Fecha:
27 de Febrero de 2019
Lugar:
LA POSADA DE LA VILLA
Cava Baja, 9
M A D R I D
Asistentes:
Javier López Facal (invitado), Susana Sánchez Herrero, Mariano Fernández
Bermejo, Jacinto Santos, Angeles Heras, Gregorio García Herdugo, Patricia
Porras, Guillermo Llamas, Luis Blázquez, Santiago Pedraz, Juan Chaves, Jesús
Díaz, Leandro Crespo, Gerardo Viada, Julio Sanz Jr., Tamara Muñoz Calero,
Javier Gómez Bermúdez, Javier Ruiz de Asín, Manuel García Hierro, Miguel Muñoz
Calero y Luís Yáñez.
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Hasta
ahora no habíamos tenido nunca en este Foro “Jaula de Gatos” a un Doctor en Filología Clásica. Alguna vez tenía
que ser la primera. Javier López Facal,
fue hoy, oportuna y acertadamente nuestro invitado. Un gran acierto. Su visita
nos dejó la impronta de su enorme
sabiduría y de unos amplísimos conocimientos, que fue desgranando de una
forma muy grata, a lo largo de una tertulia de lo más interesante e
ilustrativa. Nadie tenía la menor duda,
que esa notable y extraordinaria ciencia que estudia la lengua y la
literatura de los pueblos a través de los
textos escritos, no dejaba de ser algo muy novedoso, singular y sobre todo atractivo para
el auditorio de hoy. En principio nos
parecía, que el tema de la interpretación objetiva de textos científicos,
filosóficos e incluso religiosos, podría resultar monótona, pero lo cierto es
que fue todo lo contrario; la velada resultó de lo más amena y sobre todo muy
interesante.
Recordarnos a los clásicos griegos, nos evocó tiempos pasados en
los que nos obligaban insistentemente a conocer, aunque fuera de una forma
superficial, a los peripatéticos y a
los socráticos. Tiempos de juventud, tiempos
de estudio, dulces tiempos, ¡qué tiempos aquellos!. Jamás llegaré a comprender los motivos, por los que desde hace
décadas se dejó de estudiar en el bachillerato, primero el griego y después el latín, asignaturas que de alguna forma nos dieron una
preparación y una perspicacia para comprender muchas de las razones
lingüísticas y humanísticas, que a lo largo de la vida nos han servido para
ejercitar de una forma capaz, el análisis y el razonamiento. Ni entenderé, ni
sabré nunca, los motivos que tuvieron ciertos políticos sesudos, para llevar a
cabo innumerables cambios de planes de estudio, en los que se prescindieron
incomprensiblemente de estas materias tan necesarias y a mi forma de ver, tan
imprescindibles. ¿Qué motivos tendrían…?
¡Vaya usted a saber!
Nació
Javier López Facal en Toba, una
parroquia del Concello de Cee, (La Coruña), en la comarca de Fisterra, el 3 de
Agosto de 1944. Es Doctor en Filología Clásica por la Universidad Complutense
de Madrid. Siendo investigador del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, (CSIC), y como gran experto en lexicografía, colaboró durante
varios años en la elaboración de un diccionario griego-español. Fue
vicepresidente del CSIC durante los años 1983 a 1988. Subdirector General de
Cooperación Internacional del Ministerio de Cultura entre 1988 a 1991. Asesor
del Presidente del Gobierno en 1992. Secretario General del Instituto Cervantes
en 1993 y Director del Gabinete de la Secretaría de Estado de Universidades e
Investigación en 1995. Profesor de Política Científica en el CSIC. Una
trayectoria jalonada por el éxito, en la que dejó la huella de su gran
preparación y profesionalidad, virtudes imprescindibles para ocupar puestos de
tan alta responsabilidad.
