar por encima del odio y la opresión y que el pobre era el verdadero miembro de la iglesia que preconizaba su fundador. 

Este Padre Angel, es el antagónico  de todos aquellos que disfrutaban de las riquezas y privilegios en este mundo, y le decían a los sin techo que debían aceptar las desgracias, porque serían recompensados en la otra vida.  El Concilio Vaticano II benefició a todo el orbe cristiano, y de una forma muy especial a la iglesia católica. Una buena parte de los clérigos de aquel tiempo, cambiaron su  forma de pensar. Hubo un antes y un después de aquel evento histórico-ecuménico. Los curas recibieron el mensaje de acercarse al pueblo y convivir con él, con sus penas y sus alegrías, en definitiva abrirse al mundo y tomar conciencia de la necesidad de adaptar el Evangelio de Jesucristo a los tiempos modernos. Fue una etapa de apertura, que lamentablemente también tuvo sus detractores, sobre todo en algunas curias episcopales y cardenalicias,  que no querían perder  la posición de privilegio que durante siglos habían tenido los miembros de la iglesia.

Nadie pone en duda que la iglesia católica, como otras iglesias, han sido las primeras en desarrollar y llevar a cabo obras sociales. Desde siglos atrás las religiones siempre estuvieron en primera línea, atendiendo a  los que padecían enfermedades como la lepra o la peste u otro tipo de enfermedades infecciosas, que tanto reparo y rechazo producían entre las gentes, por miedo al contagio que casi siempre representaba una muerte terrible. Actualmente la iglesia sigue demostrando su compromiso, atendiendo a enfermos de sida, évola u otras de las muchas enfermedades que azotan las zonas más deprimidas del planeta. También, como no, su desvelo en la atención a migrantes y refugiados, es una de sus principales labores humanitarias, fundamentalmente con esas gentes que inician un éxodo incierto en busca de una vida mejor.

El desvelo del Padre Angel a través de su parroquia, es atender durante las 24 horas del día a todo aquel que precise cualquier tipo de la ayuda que sea. Pero es consciente que las penurias físicas de primera necesidad, como mitigar el hambre y el frío de niños, mujeres o ancianos, es lo primordial desde su perspectiva humanitaria. De ahí que le resulte incomprensible, que ante tantas necesidades y miserias, las iglesias permanezcan cerradas, cuando podrían atender a los más necesitados con los primeros auxilios.

El padre Angel está convencido, que las conclusiones del Concilio Vaticano II, convocado por el papa Juan XXIII en 1962, fue uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX. Hoy, felizmente la iglesia católica está en perfecta sintonía con todos ellos postulados. Es verdad que en aquel momento, los sectores más inmovilistas no estaban de acuerdo con que la iglesia se adaptara a las exigencias de su tiempo, lo cual de alguna forma produjo un notable retraso, impidiendo que la misma se hubiera actualizado con su época, pero gracias al empeño y al esfuerzo de la gran mayoría de sus miembros, consiguieron con su ejemplo y su empeño, reconducir una situación que estaba alejando a las gentes de una iglesia en la que habían depositado toda su confianza. 

Para hacer el bien y conseguir un mundo mejor, no es condición “sine qua non” ser cristiano o católico; nadie tiene el patrimonio de la bondad. Cualquier ser humano de la raza, ideología o tendencia que sea, puede ser un gran virtuoso y un benefactor. Tenemos ejemplos muy claros de colaboración desinteresada de gentes  que están comprometidas en organizaciones, que se sacrifican en ayudar a los más necesitados, y no militan ni pertenecen a ningún movimiento religioso. 

