Fecha: 27 de Marzo de 2017
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA
Cava Baja, 9
M A D R I D
Asistentes:
Vicente del Bosque, (invitado), Toni Grande, Mariano Fernández Bermejo,
Jacinto Santos. Paco Jiménez, Guillermo Llamas, Leandro Crespo, Antonio Ruiz
Pozanco, Francisco García (Frasquito), Juan Chaves, Tamara Muñoz Calero, Javier
Ruiz de Asín, Enrique Zavala, Gonzalo Ybáñez, Ricardo Goizueta, Jaime Porras,
Javier Bermejo, Javier Menéndez, Antonio
de la Riva, Alonso de la Riva, Enrique Chico, Gerardo Viada, Ana Morales,
Fernando Ramírez de Haro, Alberto Sánchez Horneros, Miguel Muñoz Calero y Luis
Yáñez.
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Sin duda
alguna Vicente del Bosque es el entrenador más laureado en la historia del futbol mundial. Así de rotunda es la
realidad. Es una evidencia indiscutible. No hay más que ver su score de éxitos
para comprobar que su trayectoria supera
de largo todo lo imaginable. Son muchísimas las virtudes que jalonan el
recorrido de Vicente del Bosque en sus años como futbolista y como entrenador;
pero si hay algo destacable por encima de todo, es su bonhomía y su condición
de extraordinaria persona.
Uno puede pasar por la vida dejando huella de una
gran profesionalidad, que no es poco, pero que su talla
humana sea reconocida por todos sin excepción alguna, es privativo de
unos cuantos, solo de los mejores, y Vicente está entre esos elegidos. A nadie le regalan nada, uno tiene que ir
labrando su prestigio y su crédito a lo largo de su vida, con acciones y
actitudes auténticas, que al final son el ser fruto de una forma de ser que va conformándose desde niño en un carácter propio, con la
singularidad del acento más genuino que define la personalidad de un individuo.
Este
deportista y técnico único, que ha sabido transmitir los valores más esenciales
del deporte, es el arquetipo de la sencillez y de la humildad, virtudes que hoy
por hoy lamentablemente están reñidas con una gran mayoría de aquellos que han
saboreado o saborean las mieles del éxito. Vicente del Bosque, no se ha dejado
influir por el oropel de los triunfos, y
ha sabido sortear con elegancia los “cantos
de sirena”, que sabe muy bien que son efímeros y que al final no conducen a
ninguna parte.
Nació en Salamanca
el 23 de Diciembre de 1950. Desde los 16 años que empezó a jugar en serio en el
CD Salmantino, Plus Ultra, Castellón y Córdoba hasta los 34 años que se retiró
en el Real Madrid, en cuyo club escribió sus mejores páginas en los 11 años que
estuvo en el primer equipo merengue, donde ganó 5 Ligas y 4 Copas. Vistió
además la camiseta del equipo nacional en 18 ocasiones. Como entrenador y
seleccionador nacional consiguió títulos que nadie hasta al momento ha podido
alcanzar: 2 Ligas, 1 Supercopa de España,
2 Champions League, 1 Supercopa de Europa, 1 Copa Intercontinental, 1 Eurocopa y
1 Copa del Mundo selecciones nacionales, amén de otros muchos trofeos, que
no es que no fueran importantes, sino que necesitaríamos extendernos en demasía
en este resumen para citarlos uno a uno. Fue galardonado y condecorado como el
mejor entrenador de Europa y del mundo por la UEFA y la FIFA. Doctor Honoris
Causa por la Universidad de Castilla La Mancha. Gran Cruz del Mérito Deportivo.
Por su extraordinario palmarés y sus valores deportivos el Rey Juan Carlos I,
le concede el año 2011, el título nobiliario de primer “Marqués
de Del Bosque”.
Cuando deja el
fútbol profesional formando parte de la
plantilla del Real Madrid, se incorpora como técnico a las categorías
inferiores del club, y aunque debutó como entrenador del primer equipo tras la
destitución de Benito Floro, volvió nuevamente
a la cantera blanca donde permaneció hasta que en la temporada 1999/2000, año
en que se le encarga la dirección del primer equipo cuyo cometido desempeñó
hasta el año 2002, pero curiosamente no
se le renueva el contrato pese haber conseguido éxitos por doquier. Tras su
paso por el Besiktas turco la temporada 2004/2005, el año 2008 es nombrado
seleccionador nacional en sustitución de Luís Aragonés, en cuyo cargo permanece
hasta el año 2016; ocho años al frente del equipo nacional en el que dejó su
sello personal en una selección inigualable.