Como
escritor ha publicado multitud de artículos, manuales, traducciones y 17 libros
entre los que yo personalmente destaco un interesante ensayo publicado en el
año 2013, “Breve historia cultural de los
nacionalismos”, un tema que ha sabido tratar con gran objetividad y con un
cierto sentido del humor, en el que describe los falsos mitos en los que se
sustenta el sentimiento nacionalista y donde lleva a cabo, un análisis de la Europa comprendida entre los años 1870 y 1914,
en los que pone de manifiesto la falsedad y el anacronismo de la ideología
nacionalista, que hoy despierta entre los españoles un gran interés y
preocupación, dada la situación crispada que estamos viviendo en estos momentos
en España, por el problema de Cataluña. Otra obra interesante es “El declive del Imperio Vaticano”, en el
que relata la autoridad, en la figura del Papa, que durante siglos fue capaz de
poner y deponer reyes y emperadores; pero la modernidad la ha ido empujando
poco a poco a la pérdida de prestigio y de poder, en un proceso irreversible.
Empieza
nuestro invitado afirmando que las cosas en general, no están tan mal como aseguran
ciertos medios de comunicación y algún que otro vocero alarmista. Haciendo
alusión al libro que acaba de publicar últimamente; “La suerte de estar vivo. Confidencias de un jubilado”; en el que hace un análisis de la vida de una
persona desde que nace, hasta que llega a una edad relativamente avanzada, de
jubilación, lo cual no deja de ser una suerte, por haber superado una serie de vicisitudes en el transcurso de su
existencia, sin duda con una buena dosis de fortuna. Además de la suerte de
subsistir en el periplo de nuestra vida, hasta una edad adulta, el mero hecho
de haber nacido en este país, no deja de
ser un verdadero lujo, si lo comparamos con otros de nuestro entorno. Esta
circunstancia, nos da pie para tener una visión global de las ventajas que
tenemos por vivir en España, donde se
puede disfrutar de muchas cosas, que nosotros las vemos como algo normal y los
extranjeros que nos visitan, las ven como algo realmente extraordinarias.
Cita
a un médico sueco llamado Hans Rusdy (¿) que escribió un libro, pero murió
antes de haberlo acabado, terminándolo posteriormente su hijo y su nuera, que
conocían perfectamente su pensamiento. En él divide al mundo en cuatro
categorías. El Grupo 1, que tiene una renta media de un dólar diario. El Grupo
2, tiene hasta 3 o 4 dólares al día. El Grupo 3, entre 8 y 20 dólares diarios.
El Grupo 4 supera los 30 dólares al día. Según el autor, el hecho de calificar
a los países por categorías de primer y tercer mundo, no dice absolutamente
nada; en cambio estas cuatro clases se ajustan mucho más a la realidad. En los
últimos días se ha publicado la noticia siguiente: “Dos tercios de la humanidad, tiene línea de telefonía móvil”; lo cual quiere decir que 5.000 millones
de personas, usan teléfonos móviles. El
autor hace una especie de encuesta ficticia, de tipo psiquiátrico, a gente
normal, a alumnos universitarios, a premios Nobel y a orangutanes. A estos últimos la encuesta la llevan a cabo
poniéndoles teclas con tres opciones: A, B y C. El orangután pulsará una de las
teclas al albur, y curiosamente acierta el mismo porcentaje que los premios
Nobel.