Hoy la sociedad es más solidaria que nunca. Sirva como ejemplo el caso del niño Julen, que cayó a un pozo en la comarca de Totalán (Málaga), y la respuesta general ha sido verdaderamente abrumadora, tanto con medios mecánicos como humanos. Desde el primer instante en que se conoció la noticia, todos se brindaron a colaborar en las labores de rescate, haciendo lo humanamente posible. Es un ejemplo de que la sociedad actual, con todos los defectos que pueda tener, en los momentos más críticos, responde de una forma desinteresada, haciéndose participe de la angustia y el dolor de los familiares. Eso se llama solidaridad. Podemos estar satisfechos de esta sociedad, que es capaz de sacrificarse hasta extremos insospechados, cuando se trata de prestar ayuda a un necesitado en cualquier tipo de catástrofe.

No todos son parabienes en la labor del Padre Angel, por supuesto que es querido y admirado por la gran mayoría de los madrileños, sobre todo por sus feligreses, pero es polémico y cuestionado para ese sector reaccionario, que no es capaz de ver más allá de dos palmos, sin tener la más mínima proyección de grandeza y de futuro. Porque la iglesia de Cristo, sin duda la más perseguida durante siglos por sus detractores, tiene la necesidad de convencer a las gentes con su ejemplo y con permanentes acciones de generosidad, y aquí el Padre Angel es todo un referente. 

La iglesia verdadera es la iglesia de Cristo, que vino a este mundo a traer la paz, el amor, el perdón y  convivir con las clases marginadas, y no esa otra iglesia apartada del pueblo, que no quería participar de sus problemas. Hoy el que sigue las enseñanzas de Cristo es el papa Francisco, al que muchos tachan de rojo y de comunista, en el tono más despectivo, por el mero hecho de convivir estrechamente unido al pueblo, y estar presente allí donde se haya producido cualquier tipo de desgracia o catástrofe. Bueno es que a un papa como Francisco se le señale como populista, por acudir en ayuda de los que más angustiosamente lo necesitan.

Las personas que van a la iglesia de San Antón, por regla general, no tienen hogar y se acercan allí a tomar un pequeño refrigerio y evitar el frío de las crudas noches de invierno. Un café o un caldo caliente, depende en que momento y situación, puede ser el mejor manjar del mundo. 

En la iglesia, hay un libro donde cada uno puede dejar sus reflexiones y sus pensamientos, y curiosamente la gran mayoría coincide, en que esta debe ser la forma de actuar de la iglesia en la que ellos creen y que es la que les llena plenamente. Es entrañable ver a personas, que ante la desgracia de un semejante, son capaces de sensibilizarse ofreciéndoles una caricia,  mirarle a los ojos y tener una palabra de aliento y de consuelo,  conscientes de que no tienen a nadie en quien apoyarse y con quien compartir las penurias de su trágica vida. 

¿Cómo se llena la existencia de estas personas que sufren? La oración  está muy bien, pero solo con rezar no es  suficiente. Hay que querer desinteresadamente a la gente, y que nos duela en nuestro interior las desgracias ajenas.  Además es necesario compartir algo de lo nuestro, con aquel que no tiene nada y más lo necesita.

Estas Navidades pasadas una asociación invitó al Padre Angel a llevar los regalos de Reyes a  niños que padecen cáncer en estado terminal, en el Hospital de La Paz de Madrid. Saber que algunos de esos niños no tienen solución y se van a morir en unos días, teniendo presentes y angustiados a sus padres al pie de sus camas, es de una tristeza y una aflicción, que a uno le provoca un gran abatimiento y un enorme dolor. Si los que sienten y viven directamente estas tribulaciones, no son auténticamente solidarios, que venga Dios y lo vea. Al final uno sale de allí, con la sensación de que hay mucha gente buena, que es capaz de ofrecerse sin reservas de ningún tipo y compartir el dolor y la angustia con los que más sufren.

Es cierto que las organizaciones no gubernamentales, (ONG), nacen por la falta de compromiso y responsabilidad de los gobiernos de turno, sean del color que sean, los cuales por ley debieran estar obligados a buscar las soluciones para que ningún ciudadano español, que es lo que nos ocupa en este momento, mal viva sin tener lo mínimo elemental asegurado, para una digna subsistencia. No es de recibo que se habiliten partidas en los Presupuestos Generales del Estado, para cuestiones de menor importancia, cuando un elevado porcentaje de la ciudadanía se muere de hambre y de frío. Es una falacia que en elecciones los políticos se comprometan a dar cobertura a los necesitados y cuando llegan al poder se olviden olímpicamente de ellos. Así jamás conseguiremos un mundo justo y solidario.