En su periplo
como técnico siempre estuvo acompañado por Toni Grande, como segundo
entrenador, Paco Jiménez, ojeador, Javier Miñano, preparador físico y José
Manuel Ochotorena, entrenador de porteros; prueba inequívoca de que él siempre
creyó en ellos, como ellos creyeron en él, lo cual redundó
en una carrera de éxitos brillante.
Ganaron muchas cosas, pero como él dice, también se han dejado otras muchas en el
camino. No todos son éxitos en su trayectoria, también ha habido fracasos, si
bien es cierto que los logros superaron sobradamente a las frustraciones. Como en cualquier actividad de la vida, hay
que aprender a ganar y a perder, algo fundamental, si uno no quiere morir de
éxito o vivir psicológicamente afectado. Ningún deportista en la historia ha
ganado siempre, aquel que sabe aceptar en todo momento las situaciones más delicadas,
acabará teniendo una fortaleza y un equilibrio emocional que le servirán para
asimilar las derrotas y no creerse nunca un ser único por las victorias que
haya podido conseguir. Todo es efímero y el que crea lo contrario vive en una
burbuja de vanidad que no le llevará a ningún sitio.
Cree que es
bueno no perder nunca la perspectiva del pasado después de tantos años en torno
al mundo del fútbol. Jamás le gustó la crítica negativa, ni hablar mal de
nadie, eso no ha ido nunca con su forma
de ser, siempre ha preferido destacar las virtudes a los defectos. Es una
cuestión de actitud y planteamiento ante la vida. Está convencido que magnificar
los defectos ajenos le impiden ver la realidad de los suyos propios, y eso al
final le convierten a uno en un ser ruin y despreciable. Para ello no cabe la
menor duda, que hay que ser de una pasta especial, haberlo mamado desde niño, y
llegar al convencimiento que la vanidad y la ostentación, conducen a ese camino
errático que no es otro que el de la
intolerancia y la intransigencia.
Un vestuario
de un equipo medianamente importante lo componen de 23 a 25 futbolistas
jóvenes, con sus inquietudes y con sus lógicos deseos de jugar, y eso a veces
genera problemas que un técnico debe
tratar de solucionar de la mejor forma posible. Esta profesión a diferencia de
cualquier otra, donde existe una jerarquía establecida y sobre todo muy
definidas las funciones de cada uno, en el fútbol actual a veces se rompe este
principio, ya que hay profesionales que prácticamente son empresas y funcionan como tales, lo cual obliga a los
técnicos a tener una relación muy
especial, aunque en la mayoría de las veces, siempre desde la normalidad. De
todos los jugadores que ha entrenado, posiblemente el más difícil en el trato haya
sido Nicolás Anelka, pero sin grandes
complicaciones, puesto que lo primero que había que entender era su procedencia
y donde se había criado.
Siempre hay que comprender y justificar los enfados de
algunos futbolistas, cuando no juegan, ya que todos quieren formar parte del
once inicial, pero el problema es que la mitad de la plantilla no puede jugar,
y esta situación hay que manejarla con mucho tacto y habilidad, para evitar
todo tipo de roces. El entrenador tiene una autoridad que debe ganársela día a
día, no con malos modos o con multas económicas, sino con seriedad, ecuanimidad
y profesionalidad. Por todos los equipos que ha pasado, incluida la selección
nacional, nunca impuso una multa a ningún jugador, jamás hizo falta llegar a
ello, siempre se trató de solucionar los problemas antes de que se enquistasen.
En los
programas de radio y televisión relacionados con el fútbol, siempre ha vendido
mejor lo muy malo que lo muy bueno, lo normal por regla general no vende,
carece de interés. Pequeños problemas que se solucionan en pocos minutos en el
vestuario, si trascienden al mundo del periodismo dan tema para 15 o 20 días,
por la necesidad de los medios de comunicación de generar permanentemente
noticias, cosa que hay que entender, ya que todo ello forma parte de sus
profesiones, que está ligada directamente con este mundo del fútbol. El
periodista, lógicamente, está condicionado por su profesión a buscar la noticia
donde sea y como sea, cosa que tenemos que aceptar. Pero la diferencia es que
los buenos profesionales, jamás falsearán o inventarán nada, con lo que tengan
confeccionarán su artículo resaltando todo aquello que pueda tener interés; los
que no son tan buenos llegan incluso a inventar lo que sea y si hace falta
deformar la veracidad de la información.
