Fecha: 30 de Noviembre de 2017
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA
Cava Baja, 9
M
A D R I D
Asistentes:
Mónica López (invitada), Mariano Fernández Bermejo, Jacinto Santos, Leandro Crespo, Juan
Chaves, Santos Eraso, Tamara Muñoz Calero, Gerardo Viada, Santiago Pedraz,
Javier Gómez Bermúdez, Jaime Porras, Emilio Fernández, Luís Blázquez, Carlos
Jardón, Alberto Sánchez Horneros, Antonio Blázquez, Antonio de la Riva, Miguel
Muñoz Calero y Luís Yáñez.
******************************
Nos hemos
preguntado muchas veces, ¿quién nos falta por traer a este Foro? Por aquí han ido
pasando la élite de las más famosas y señeras personalidades, lo que se podría
decir metafóricamente “primeras espadas”, cada una de ellas en su profesión o actividad. Políticos, juristas,
científicos, deportistas, actores, investigadores y un largo etcétera, que nos
han ido ilustrando con sus conocimientos y sabiduría. Todos sin excepción con
un currículo espléndido y difícilmente igualable. Hoy nos visita Mónica
López Moyano, “la mujer del tiempo”,
también número uno en lo suyo. Su forma y su estilo de presentación, han sido
capaces de conseguir que la programación del tiempo despierte tanto o más
interés que cualquiera de los programas
líder que se emiten por la pequeña pantalla. Lo hace distinto, de una forma muy
personal, tal como es ella, clara, concisa y con mucha naturalidad.
Nacida en La
Seo de Urgel (Lérida). Licenciada en Física de la Tierra y el Cosmos por la
Universidad de Barcelona. Empieza su andadura profesional como meteoróloga, en
la que lleva más de 20 años. Antes de recalar en Televisión Española se inició en
Teletiempo, Canal Meteo, Canal 33 y TV3, donde ha ido dejando huella de su
personalidad y sus grandes conocimientos en esta materia. Ha publicado varios
libros de títulos tan sugerentes como, “El
libro del tiempo”, “El tiempo de la A a la Z”, “Lunario 2014” y “Los refranes
del tiempo”.
Es cierto que
de un tiempo a esta parte, posiblemente a causa de esa pertinaz sequía, como se
decía antaño, al que más y al que menos, le interesan bastante las previsiones
meteorológicas, bien porque su oficio esté relacionado con el tiempo, bien porque
sus negocios de ocio estén sujetos a las condiciones climáticas o sencillamente
por el preocupante alarmismo que genera la falta de lluvias, que afecta muy
directamente a las cosechas, al deterioro del planeta y fundamentalmente a la
salud de la ciudadanía. Tanto es así que la inquietud llega a cotas realmente
preocupantes, de tal manera que hasta algún que otro alto dignatario de la
iglesia católica, quizás totalmente convencido o por cumplir con las obligaciones
o razones de su cargo eclesiástico, ha sugerido
veladamente recurrir a las viejas rogativas, sacando a los santos en populares
y pintorescas procesiones, en la esperanza de que Santa Bárbara o cualquier
otro de esos santos, con influencias sobre este tema, manejen las isobaras a su
antojo y nos envíen de una vez por todas las lluvias tan angustiosamente necesarias.
En eso estamos, en invocaciones, súplicas y plegarias, que a causa de la
sequía, nos han conducido a este tipo de
fanáticos conjuros, que hoy con toda seguridad nos serán desmontados con
sólidos y fundamentados argumentos científicos, por parte de nuestra invitada.
Es verdad que
la información del tiempo en los últimos años ha cambiado de una forma radical.
Las televisiones, tanto la nacional como las autonómicas, han conseguido difundir diariamente, unas predicciones de mucha más garantía y solvencia que las de antaño. Cuando Mónica llega a
Televisión Española, el encargo que le hicieron fue el de hacer una
presentación del tiempo de la forma que considerara más conveniente y sobre
todo que resultase mucho más novedosa. Tenía plena libertad para establecer una
forma nueva y diferente. Inicialmente no le regatearon los medios que solicitó y con ello empieza a pergeñar otro estilo distinto. Y lo
consiguió, vaya que si lo consiguió. Lo cierto es que la causa de la revolución
informativa del tiempo en Televisión Española ocurrió durante el gobierno del
Sr. Zapatero, fue entonces cuando se suprimió la publicidad, lo cual obligó a que
todos los espacios informativos tuviesen una duración mayor; por ejemplo la
información del tiempo pasó de tener una presencia en pantalla aproximada de 6/7 minutos a los 10
minutos que tiene ahora. Y el éxito ha sido
conseguir que durante este espacio, la gente no cambiara de canal, todo
lo contrario, la audiencia ha ido subiendo cada día más. Sobre el espacio de información
meteorológica, se han incluido fotografías de televidentes que nos siguen a
diario. Aunque haya algunos que las fotografías no es lo que más les interesa.