En su permanente deambular por aquellas zonas donde la tragedia ha hecho acto de presencia, dejando a su paso calamidades y desgracias, y ante el espectáculo macabro de tantos mutilados y muertos, uno se pregunta; “¿dónde está Dios?”, y hay que tener mucha entereza y fe, para no entrar en un estado de rebeldía. Recuerda perfectamente el terremoto de Haití en el año 2010, cuya visión era realmente dantesca, y a la vista de tanta desgracia un obispo hizo unas inoportunas e improcedentes manifestaciones diciendo que aquello, “había sido un castigo de Dios”, lo que suscitó múltiples críticas, reproches y censuras, ante tamaña y bárbara expresión. Ese Dios que gentes como el Padre Angel preconizan, es un Dios bondadoso, un Dios que nunca castigaría a un pueblo como el haitiano, un pueblo tercermundista donde el hambre y la miseria presiden secularmente la vida diaria de sus gentes. Ese Dios que castiga al débil, al pobre,  es imposible que exista. ¡Ese no es el Dios de los cristianos!.

El ser humano nace para ser feliz aquí y no en el otro mundo, por eso cuando dice, supongo que de una forma coloquial, la 4ª Bienaventuranza del catecismo; Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”; resulta cuando menos un tanto irónico, que alguien que está viviendo en la miseria, encima tenga que dar gracias por ello. ¿Quién no tiene dudas ante situaciones límite, que uno haya visto o incluso vivido?

Que el Padre Angel no es solamente un teórico, lo prueban  numerosos hechos,  como por ejemplo el haber sido el fundador en el año 1962 de la ONG “Mensajeros de la Paz”, cuyo proyecto aparte de espiritual, es social y cultural, y sobre todo sin “ánimo de lucro”. Sus objetivos principales son los siguientes: 1) Protección a la infancia. 2) Promoción de la mujer victima de la violencia machista. 3) Cuidado de personas discapacitadas físicas y psíquicas, así como mayores. 4) Integración de los inmigrantes. 5) Atención a familias sin recursos y personas sin hogar.

Estoy convencido que no hay una finalidad más altruista que los objetivos con los que se ha fundado esta ONG. Son 51 años de compromiso, lucha y entrega al servicio de los demás, que ponen de manifiesto la grandeza de espíritu de quienes trabajan desinteresadamente en una tarea tan generosa y solidaria. Hace algo más de 2 años el Padre Angel ha impulsado un proyecto, con el objetivo de ofrecer cenas gratuitas a personas sin hogar. Se trata de una cadena de restaurantes con el nombre de “Robin Hood”, cuyo primer local ha sido abierto en Madrid, el cual funciona como un establecimiento normal de hostelería hasta la 7 de la tarde, y a partir de esa hora sirve cenas gratuitas a personas desfavorecidas. ¿Cómo se llama esto?; me reitero si digo por enésima vez, esto se llama solidaridad.

Las ONGs se financian en un  alto porcentaje,  (82% aproximadamente), de organismos oficiales, y el resto de donativos particulares de gentes que quieren colaborar desinteresadamente con este tipo de proyectos.  En Mensajeros de la Paz, estamos abiertos a recibir  todo tipo de ayudas, como prendas de vestir y de abrigo así como otro tipo de enseres que palian muchas de las necesidades de los que allí acuden. Aquel que no tiene nada, recibir una simple bufanda es para él una auténtica bendición.

¿Es o no es el Padre Angel un permanente y constante ejemplo de solidaridad? ¿Puede alguien cuestionar su desinteresada implicación? ¿Por qué allí donde vaya, es homenajeado y respetado, en reconocimiento a su labor humanitaria? Todo tiene su explicación, el pleno convencimiento de que la ayuda desinteresada a los que menos tienen y más sufren, es un compromiso con su ideología cristiana que se fundamenta en el Evangelio de Jesucristo.