Todos los que llevamos años en este mundo del fútbol nos conocemos y sabemos
valorar la noticia según quien la firme.
Estando al
frente de la selección nacional tuvo que vivir momentos muy difíciles,
fundamentalmente por los enfrentamientos entre el Real Madrid y el F.C.
Barcelona, donde algunos jugadores se contagiaron de esa rivalidad fuera del
terreno de juego y por cuyo motivo se vivieron escenas francamente penosas, principalmente para ellos, donde
hubo episodios que llegaron a afectar a su prestigio como profesionales. Bien
es cierto que fueron los propios jugadores los que reaccionaron y recondujeron
la situación a la normalidad, algo que
en su momento se lo agradecimos todos
los que directa o indirectamente estamos implicados en esta profesión. Fue un
gesto que les honró y que puso de manifiesto que por encima de absurdas
rivalidades, prevalecieron los lazos de amistad y compañerismo de muchos años
juntos en la selección nacional.
En ese
análisis especulativo de quien es el mejor futbolista en estos momentos, si
Messi o Ronaldo, hay gustos para todos. Los madridistas dirán que Ronaldo es el
mejor y los barcelonistas están
convencidos que Messi es el número uno mundial. Lo que si da la impresión es
que Messi parece más un jugador de la calle, del potrero como dicen en
Argentina, y Ronaldo es como si fuera más un producto de ordenador. Lo cierto es que tanto uno como
el otro son excelentes jugadores de futbol, sin lugar a dudas los mejores del
mundo en el momento actual. La técnica que tiene Messi es la de haber jugado cuando
era niño partidillos callejeros entre unos cuantos amigos del barrio, en la
plazuela o en la calle, que es donde se aprende y depura esa habilidad y
pericia, para regatear en una baldosa con un amago con el fin de dejar sentado
al adversario; sin embargo Ronaldo es totalmente distinto, es todo fuerza,
amague y potencia; tiene el regate del
centrocampista que no es igual al del delantero; el objetivo del delantero es
que el defensa le vea el número de la camiseta después de un dribling para
dejarlo fuera de la jugada, sin embargo el centrocampista funciona más con
desplazamientos largos. (Alguien apuntó
que Cristiano Ronaldo es el mejor jugador de fútbol de los mortales, pero Messi
es sobrenatural).
A lo largo de
su carrera como entrenador, tuvo a muchos jugadores de características muy
distintas, sin lugar a dudas uno de ellos fue Ronaldo Nazario, el delantero
brasileño que en España jugó en el CF Barcelona y el Real Madrid. Para
entrenarle había que entender sus peculiaridades. Había tres cosas que le
gustaban muchísimo; las mujeres, la buena mesa y el fútbol. Pero como
futbolista reunía todas las virtudes que pudiera tener el mejor de los
profesionales: Buena persona, educado, gran compañero y sobre todo una intuición
innata para la práctica del fútbol. Por los equipos que pasó, dejó amigos y
nadie le recuerda un mal gesto ni un enfrentamiento con nadie. Un ejemplo en el
que muchos profesionales de hoy en día, debieran mirarse y aprender de sus
modales.
Estos días
hemos visto con vergüenza ajena como unos padres se peleaban en un partido de
fútbol donde participaban sus hijos que no tendrían más de 12 o 13 años. En
España se celebran cada fin de semana unos 20.000 partidos de fútbol fuera de
las competiciones nacionales, en los cuales todos tienen sus árbitros, por
regla general jóvenes, que conocen perfectamente el reglamento y justo es
decirlo, lo hacen extraordinariamente bien pese a las pocas facilidades de las
que disponen. Uno de los problemas son los padres de esos niños que juegan los
partidos, precisamente por un espíritu de protección mal entendido, que ante
cualquier mínimo de detalle o una decisión arbitral que no les agrade, montan
un lío de unas consecuencias muchas veces incontrolables.
No queda más remedio
que tomar medidas muy serias para acabar con este tipo de violencia, que no
favorecen en nada ni al deporte ni a la
educación de sus hijos. Es cierto que estas nefastas actuaciones de padres, no
están generalizadas, son anécdotas, pero hacen muchísimo daño al fútbol en general.
También es cierto que estos actos violentos ocurren más en el fútbol que en
otros deportes, seguramente porque el fútbol es el deporte que a nivel nacional
practica más gente, pero sea como fuere,
lo que hay que hacer es poner los medios necesarios para evitar que este tipo
de espectáculos denigrantes puedan verse en ningún campo de España.