El hecho de sacarlas en pantalla tiene la finalidad de hacer “marca España”, porque con ellas
descubrimos rincones que en la mayoría
de los casos son desconocidos, y de alguna forma promocionan el turismo de
nuestro país. No cabe duda que en muchas ocasiones, las fotografías reflejan el
tiempo en un momento y en un lugar determinado, y eso creo que es bueno.
En la
información meteorológica, se hace un
amplio detalle del tiempo pasado, una previsión del día siguiente y unos avances
de pronósticos a medio plazo. Asimismo dentro de esta información, se facilitan
datos de las estaciones de esquí que se abren, así como el estado de la nieve
en las mismas, que de alguna forma ayuda tanto a los aficionados como a las
propias estaciones de montaña. Esa por lo menos es nuestra intención.
Las “rogativas pro pluvia”, para hacer que
llueva, no sirven para nada; pero su fundamento estriba en estudios
climatológicos sobre el clima del pasado, similares a los que se hacen actualmente
en las estaciones meteorológicas, que algunas de ellas tienen una antigüedad más de cien años. Desde hace muchos lustros,
las parroquias registraban en los libros de las iglesias, los episodios
estadísticos de épocas de sequía y de lluvias, lo cual les servía para hacer
estudios comparativos, que aunque no tuviesen rigor científico, si podían dar
una información aproximada, que en algunas ocasiones coincidía y en otras no,
pero eran los únicos datos que podían facilitar con los medios rudimentarios que
poseían.
Las
situaciones meteorológicas hay algunas que son más predecibles que otras, por
ejemplo borrascas bajas de latitud, cuando pasan sobre el Reino Unido, lo
normal es que descarguen lluvias, ya que vienen directamente del océano
Atlántico, sin erosión alguna, y al llegar a contactar con la tierra normalmente
se produce una descarga de lluvia. Sin embargo en España las previsiones no son
lo mismo para Galicia que para Valladolid, puesto que las borrascas al tocar
tierras gallegas, al igual que en el Reino Unido, donde llegan sin erosión
alguna, lo más seguro es que llueva, sin embargo cuando alcanzan la meseta castellana, ya han entrado en tierra
y ha descargado precipitaciones, por lo cual resulta mucho más difícil dar una
previsión más acertada.
Normalmente
las borrascas que van altas de latitud, tienen un comportamiento natural y mucho
más previsible, sin embargo cuando una borrasca se descuelga es bastante
difícil pronosticar la deriva que puede tomar. En términos de cambio climático,
cuando se hacen predicciones de futuro, por ejemplo en el caso de los
huracanes, precisamente por su singularidad, resulta bastante complicado prever
su comportamiento, precisamente por esta razón no hay muchos estudios
estadísticos sobre ellos, ya que es un fenómeno que pasa pocas veces al año y por
este motivo no hay muchos datos fiables en los que podríamos basarnos para
posteriores trabajos.
En el caso de
Madrid y Castilla la Mancha, las precipitaciones se producen cuando las
borrascas bajas de latitud vienen del suroeste, es decir del golfo de Cádiz, y
al no encontrar una barrera de montañas, se desplazan por terrenos llanos
sufriendo escasas erosiones, al contrario que cuando vienen del norte o del
noroeste, que se encuentran con la Cordillera Cantábrica y el Sistema Central,
que las obligan y provocan las descargas de lluvias.
Los
anticiclones y las borrascas tienen que ver con la posición inclinada de la
tierra respecto al sol, cuyo eje de
rotación está inclinado aproximadamente 23º
26” que es lo que motiva las estaciones de año y la distribución de la
radiación solar en la superficie de la tierra, lo cual provoca las corrientes ascendentes y descendentes del
aire que unidas a una serie de células
originan las zonas de borrascas y calmas climatológicas en distintos puntos del
planeta.
El aumento de
temperatura de la tierra se ha producido a nivel global aproximadamente en 1ºC,
cuyo motivo principal viene dado desde que da comienzo la revolución industrial, a partir de cuyo momento fue cuando se empezó
a emitir C02 (dióxido de carbono/anhídrido carbónico), a la atmósfera de una
forma descontrolada, lo cual nos ha llevado a esta subida de temperatura que en
este momento es bastante considerable. De hecho las predicciones de cambio
climático para el futuro son muy preocupantes, si no se toma en serio este
problema.