Nos dejó reflexiones y consideraciones, que tienen una raíz fundamental, el amor al prójimo y su gran preocupación por los que más lo necesitan. Aquí no hay populismos, ni la búsqueda del aplauso y la fama, aquí lo que hay es verdad y autenticidad.
               

“Hay cosas que los políticos son incapaces de generar, el cariño a los semejantes y la vocación de ayuda a los que no tienen nada”.
“Muchas veces tiene más miedo a los creyentes, que a los  no creyentes. En ocasiones, estos últimos tienen unas creencias mucho más firmes,  que aquellos que se jactan de ser los verdaderos poseedores de las más firmes convicciones”.
“Posiblemente, uno de los problemas más serios, por los que atraviesa la sociedad actual, sea la soledad”.
“Por regla general el ser humano es solidario, por eso no está de acuerdo con el aserto, de que el hombre es lobo para el hombre, aunque ello se refleje en las Sagradas Escrituras”.
“La mayor felicidad de la que puede disfrutar el ser humano, es tener alguien a quien querer y alguien que le quiera”.
“Como sacerdote, lo mismo bendigo a una pareja heterosexual como homosexual, y en este tema no acepto ningún tipo de objeciones, puesto que si bendigo a miles de animales, podré también bendecir a dos personas que se quieren”.
“Hay que enfrentarse a esa iglesia rancia y obsoleta, que pretender hundirla esos fariseos e inquisidores, que no quieren la evolución de la misma”.
“Todos somos hijos de Dios tanto los que creen como los que no creen”.
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Son centenares los homenajes y premios nacionales e internacionales que ha recibido el Padre Angel, a lo largo de su dilatada actividad desde que fue ordenado sacerdote. Enumerarlos aquí uno por uno, sería muy laborioso y necesitaríamos muchas páginas; por eso citaré uno solo: Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. También hay un clamor social importante, que pide se le conceda el  “Premio Nobel de la Paz”; estoy convencido que nadie pondría objeción alguna.
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Ha sido un honor para este Foro haber tenido al Padre Angel como invitado. Personas que obran  como él, hacen que uno llegue al convencimiento,  que en este mundo súper materializado,  sigue habiendo gente buena, que se preocupan por los demás y que predican con el ejemplo, sin pedir nada a cambio.

De eso se trata querido Padre Angel, pocos, muy pocos, los que como tu han sido  capaces de hacerlo y  entregarse incondicionalmente a este menester, tan filantrópico. Eres un modelo viviente de solidaridad y sacrificio por los demás. Una vida ejemplarizante, cuyo objetivo no es otro que el de paliar las necesidades de las clases más necesitadas.

Gracias por haber departido con nosotros en un día tan especial. Hemos aprendido muchas cosas de ti, pero si tuviera  que destacar una entre  tus muchas virtudes, sin duda sería  la de hombre bueno, calificativo que parece sencillo, y que lo es, pero que encierra un gran compendio de virtudes que muy pocos poseen. Este curilla bonachón y sencillo, si las tiene.
Gracias por todo Padre Angel. Hasta siempre.
Por: Luís Yáñez.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Era de lo poco que os faltaba a vuestro foro. Un personaje como el padre Angel, ejemplo viviente de solidaridad y de sacrifico por los desprotegidos. Soy un asiduo seguidor de vuestro foro, y la humanidad de este cura me ha llegado al alma. Os felicito por haberlo traído y que haya podido explicar alguna de las muchas acciones benéficas que lleva a cabo. Virgilio Ochoa. Madrid.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el Padre Angel; la bondad no es patrimonio de nadie y mucho menos de aquellos que creen que solamente ellos pueden ser los elegidos, que son los únicos capaces de llevar a cabo acciones de ayuda humanitaria. La gente buena está en los sitios que uno menos se espera. Allí donde la miseria y la pobreza que no es el mejor caldo de cultivo para la generosidad, aparecen frecuentemente gentes de un corazón sano y bueno. Pedro L. Alonso. Zaragoza.