Es cierto
que no tiene nada que ver el comportamiento de los padres, en un partido en el
que actúan sus hijos, con la educación o la cultura que puedan tener aquellos; la
intolerancia y el proteccionismo equivocado, como decíamos antes, es por regla
general el detonante de las peleas y enfrentamientos. Recuerda a dos infantiles de la cantera del Real Madrid, que
en su día llegaron a ser profesionales, los cuales eran unos jugadores
extraordinarios, se llevaban muy bien entre ellos, se pasaban el balón uno al
otro y participaban sin problema alguno en la buena marcha del equipo; el
problema estaba en los padres, cuya relación era irreconciliable por una
cuestión de celos, cuando los niños no los tenían, y eso es lo que jamás debe
ocurrir; son los padres los que deben reaccionar y ver que su postura y su
forma de actuar no es la correcta y que con ella están perjudicando a todos y
sobre todo a sus propios hijos.
Su paso por la
cantera del Real Madrid fue de lo más grato y satisfactorio, puesto que educar a
jóvenes para el fútbol y la vida es una
labor de lo más extraordinaria e ilusionante. Hizo lo mismo que en su día otros
hicieron con él, enseñándole aquellos valores que el club blanco siempre
inculcó a los que pasaron por su plantilla. Jamás olvidará aquellos años en la
vieja ciudad deportiva del Paseo de la Castellana. Tanto para él como para sus
colaboradores era prioritaria la educación de los muchachos, incluso por encima
de cualquier otra cosa, ya que un niño al que se le televisan casi todos los
partidos en categorías alevines y juveniles, que los ven sus amigos, vecinos y
familiares, si no se les inculca el sentido del respeto y la modestia pueden
acabar siendo aborrecibles, lo cual no les va a favorecer nada en su futuro
como deportistas y como personas.
Tiene sus
dudas de si los preparadores actuales son mejores que los de antaño. Hace unas
décadas los entrenadores eran bastante más mayores que hoy en día, donde además
de entrenar se encargaban de casi todo
lo relacionado con el equipo que entrenaban. La carrera se iniciaba en equipos
infantiles, de categoría regional y tercera división, de forma que cuando
llegaban a un equipo de los considerados grandes, tenían una experiencia
acumulada de haber vivido todo tipo de situaciones que posteriormente sabrían
como resolverlas.
No quiere decir con esto que los entrenadores jóvenes de hoy
no estén preparados, ni mucho menos, posiblemente tengan una mayor y mejor formación
teórica, por lo que difícilmente incurrirán en los defectos que hayan podido
tener sus predecesores, ya que con las nuevas tecnologías la información que se
les aporta les puede permitir evitar los errores que tuvieron otros, pero con
todo este magnífico bagaje que años
atrás no se conseguía más que lo que uno veía y la información que se pudiera
tener de boca a boca, tiene sus dudas de que los profesionales de hoy sean
mejores que los de años pasados. Hay un dato muy objetivo sobre este particular
y no es otro que las decisiones de los grandes clubes, que por regla general
ponen sus plantillas en manos de entrenadores que por regla general superan los
50 años, lo que pone de manifiesto que la experiencia se
considera un valor importante y decisivo a la hora de manejar un grupo de
grandes figuras.
De ese rumor
que viene de lejos, por el que se baraja como una posibilidad de llegar a
formar una Liga Europea en la que participarían los mejor clubes del
continente, un poco al estilo de la NBA del baloncesto americano, cree que eso
sería la muerte del fútbol doméstico, del que disfrutamos a diario. El hecho de
que jugadores de la talla de: Messi, Ronaldo, Iniesta, etc. puedan ser
admirados por los espectadores de las distintas capitales de España, es algo de
lo que nadie quiere prescindir.
Está convencido que esa liga de grandes clubes
europeos, no mejoraría en nada el fútbol actual, y lo que es peor, acabaríamos
con el espíritu de la competición de siempre, que arrastra simpatías y pasiones
en toda la geografía española y como no, también en las europeas. Ya existen torneos
europeos como la Champion League y la Europa League, con sus calendarios perfectamente
adaptados a las competiciones de cada país,
en los que participan los mejores clubes, sin que por ello haya
necesidad de tener una liga europea.
Está totalmente en contra de esa
posibilidad, y cree que la UEFA jamás dará el visto bueno a ese proyecto, que
en su opinión, carece de fundamento alguno que pudiera mejorar el fútbol tal y
como está en estos momentos. Se cuestiona frecuentemente el inmovilismo del
fútbol en cuanto a su reglamento, sin embargo él cree que este inmovilismo en
ocasiones es bueno, sino ya se habría cambiado.