En el Acuerdo de París (2015) sobre el cambio climático, se han
establecido medidas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a
partir del año 2020, a fin de evitar que antes de que finalice el siglo actual
la temperatura del planeta no aumente más de 2ºC. Quemar combustibles fósiles
como carbón, petróleo y gas natural, talar selvas tropicales y la explotación
masiva de ganado vacuno, es lo que produce enormes cantidades de gases, los
cuales unidos a los que se liberan a la atmósfera de forma natural, es lo que aumenta el efecto invernadero
y el calentamiento global de la tierra. El mundo científico hace poco más de 10
años consideraba que si la temperatura global del planeta subía 2ºC,
llegaríamos a un punto en el que no sabríamos ni las consecuencias, ni la forma
en como se iba a comportar el ecosistema. Se consideraba que ese aumento de
2ºC, sería un punto irreversible de consecuencias catastróficas; sin embargo curiosamente
ahora, este aumento de temperatura se considera un gran logro para finales del
siglo XXI. Lo verán nuestros descendientes, nosotros no tendremos esa
oportunidad.
Más del 30% de
los gases de efecto invernadero son del metano, los cuales en un alto
porcentaje son emitidos por el ganado vacuno. Las explotaciones ganaderas de
estos animales tienen una gran preocupación,
que cuando España tenga que cumplir en serio el protocolo de reducción
de emisión de gas metano, la primera medida será rebajar la cabaña de ganado
vacuno. Está claro que en todo este proceso juegan un papel muy importante los
intereses económicos de las grandes explotaciones ganaderas, que lucharán para
evitar que todo este pleito les afecte lo menos posible. Es cierto que se
pueden arbitrar algún tipo de medidas preventivas para paliar parte de este
problema, como por ejemplo: Bajar en consumo de vacuno, fabricar piensos más
digeribles y que produzcan menos gases en el proceso digestivo, aunque estas
medidas son más de carácter doméstico
que general, pero si con ello se consigue reducir un pequeño porcentaje, algo habremos logrado.
Lo que si hay que hacer, aparte de la concienciación colectiva, es llevar a
cabo una gran investigación tecnológica, que consiga dar con la solución definitiva, que reduzca las
consecuencias y las secuelas de los gases de efecto invernadero.
Actualmente
hay un importante número de investigaciones intentando encontrar el medio de
cómo capturar los excedentes de CO2. Los océanos que han sido grandes
captadores de dióxido de carbono, pero a medida que la temperatura de la tierra
aumenta, llegará un momento que en vez de captarlo lo emitirán, así como las
grandes masas forestales que también son consumidoras de CO2, pero cuando los
árboles envejecen dejarán de fijarlo y pasarán a emitirlo. El problema es que de momento, no hemos
conseguido un resultado satisfactorio en las distintas investigaciones que se
han llevado a cabo. Mientras tanto se deben explotar otras fuentes alternativas
de energía, que las hay, aunque hoy en
día estas no sean suficientes para cubrir las necesidades actuales. Es
incomprensible que un país como España con tantas horas de sol que tenemos al
año, carezcamos de unas explotaciones de energía solar mucho más importantes y
productivas. Cabe la posibilidad de que en un futuro la solución pase por la
energía nuclear, pero el problema está en el miedo que genera, sobre todo
después de las catástrofes de Chernóbil y Fukushima. Chernóbil fue en 1986 y
las causas fueron unas pruebas que se llevaron a cabo en los reactores lo cual
provocó una explosión del hidrógeno acumulado que liberó materiales radiáctivos
500 veces superior a la bomba de Hiroshima. Fukushima el desastre ocurre a
causa de un maremoto de gran magnitud que genera un tsunami en la zona oriental
del Japón en el año 2011, que causa una
serie de desperfectos en las
instalaciones de las plantas de energía nuclear lo cual da como resultado una
serie de explosiones en los reactores, así como fallos en el sistema de
refrigeración que provocan fugas radiactivas incontroladas. No solamente ha
habido estos accidentes nucleares, hubo otros en una escala menor, pero también
de graves consecuencias, lo cual ha producido en la población un rechazo a este
tipo de energía por miedo a las secuelas que
pudieran dejarnos, de lo contrario hoy en día estaríamos usando esta
energía por varias razones, sobre todo económicas y que su producción al igual
que las energías renovables, no generan gases de efecto invernadero. De todas formas hay una gran contradicción en
lo que a la energía atómica se refiere. China y Francia cuya producción
energética se basa fundamentalmente en las centrales nucleares, si llegaran a
tener un accidente de grandes dimensiones, el resto de los países nos veríamos
afectados por la radiación que se desprendería, por esta razón el peligro de
que dichas centrales estén ubicadas en nuestro país o a unos cuantos kilómetros
de nuestras fronteras, el problema seguiría siendo el mismo.