Otra encuesta, llevada a cabo en países de la OCDE, la realiza sobre el
porcentaje de niñas que reciben educación en los países más pobres. (La respuesta correcta es el 60%). El
país número uno en cuanto aciertos es Suecia, que estima un 11%, y el último
lugar lo ocupa España que considera que solamente un 4% de niñas reciben
educación escolar. Otra encuesta sobre el porcentaje de personas que viven en
situación de pobreza extrema. La pregunta era: “En los últimos 20 años la proporción de población mundial que vive en
el umbral de la pobreza; ¿ha aumentado, se ha mantenido o ha disminuido. La
respuesta correcta es que en los 20 últimos años, la pobreza extrema se ha
reducido a la mitad”. Otra vez Suecia de nuevo, encabeza la lista del país
que más se aproxima, que considera que la pobreza se ha reducido en un 25%,
mientras que España dice la reducción es solo de un 3%. La conclusión a la que
llega el autor es que tenemos una mala percepción de la realidad, la cual está
basada en prevenciones y en lo que nos decían cuando éramos niños, algo que no
tiene ninguna base científica. Si por el contrario conociéramos exactamente los
datos, viviríamos mucho mejor y no nos dejaríamos llevar por prejuicios
arbitrarios y sobre todo por la ignorancia. Por lo tanto, desde el punto de
vista individual, o sea microanalitico, la situación podemos decir que está
medianamente bien.
Uno
de los principales fundamentos en los que se basa y sostiene el nacionalismo,
es el rechazo y el odio al vecino. Si no fue el único, James Macpherson un
escocés del siglo XVIII, fue uno de los principales promotores del
independentismo escocés, de alguna forma enfermizo, cuya filosofía fue lamentablemente
imitada en siglos posteriores por movimientos ultranacionalistas y totalitarios,
de países europeos, que nos condujeron entre otras, a la Primera y Segunda
Guerras Mundiales. El tal James Macpherson,
con una bien ganada fama de
farsante e impostor, estudió en las universidades de Edimburgo y Aberdeen, sin
llegar a obtener ninguna graduación. Dijo haber traducido del gaélico escocés
un poema épico sobre el rey Fingal, escrito por el bardo Ossian, pero jamás presentó los manuscritos originales que le
fueron requeridos en múltiples ocasiones por los escritores y poetas de la
época, lo cual deja una cierta nebulosa de su autenticidad. Desde su privilegiada posición de político miembro del Parlamento
de Gran Bretaña, fomentó un odio
visceral hacia los ingleses, por el hecho de que Escocia se había visto en la
necesidad de unirse a Inglaterra, para paliar una situación económica que era insostenible
y crítica en aquel tiempo. Vamos, que fue un auténtico oportunista, que se
aprovechó de una situación de privilegio, para fomentar un nacionalismo
trasnochado, basado en el odio y el rencor hacia sus vecinos ingleses, que como
argumento tenía muy poca solvencia.
Los
nacionalismos más exitosos del siglo XIX fueron aquellos que se enfrentaron a
España en América, para crear las repúblicas latinoamericanas. Prácticamente la
totalidad de los virreyes, gobernadores, capitanes generales, corregidores e
intendentes de las colonias de aquella época, como México, Argentina,
Venezuela, Colombia, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Panamá, Perú, Ecuador, etc.,
eran de origen español y por regla general educados en España. Entre los años
1810 y 1830, en estos países, se desarrolló un proceso jurídico-político para
romper los lazos coloniales que existían con el Imperio español, reemplazando
la monarquía absoluta por la república como forma de gobierno. Los motivos
fundamentales fueron el ansia de poder, las riquezas, el rechazo a los países
colonizadores, entre ellos España, así como las ideas de libertad, de los
cuales surgieron nuevas naciones, después de muchos cruentos conflictos bélicos,
por conseguir la independencia.
El
nacionalismo catalán y vasco es un fenómeno históricamente reciente. Ambos
toman fuerza a finales del siglo XIX, en parte impulsados por el empuje
industrial vasco y catalán, que generó una riqueza en las clases oligarcas, creando un sentimiento de orgullo y
superioridad sobre el resto de España. Hubo varias razones, en el caso de
Cataluña, fue sentirse ofendida y discriminada con la abolición de los Fueros
en el siglo XVIII por parte de Felipe V, después de la Guerra de Sucesión. En
el País Vasco el hecho de la derogación de los Fueros en 1876, al final de las
Guerras Carlistas, produjo un rechazo a todo lo que representara España,
auspiciado y fomentado sobre todo por el ultranacionalista Sabino Arana, padre
del nacionalismo vasco y cuya ideología se basa en el racismo, el machismo y la
xenofobia.