Para que salga adelante
cualquier iniciativa, se le da vueltas y más vueltas, para ver los pros y los
contras que pudieran surgir, sobre todo los ingleses que fueron los que
inventaron este deporte, y por ello son muy cuidadosos a la hora de tomar
cualquier iniciativa que modifique el reglamento actual.
No quiere decir con esto
que haya que negarse a algún tipo de modificación puntual que beneficie este
deporte, todo lo contrario, hace unas temporadas que se ha incluido un linier en cada uno de los fondos y posiblemente
en poco tiempo se incluya el VAR para jugadas conflictivas, pero sin restar
autoridad al árbitro que es el juez máximo en cada partido.
Hay cosas en
el fútbol actual que no gustan a una gran mayoría. Las grandes figuras, por su
carácter mediático, tienen un poder condicionante que incluso sus entrenadores
están mediatizados y condicionados para sustituirlos en un partido cualquiera,
de tal manera que un técnico por muy importante y solvente que sea, está
cohibido a la hora de tener que reemplazar a una de las figuras de su equipo,
incluso cuando el partido está más que ganado. Sabe que su decisión, aunque sea
acertada puede acarrearle serios problemas e incluso el despido fulminante del
club. Con otra particularidad, que si en una ocasión el entrenador decide
llevar a cabo el cambio de uno de esos cracks, este no esperará llegar al
vestuario para pedirle algún tipo de explicación, no, hará toda la
gesticulación más aparatosa y acentuará las muestras de enojo, para que las cámaras de televisión y el público las vea
y ratifiquen así su disconformidad y enfado.
Esta actitud es una falta total de
generosidad por parte de aquellos que se creen “dioses” y no tienen un mínimo de consideración con sus propios
compañeros. Además estas actitudes son lo menos ejemplarizante para los
niños, pensando que si sus ídolos tienen
estos gestos, ellos los emularán creyendo que eso entra dentro de lo normal.
Sobre la
influencia de las casas de apuestas en el mundo del fútbol, no quiere especular
y mucho menos levantar ningún tipo de infundio o falso testimonio, puesto que
no conoce ningún caso directo, salvo aquellos que denuncian
los clubes o los propios futbolistas y que se difunden a través de los
medios de comunicación.
Pero si le consta que tanto los organismos
internacionales como la UEFA y FIFA así como la Interpol y las policías de cada
uno de los países, están muy preocupados y haciendo un seguimiento de cualquier
anormalidad que pudiera surgir. Se sabe que los delincuentes que manejan estas
artimañas delictivas son difíciles de detectar, por eso es bueno que todo aquel
que conozca o detecte la más mínima anomalía en este sentido, lo ponga de
inmediato en conocimiento de las autoridades, para evitar que el delito quede
impune. De esta manera haremos un gran favor al deporte, sea en cualquiera de
las especialidades que sea.
En el mundo
del fútbol cuando llegan los malos momentos, que los hay, y los resultados no
acompañan, es fácil caer en una depresión y verlo todo muy negro desde una perspectiva muy negativa. Recuerda
el Campeonato del Mundo de Sudáfrica de 2010, después del primer partido que se
perdió contra Suiza (0-1), un resultado contra todo pronóstico que no entraba
en los planes de la selección.
El ambiente en el vestuario era todo un poema,
el que más y el que menos estaba convencido que lo habíamos hecho muy mal, que
aquello no tenía solución y como en anteriores ocasiones el regreso a España
estaba próximo. Uno de los jugadores reaccionó positivamente y dijo que no
habíamos jugado tan mal, que la suerte no nos había favorecido y que sería el
único partido que perderíamos. Vimos en su semblante una expresión de
convencimiento total. A partir de ese momento, hubo una reacción que nos
contagió a todos, juramentándonos que
ganaríamos los próximos partidos y que seríamos campeones del mundo.
Lo que en
aquel momento parecía una especie de falso convencimiento, difícil de creer, al
final fue una realidad y España logró por primera vez ser campeona del mundo.
Una alegría infinita que contagió a todos, y aquel día sin excepción, tanto
unos como otros nos sentimos más españoles que nunca. El regreso a España y la
caravana que acompañó al equipo en Madrid, fue algo inenarrable, que quedará en
el corazón de todos como un recuerdo que jamás podremos olvidar.