También la
subasta energética que se lleva a cabo en nuestro país es de lo más peregrina.
Se calcula la demanda energética que supuestamente se va a tener, en función de
los picos y los valles de consumo y se establece la forma de cubrir la demanda.
La energía nuclear que producimos o que importamos de Francia es la base y la
más económica, la siguiente en coste es la energía renovable, después la
hidráulica y por último la térmica del carbón. El precio de venta que se
establece es el más caro, es decir el del carbón. Curiosamente en la última
crisis bajó el consumo energético y prácticamente no hacía falta utilizar
carbón para producir energía eléctrica, sin embargo las compañías eléctricas
seguían manteniendo la combustión del carbón en las centrales térmicas, aunque fuese en unas cantidades mínimas, con
el objetivo de seguir cobrando en
función del precio más elevado que tiene
la energía producida por la quema del carbón. Razón por la que siempre
estaremos endeudados con Iberdrola, Endesa, etc., debido a la forma en que se
lleva a cabo la subasta energética y los criterios que se utilizan para fijar
los precios. Al margen de los costes de producción energéticos, más los
impuestos correspondientes, los cargos
que se hacen en el recibo de la luz, son claramente abusivos. Es increíble que
todavía ninguna de las Asociaciones de Consumidores no hayan interpuesto una
querella contra este tipo de atropellos. Como tampoco se entiende que en
general los gobiernos de todo el mundo estén supeditados de una forma flagrante
a los intereses económicos de las multinacionales de la energía. No hay más que
ver lo que sucedió en Kioto en 1997 cuyo Protocolo no fue aceptado ni por
EE.UU. ni por Canadá, al igual que en los
Acuerdos de Paris de 2015 dentro de la Convención Marco de Naciones Unidas
sobre el calentamiento global, donde de nuevo EE.UU. y Canadá tampoco firmaron
el acuerdo, debido a que la presión de las multinacionales obligó a los
gobiernos a tomar esta decisión. El cambio climático interesa hasta cierto
punto. Lo que sí está claro es que a las multinacionales los importa muy poco.
En lo que se
refiere a España sabemos que la temperatura ha sufrido un notable aumento en
los últimos años. En lo relativo a las precipitaciones los estudios dicen que
no ha habido cambios en el total de lluvia que se ha recogido en nuestro país, o
sea que llueve lo mismo que llovía antes, lo que pasa es que llueve diferente.
Lo que ha cambiado es la estacionalidad de las precipitaciones. El clima de
España es básicamente mediterráneo, salvo pequeñas zonas que tienen un clima
más atlántico, pero en general es mediterráneo.
En todo el interior de la península, donde antes llovía en primavera,
ahora lo hace en otoño y este cambio de precipitaciones para terrenos de secano
es terrible, ya que la siembra que necesita el agua en su proceso de
crecimiento y no en el de recolección, la alteración que se está produciendo resulta verdaderamente trágica para la
agricultura. Por ejemplo en Andalucía, el caso del olivo es muy claro y
representativo. Debido a la falta de lluvias, los agricultores riegan los
olivos de una forma artificial y además se están explotando de una forma
antinatural. Hoy en día hay estudios que auguran una vida mucho más corta del
olivo, precisamente por los cambios antinaturales que ha sufrido la propia
naturaleza, así como por la acción descontrolada del hombre, algo similar a lo que
ocurre con otro tipo de árboles y plantas.