El
nacionalismo e independentismo están más que nunca extendidos por toda Europa.
Unos tienen más fuerza que otros, pero todos son sin duda alguna una amenaza al
actual sistema europeo tal y como lo conocemos. Digamos que entre todos los
nacionalismos europeos el que menos porcentaje de apoyo tiene es el de Galicia
que no supera el 9%, siendo Véneto el más apoyado con un 56%, siguiéndole Bosnia Herzegovina con el 54%, Cataluña es secundada por un 44% y
el País Vasco por un 31%. Este es a grandes rasgos el panorama nacionalista de
Europa, sin olvidarnos de Escocia que tiene un apoyo del 40%, Irlanda del Norte
el 18% y Gales el 19%. Un polvorín de ideologías supremacistas, que en aras de
sus intransigentes deseos puede acarrearnos nefastas consecuencias. No hace
tantos años, las experiencias balcánicas nos dejaron amargas experiencias.
Sería imperdonable que volviésemos a caer en los mismos errores.
La
riqueza ha crecido exponencialmente durante el último siglo, produciendo una
abundancia en medicinas y alimentos, acabando con la mayor parte de las
enfermedades endémicas y con las hambrunas seculares, pero la realidad es que
ha afectado mínimamente a las estructuras sociales. También es cierto que hasta
el siglo XX, los regímenes y los convenios laborales, de los empresarios con
los trabajadores, no existían, pero a pesar de todos los inconvenientes y
trabas que ha habido, las condiciones sociales han mejorado notablemente en
términos generales.
Siempre
que ha habido una crisis socio-económica, han aparecido gentes que se han
enfrentado a ella. A comienzos del siglo
XIX, cuando la Revolución Industrial empezaba a ser una realidad, aparecieron los “luditas”, que eran obreros,
inicialmente del mundo textil inglés, que detestaban las nuevas tecnologías,
porque temían que los telares y las máquinas, destruirían en el futuro sus
puestos de trabajo. Y en buena parte, tenían sus razones. Hoy, los países que
han sido pioneros en el desarrollo económico, Europa y Estados Unidos, están
viendo como poco a poco van perdiendo los privilegios del monopolio de la
riqueza y del desarrollo empresarial, puesto que las empresas punteras ahora
están en China, Sudeste asiático, India, Japón, etc., lo cual genera un
rechazo, en ocasiones violento, hacia estos países, con el consiguiente peligro
de caer en posturas fascistoides.
El
griego Demócrito de Abdera, 450 años antes de Cristo, definió por primera vez la materia, así como la composición de la que estaba hecha, tomándola
de su propio idioma, es decir que la definieron como una cosa concreta, puesto
que el abstracto todavía no estaba descrito.
Los romanos al igual que otras civilizaciones, como germánicos, bretones,
etc., tradujeron del griego el
vocabulario y los adelantos, adaptándolos a sus propios idiomas. Grecia fue la
primera civilización occidental en convertir una lengua de campesinos,
comerciantes y marineros en una lengua abstracta; operación que está en la base
de todas las culturas occidentales, e incluso en buena parte de las orientales.
De cierta manera llegó su influencia a China, que siendo una de las más grandes
y antiguas civilizaciones de la historia,
no era fácil influir en ella. Cuando el macedonio Alejandro el Magno,
avanza con sus ejércitos extendiendo su imperio hasta los límites del río Indo, en su relación con las
civilizaciones que encuentra a su paso, les va descubriendo los conocimientos
de la cultura griega, entre ellos les aporta de escultura, un arte desconocido
en oriente, por estar prohibido por la religión imperante en aquel tiempo,
puesto que cualquier representación de las figuras humanas, atentaban contra
los principios de sus religiones. Podemos decir, que la mezcla de elementos
culturales griegos, con otros de origen local, o sea con civilizaciones como la
persa, la del Indo, la judía, la egipcia, le europea, etc., se ha definido
desde hace siglos como “helenización”, la
cual ha estado presente hasta nuestros días, de tal manera que han ido
apareciendo neologismos de influencia inglesa y de otras lenguas, en función de
los adelantos tecnológicos y científicos; pero la raíz griega sigue estando
enraizada prácticamente en todas lenguas.