Anónimo dijo...

Ha habido muchas razones para que una gran mayoría de personas dejarán de creer en la labor que debieran llevar a cabo los curas. Pero de vez en cuando surgen ejemplos como el Padre Angel, que le hacen a uno creer de nuevo en que en este mundo tan materializado, quedan gentes capaces de sacrificarse hasta extremos incomprensibles, para ayudar a los demás. Me ha agradado mucho leer vuestro resumen en el que se deja entrever la bondad que emana este cura asturiano. Amando Pardo. Avilés. Asturias.

Anónimo dijo...

Que el Padre Ángel es un sólido seguir de las tesis del Concilio Vaticano II, es una verdad como un templo. La ayuda humanitaria que el lleva a cabo es una prueba de que podría haber sido en su día uno de los miembros fundadores de la Teología de la Liberación. ¿Porque no copian de él, los ministros de la iglesia?. Orencio Losada. A Coruña.

Anónimo dijo...

Considero que el Padre Angel es un exponente claro y rotundo del HUMANISMO cristiano. Un ejemplo que en muchas ocasiones resulta incomodo para los altos dignatarios del iglesia católica. Predica con un ejemplo que frecuentemente levanta "ronchas" en aquellos que quisieran mantener el estatus que han tenido durante siglos. Magnífico personaje. Federico Salvatierra. Valladolid.

Anónimo dijo...

Gestionar desde hace más de 50 años una ONG de la magnitud e Mensajeros de la Paz y ahora haberse embarcado en una iniciativa como el restaurante Robin Hood, no debe ser nada fácil. Está visto que el padre Angel puede con todo, supongo que en todas estas gestiones tendrá un equipo muy especializado que le ayude, sino me parece imposible que alguien pueda llevar a cabo estos trabajos. De todas formas es encomiable lo que él hace. Llevar a la práctica unas ideas de esta magnitud, es para rendirse. Juan Miño. Madrid.

Anónimo dijo...

Mas de uno nos hemos preguntado en varias ocasiones, ante desgracias en las que han perdido la vida un número importante de seres humanos; ¿Dónde está Dios? Te hace pensar que ese Dios que es justo y bueno ha sido suplantado por el Dios de la ira, el Dios castigador que no perdona. Ese no es el Dios en el que creen los cristianos de buena fe, ese Dios no puede existir. El padre Angel representa al Dios justo y bueno, sus obras hablan por su solas. Sigamos su ejemplo y sus enseñanzas. Teodoro Miralles. Madrid.

Anónimo dijo...

¿Como hay gente que tiene la desfachatez de criticar al Padre Angel?. Y lo peor de todo es que buena parte de las criticas provienen del seno de a propia iglesia católica. Incomprensible, pero resulta que es cierto. Jordi Vergés. Tarragona.

Mississippi dijo...

El padre Angel es un gran tipo pero si puede ser criticable (educadamente)como personaje público que es.
Yo oigo a "supuestos" socialistas criticar a Pedro Sánchez que aparte de sacar del Gobierno al ínclito e inicuo Rajoy ha situado al PSOE en el primer lugar en las encuestas cuando se encontraba en la cuarta y abocado al ostracismo.
Hay críticas absurdas Jordi pero.......

Anónimo dijo...

El padre Angel, es uno de esos curas en los que hay que creer. Su postura siempre del lado del menesteroso es una prueba inequívoca de su condición de buena persona, de sensible y de humano, ante las injusticias y las desgracias que siempre caen del lado de los pobres. Su labor reconocida por todo el mundo es una prueba más de su extraordinaria calidad humana. Jorge Mendieta. Valencia.

Anónimo dijo...