Sobre las
tradiciones populares españolas acerca de nuestro clima, se ha especulado mucho
a lo largo de los años, casi siempre sin ningún fundamente científico, pero la
observancia y la contemplación
climatológica durante año tras año, han llevado al hombre a conclusiones,
después de elementales estudios y repetidas comparaciones. Por ejemplo el “calendario zaragozano” se sigue editando
actualmente y se consulta sobre todo en las zonas rurales. Dicho anuario está
basado sobre todo en la fenología, ciencia que estudia los fenómenos biológicos
periódicos y su relación entre los factores climáticos y los ciclos de los
seres vivos, fundamentalmente del mundo vegetal. Su base está directamente
relacionada con la dependencia y el efecto que ejerce la luna sobre la flora. Otra
cuestión son las “cabañuelas” que no
es más que el fruto de que en alguna ocasión hayan coincidido las predicciones
con lo que posteriormente haya ocurrido. Su fundamento estriba en analizar
datos meteorológicos de años anteriores para pronosticar el tiempo que se
espera el año siguiente, presagios que son llevados a cabo por expertos con un
cierto prestigio popular, que han heredado estas dotes de sus antepasados y que
de alguna forma tienen cierta solvencia. Auguran el tiempo que hará en meses
posteriores de acuerdo con algunas pistas que les da la naturaleza. Se basan
fundamentalmente en el “calendario
zaragozano” y en la observación de lo que ocurre climatológicamente desde
el día 1 al 24 de Agosto de cada año. Se dividen en dos períodos, del 1 al 13
de Agosto serán los fenómenos que sucederán en las primeras quincenas de Enero
a Diciembre, y del 13 al 24 de Agosto lo que acontecerá en las segundas
quincenas del año. Existe otro método tradicional de predicción meteorológica
como la “marmota”, típico de EE.UU. y
Canadá, que en España llamamos la “candelaria”,
que aunque no poseen base científica alguna, tienen un cierto sentido; como por
ejemplo uno de los refranes más comunes que dice: “Si el día 2 de Febrero hace sol, queda invierno para rato, y si está
nublado el invierno se acaba”. Normalmente los meses de Enero y Febrero si
hay un anticiclón, por regla general tienen gran estabilidad, por el hecho de
ser masas de aire frio que descienden debido a su peso y por cuyo motivo los
anticiclones de estos meses de invierno suelen tener muchos días de duración,
de ahí viene el dicho popular de “las
calmas de Enero”, que se caracterizan incluso por grandes bancos de niebla
que difícilmente se levantan durante el día. Precisamente por estas razones
tiene sentido que los refranes de la “candelaria”
y la “marmota” se aproximen en un
alto porcentaje lo posiblemente pueda ocurrir.
Tanto los
fundamentos del “calendario zaragozano” como los de las “cabañuelas”, la “marmota”
y la “candelaria”, tienen escasas
garantías científicas, pero estoy
convencido que su rigor y su base es bastante más creíble que las de las
rogativas; de eso estoy completamente seguro.
Las
glaciaciones siempre se han producido cuando los seres humanos no habitábamos este
planeta. Supuestamente si en el tiempo actual se produjera una glaciación el
ser humano desaparecería totalmente de la faz de la tierra. Lo que está
demostrado científicamente, es que nunca en millones de años, se ha originado
un calentamiento de la tierra al ritmo que se ha producido en los últimos
decenios, y esa es precisamente la gran diferencia con épocas anteriores, por
lo cual las consecuencias de este calentamiento global posiblemente provocarán
que en los próximos 100 o 200 años que la forma de vida cambie de una forma
radical para las generaciones venideras.
Uno de los problemas del calentamiento global, es que como hablamos de periodos
superiores a la edad de la vida humana,
la mayoría de las personas consideran
que esa cuestión no va con ellas, que es un problema que lo ven muy lejano y
que no les va afectar directamente. Un grave error, ya que si no nos
concienciamos el futuro del planeta y por ende el de nuestros descendientes
será un tanto complicado.
**********************************************
Hoy hemos
tocado un tema novedoso e interesante. Hablar del tiempo es algo que casi siempre
se ha utilizado como muy manido, casi
diríamos que carente de importancia, en parte por el gran desconocimiento que
tenemos la mayor parte de los ciudadanos. Cuando en una conversación está
resultando intrascendente y difícil de reconducir, alguien acaba diciendo; “Hablemos del tiempo”, algo así como una
muñequilla para salir del paso y cambiar el tema que se debate en ese momento.
Desde hoy este criterio será muy distinto, diferente, sobre todo para los que
hemos asistido al coloquio que hemos mantenido con Mónica López, nos ha demostrado que el tiempo, la
meteorología, la climatología pueden dar mucho juego y es un tema muy
interesante sobre todo cuando alguien como Mónica ha sido capaz de mantener en
vilo a unos contertulios con cuestiones que para la mayoría eran desconocidas.
No hay tema
insulso, siempre que el ponente, como en este caso Mónica López, fue capaz de
conducir el auditorio por los caminos donde el interés se nos despertó como un
resorte, porque fue capaz y supo mantener con gran sabiduría, el equilibrio
entre la amenidad y la ciencia. Que no es fácil, pero ella ha sabido hacerlo
bien, de eso podemos dar fe los que tuvimos el placer de escucharla.
Gracias
Mónica, muchas gracias por tu asistencia y que sepas donde puedes encontrarnos.
Esta Jaula de Gatos siempre estará abierta para ti. Hasta que tu quieras
Mónica. Siempre serás bien recibida.
Por: Luis Yáñez