Una
tragedia griega dice que en aquel tiempo, (siglo V antes de Cristo), la vida
era invivible. Los humanos se mataban unos a otros, por nimiedades. No había ni
ley, ni orden, ni respeto, lo cual provocaba una situación de enorme
inseguridad. Para acabar con ese desorden y esa anarquía total, los jefes de
las tribus inventaron unos códigos de obligado cumplimiento, y todo aquel que
los infringía era severamente castigado. De este sistema nace la ley, que
estaba controlada por una minoría que la aplicaba como buenamente podía y en función de los reglamentos que ellos
mismos habían impuesto. Ocurría sin embargo, que cuando las gentes no estaban
sometidas a vigilancia, seguían delinquiendo y cometiendo crímenes. Ante esta situación era
necesario inventar un ser supremo, a Dios, hecho a imagen y semejanza del
hombre, que lo vigilaría todo desde arriba, y que tarde o temprano castigaría a
los infractores. De esto se derivó la religión, que era un sistema cultural de
comportamientos y prácticas, supeditadas a elementos sobrenaturales,
trascendentales o espirituales; todo
ello bajo el control del ente superior, que castigaría o premiaría. Este nuevo
sistema permitió que las tribus se socializaran, lo cual fue el eslabón para
que las sociedades crecieran y se
desarrollaran.
El
idioma griego, sirvió como marco de referencia, en muchos aspectos de la civilización
occidental. Desde los poemas épicos como la Ilíada o la Odisea, o los diálogos
de Platón, o las obras de Aristóteles, e incluso el Nuevo Testamento de la
Biblia, fueron escritos en griego. Como lengua tuvo un impacto enorme en otros
idiomas y de una forma muy directa en las lenguas románicas. Sin duda alguna es
una de las principales lenguas de la antigüedad clásica. Mucho más importante y
trascendente culturalmente, que el chino
o el árabe. El idioma chino no existe y el árabe tampoco, aunque esta sea una
afirmación demasiado rotunda, pero tiene su explicación. El árabe clásico es
como el latín en la Edad Media, que solo era conocido por las clases ilustradas
desde el norte al sur de Europa. Se escribía en latín, pero el pueblo no lo
hablaba. Se daban clases en las universidades, como lengua de la enseñanza y la
teología. Los árabes, no son capaces de leer el Corán, puesto que la gran
mayoría desconocen el árabe clásico, que fue
el idioma en que se redactó el libro sagrado del islam, entre los años
644 al 656. Cada país de influencia árabe habla su propio dialecto. Por ejemplo
el árabe de Marruecos y el de Argelia, no son mutuamente comprensibles, y mucho
menos con los de la península arábiga. El idioma chino, es un término que se ha
utilizado para referirse a una macrolengua, que en la realidad no es más que un
conglomerado de lenguas emparentadas entre sí, pero ininteligibles. El chino al igual que el latín en Europa, era
una lengua escrita, empleada antiguamente como lengua de cultura, pero que nunca
la habló el pueblo chino, puesto que solamente la utilizaba la gente culta. Los
chinos se entienden escribiendo, pero hablando una gran mayoría no. La
escritura china se hace a base de caracteres pictográficos. Los ideogramas, si
los entienden puesto que representan conceptos o mensajes simples, para lo que
no se necesitan palabras o frases, para explicar lo que se quiere decir. Por
esta razón, los chinos pueden leer textos antiquísimos, sin saber como se
pronunciaban las palabras correspondientes. En todas las lenguas del mundo se
utilizan los ideogramas, que son los números, que los entendemos escritos, pero
no hablados.