Si todos los curas fueran como el Padre Angel, las iglesias estarían atestadas de fieles. Este cura si predica la palabra de Cristo. Amigo de los pobres, y ayudando a todo aquel que lo necesita. Así es como debieran ser todos los curas. Me ha gustado mucho lo que habéis recogido en el resumen de vuestra tertulia, de palabras y frases que ha dicho él. Seguro que me animaré algún día a visitar la iglesia de San Antón. Manuel Domínguez. Madrid.

Anónimo dijo...

No conozco personalmente al Padre Angel, pero si por referencias de amigos míos que han tenido una buena relación con él. Además no hay más que leer en las redes sociales todo su periplo a lo largo de su vida, socorriendo a los mas necesitados, para hacerse una composición de lugar de la categoría humana de este sacerdote, que predica con el ejemplo, enfrentándose en muchas ocasiones a tirios y troyanos. Aquellos que cuestionan sus acciones son esa clase de gente que con un revés oscuro que creen todos son igual que ellos. Habría que hacerle un monumento a este cura ejemplar. Andrés Colón. Madrid.

Anónimo dijo...

Posiblemente sea una indiscreción la pregunta que le formulo al Padre Angel, por el cual siento un verdadero respeto, por la gran labor que lleva a cabo desde hace muchos años. ¿Si vendiera todos lo tesoros del Vaticano, se acabaría con el hambre el mundo?. Gracias. Jorge M. do Paso. Porto. (Portugal).

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que manifestáis en vuestro resumen. El Padre Angel es un auténtico ejemplo de solidaridad y de concienciación por la situación de los más desgraciados. Si alguien es capaz de cuestionar su forma de actuar, es que no sabe lo que es la necesidad y la ayuda humanitaria. Hermógenes Duro. Madrid.

Anónimo dijo...

Fenomenal entrevista la que le han hecho al Padre Angel en el diario El Mundo, donde ha dejado muy claro cual es la función de la iglesia en su criterio, siguiendo las instrucciones del Papa Francisco. Ramón Cruz. Zamora.

Anónimo dijo...

¿Que es un modelo ejemplar de lo que debe ser una sacerdote?, de eso no me cabe la menor duda. Un cura como el Padre Angel que se desvive por los más menesterosos, a veces rayando la linea roja que traza la propia iglesia a la pertenece, ero que nadie puede negar que a pesar de recibir algún que otro correctivo de sus superiores, él sigue erre que erre en su labor de ayuda a los que más lo necesitan. Muchos como él son lo que hacen falta, y no filípicas y reprimendas de muchos de sus compañeros desde el púlpito, en los que nadie puede reprocharles nada. Aurelio Menasalbas. Toledo.

Anónimo dijo...

Muy difícil llevar a cabo la labor que desde años está llevando a cabo el Padre Angel. Es verdaderamente importante y en muchos casos no reconocida. Por ejemplo desde la misma iglesia católica, hay un sector reaccionario, que critica e incluso pide a instancias superiores, que se le reprenda e incluso que se le castigue, porque según ellos a templos no deben ser para albergar a pobres y para darles algo de comer.¿Para que entonces?. Sabio el Evangelio con sus parábolas, cuando Jesucristo expulsó a los mercaderes del templo. Que tomen ejemplo. Carlos S. Alonso. Palencia.

Anónimo dijo...

No llego a entender como alguien, que los hay, que critican la labor que está llevando a cabo el Padre Angel. Incluso desde el propio seno de la iglesia católica, algunos cuestionan su gran labor humanitaria. Es incomprensible que alguien sea capaz de menospreciar su labor, me gustaría conocer a estos personajillos, para decirles todo lo que ha conseguido este cura que es ejemplar hasta para los que no creen en nada. Claro que a él le importa muy poco las críticas y sigue erre que erre en su firme labor socorriendo a los más menesterosos. Un verdadero ejemplo Padre Angel, su trabajo es encomiable, aunque algunos ignorantes no sepan lo que hace usted. Héctor Menor. Madrid.

Anónimo dijo...