Las funciones
de un entrenador principalmente siempre han sido dos, al igual que en
cualquiera que dirija un grupo de trabajo: “Las
relaciones personales y la estrategia deportiva”. La primera es muy
importante y fundamental, ya que sin unas buenas relaciones, difícilmente se
podrá conseguir ningún objetivo deportivo. Existen múltiples experiencias de
grandes plantillas de equipos donde una mala relación en el vestuario ha
originado una continua sucesión de malos resultados.
En segundo lugar la
función puramente deportiva de un entrenador, donde este planifica en base a
las características del grupo que tenga; la estrategia, los entrenamiento
adecuados, la selección de jugadores precisos para cada partido, las
sustituciones, etc., todo ello en base a los informes y las opiniones de sus
ayudantes.
En esta profesión, como en otra cualquiera hay buenos entrenadores
en una de las facetas y otros que lo son en la otra. Hay que tener en cuenta
que en un equipo de primer nivel, formado por futbolistas jóvenes que ganan
auténticas fortunas, el entrenador debe tener un tacto muy especial, de tal
forma que a veces hay que estimular el
ego de las grandes figuras para que se crean que son ellos los que mandan en el
equipo, pero que se haga siempre lo que el entrenador quiere. Esto hay que
llevarlo a cabo con mucha sutileza, de
forma que todo discurra dentro de un ambiente de normalidad; conseguir esto es
lo que distingue a un entrenador bueno de uno no tan bueno.
Considera que
su paso por el Real Madrid tuvo momentos de gran satisfacción, los más, y otros
que no fueron tanto. Cuando no le renovaron el contrato, lógicamente sufrió una
gran decepción, pero si se hace balance de sus años en el club blanco, los
buenos momentos superan con creces los malos.
Se ha especulado mucho de porque
no recogió la insignia de oro y brillantes que el Real Madrid entrega siempre a
los que durante muchos años prestaron sus servicios en el club. Su respuesta
como siempre fue de lo más elegante: El
día que tenía que recibirla, le resultó imposible pasar a recogerla, por
razones de fuerza mayor, pero que se lo agradecía al club de todo corazón. (La más pura esencia de una educación
exquisita, que pone de manifiesto la clase y el estilo de Vicente del Bosque). Chapó,
amigo Vicente.
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A medida que
avanzaba la tarde todos nos íbamos dando
cuenta y
percatando que la personalidad y
el carácter de nuestro invitado de hoy, tanto
en sus reflexiones como en sus respuestas, calaban positivamente y convencían a los que participaban en el coloquio. Está
claro que cuando las cosas surgen de una forma
espontanea como en este caso, y se transmite veracidad y franqueza, lo
cual es la propia esencia de una tertulia de esta trascendencia, el ambiente que
se crea es altamente positivo. Este día se palpaba que lo que allí se estaba
desarrollando era auténtico, sin tapujos de ningún tipo, como no podía ser de
otra forma, el invitado era Vicente del Bosque, y eso será siempre una vitola
de seriedad y solvencia.
Haber departido
con Vicente del Bosque estas horas ha sido verdaderamente gratificante y un
lujo para los que compartimos la pasión por este deporte. Hoy era un día en el
que unos y otros queríamos conocer de
primera mano la opinión de un catedrático del fútbol, de alguien que en su
larga andadura ha sabido estar en los momentos buenos y malos, sin descomponer
la figura y afrontando cualquier tipo de situaciones por muy delicadas que
fuesen; justo es decirlo, que dio respuestas
sabias a todas y cada una de las preguntas que se le formularon, sin poner
objeción alguna a cualquier tema que se
tratara.
Los
aficionados, los instituciones, los clubes y los adversarios han tenido a
Vicente del Bosque en la más alta estima precisamente por su saber estar y por
saber comportarse en todo momento. Supo ser elegante en las derrotas y en las
victorias, que es como se forja la clase
de un gran deportista. Allí donde muchos pierden las formas, él ha
sabido esbozar una sonrisa y decir una palabra oportuna y amable con la que
desdramatizar cualquier tensión acumulada. Mejor nos iría a todos si fuésemos
capaces de adoptar su talante ante la situación más delicada.
Ha sido un
honor haber tenido hoy a Vicente del Bosque como invitado, nuestro objetivo de
siempre ha sido traer a nuestro Foro, personajes que tengan algo importante que
decir, y en esta ocasión se ha cumplido con creces nuestra finalidad.
Vicente, muchas
gracias por aceptar nuestra invitación. Estaremos siempre dispuestos a
recibirte como lo que eres, un auténtico señor. Gracias.
Por: Luís Yáñez