En
América latina no hay un nacionalismo lingüístico excluyente, que pretenda no
utilizar el español como lengua común y de entendimiento, en los países
latinoamericanos. Es cierto que después del descubrimiento de América y a
partir del Concilio de Trento, (1545-1563), los misioneros españoles, estaban
obligados a predicar la religión en el idioma que entendieran los fieles, pero
con la condición de ir enseñándoles nuestra lengua. Y es a partir de este
Concilio, cuando se empiezan a imprimir los catecismos, en las lenguas o
dialectos de los países que formaban el imperio español americano, como: Quechua, guaraní, aimara, chibchas, etc. con el fin de cristianizar a los
pueblos amerindios, como el principal de los objetivos. Esta acción también se
llevó a cabo incluso en las regiones españolas con lengua propia: euskera, catalán y gallego. En Filipinas nunca se llegó a imponer en el
pueblo el idioma español. Todos los filipinos hablaban tagalo que era su lengua vernácula. Los militares, clérigos y
empresarios que vivían allí, tuvieron muy poca influencia para difundir el
español como lengua oficial entre la ciudadanía, pese a ser una colonia filipina.
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Fueron
muchas las reflexiones y frases que nos dejó nuestro invitado, sirvan como
ejemplo algunas de ellas:
“Los científicos estudian las
leyes de la naturaleza, los juristas estudian las leyes humanas”.
“El único dogma que tiene la
ciencia, es que no hay dogma”.
“Los griegos son los primeros que
convierten las plegarias en raciocinio”.
“Grecia fue la primera
civilización que desacraliza la realidad”.
“Los griegos inventaron cosas tan
revolucionarias, como causa y efecto y cantidad y calidad”.
“Todas las lenguas occidentales,
son traducciones del griego”.
“Grecia crea de alguna forma, los
conceptos en los que se basa la filosofía y la ciencia”.
“Del alfabeto griego se derivan
entre otros, el latín, el cirílico y el copto”.
“Hoy en día cualquier adelanto de la ciencia, depende del capital
que se invierta en I+D+i. (Investigación, Desarrollo e Innovación).
“A mucha gente le cuesta
compartir una imagen optimista, puesto que la evolución de las especies nunca es
lineal”.
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Creo
que la tertulia de hoy nos ha aportado importantes conocimientos, con los que a
partir de ahora podremos entender y comprender mucho mejor, el desarrollo de las
sociedades en los últimos siglos. Asimismo, la información que nos ha
facilitado nuestro invitado, nos permitirá tener una visión mucho más
objetiva de las razones que motivaron
los cambios sociales que ha sufrido el mundo en los últimos 2500 años. Cambios,
que pese a que a lo largo de los siglos, llevaron a la sociedad en muchas
ocasiones a graves y cruentos enfrentamientos bélicos, al final los datos objetivos, avalan un gran progreso en la humanidad.
Ha
sido una tertulia excelente, de esas que le dejan a uno la huella y el poso, de
algo que ha merecido la pena. Haber escuchado durante un buen rato, a un erudito como Javier López Facal, con la
brillantez que lo ha hecho, es un lujo para los que un día como hoy, hemos
tenido la oportunidad de haber estado presentes; necesariamente tenemos y debemos
estar satisfechos por ello. No todos los días se presenta una oportunidad como
la de hoy. En definitiva, ha sido lo que se dice un día completo y espléndido,
culturalmente hablando.
Javier,
gracias por tu tiempo, gracias por habernos dedicado unas horas tan
interesantes, gracias por todo. Esperamos que a partir de ahora, nos complazcas
a menudo con tu presencia. Siempre serás bien recibido.
Gracias
y hasta siempre amigo.
Por: Luis Yáñez.