Padre Angel, gente como usted son los que hacen grande a la Iglesia Católica. Gente que predica con el ejemplo, que se sacrifica permanentemente por lo demás, sin importarle que algunos desalmados (no merecen otro calificativo), critiquen su labor de apostolado de lo que debe ser una iglesia que está para servir a los más pobres. Siga así Padre Angel, la gran mayoría le apoyamos y valoramos su labor. Gracias de todo corazón. Julia Gago. Zaragoza.

Anónimo dijo...

Ejemplo viviente de una vida dedicada a favorecer a los mas menesterosos. En más de una ocasión he leído alguna que otra crítica hacia la labor del Padre Angel, las menos por supuesto, pero lo triste es que alguien critique lo que un cura párroco de una iglesia de Madrid hace por los demás sin beneficiarse de absolutamente anda, es algo deplorable. Todos los que gratuitamente se dedican a la crítica y a la censura, por regla general, no hacen absolutamente nada por los demás, por los que de verdad lo necesitan. En fin, su labor ahí queda y una inmensa mayoría, entre los que me encuentro, le aplaudimos. Que siga así Padre Angel. Roberto Milán. Madrid.

Anónimo dijo...

Dicen que desde el propio seno de la iglesia católica hay miembros de la misma que critican y menosprecian la actividad que lleva a cabo el Padre Angel, parece imposible que así sea, pero por lo que aseguran esto es cierto. ¿Hay una labor más ejemplar que la que lleva a cabo este párroco madrileño, siguiendo la idea de Cristo, ayudando a los más necesitados y dándole solución a los problemas que tienen?. En todas las instituciones, por regla general en puestos destacados hay auténticos fariseos, en la iglesia, como no podía de otra manera, parece ser que abundan. Es triste, pero es así. María del Pilar Buendía. Santa Cruz de Tenerife.

Anónimo dijo...

Jamás entenderé como es posible que miembros destacados de la iglesia católica critiquen de una forma virulenta la labor que está llevando a cabo el Padre Angel desde que fue ordenado sacerdote. Hasta en las organizaciones que predican que la envidia y desprecio son pecados capitales, hay personajes indeseables. Lo que no entiendo es como los grandes prebostes de la iglesia no toman acciones contra estos "pájaros", mejor les iría. Carlos Hueto. Alicante.

Anónimo dijo...

Yo creo que el Padre Angel es un digno representante de la Teología de la Liberación, aquella corriente teológica cristiana nacida en la década de 1960 después del Concilio Vaticano II y la Conferencia Episcopal de Medellín, donde se realza de una forma rotunda que el Evangelio de Jesucristo se debe inclinar preferentemente por los pobres. El Padre Angel es un seguidor al pie de la letra de esta corriente; siempre estará al lado de los más desprotegidos y no regateará esfuerzo alguno por ayudar a aquellos que de verdad lo necesitan. Un ejemplo en vida. Evaristo Salcedo. Madrid.

Anónimo dijo...

El pasado día 17 de este mes estuve en la iglesia de Sa Antón de la calle Hortaleza de Madrid parroquia del Padre Ángel, donde acudieron una infinidad de personas con sus mascotas a que las bendijera el Padre Ángel. Fue un espectáculo lleno de emoción y fervor, que puso de manifiesto el cariño que muchas personas tienen a los animales, no esos animalistas que se emocionan ante un documental pero que son incapaces de cuidar un animal en su propia casa. Yo por supuesto tengo en mi casa un perro y un gato y los cuido como mejor puedo y se, aunque tampoco presumo de animalista, ni por supuesto no saco al perro vestido como un payaso con ropa humana ni tampoco botas de goma, ¡una ridiculez! La naturaleza que es muy sabia le da a perros y gatos el pelo suficiente como aislante del calor en el verano y del frio en el invierno. No son seres humanos, son animales que debemos cuidar pero no como si fueran personas, de estas hay un buen número de desprotegidas que pocos se dedican a cuidarlas y ayudarlas. Jerónimo Álvarez. Madrid.