Fecha: 23
de Enero de 2019
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA
Cava Baja, 9
M
A D R I D
Asistentes: Padre Angel (invitado), Marié de Castro, Sandra Fagil, Beatriz
Sanz, Tamara Muñoz Calero, Cristina Carrillo,
Sergio Mella, Jesús Díaz, Carlos Chaguaceda, José Manuel Gredilla, José
Ignacio Rodrigo, Francisco Hidalgos, Santiago Pedraz, Luis Blázquez, Leandro
Crespo, Guillermo Llamas, José Ropero, Alberto Sánchez-Horneros, Jaime Porras,
Antonio de la Riva, Enrique Chico, Jacinto Santos, Alonso de la Riva, Gerardo
Viada, Miguel Muñoz Calero y Luis Yáñez.
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No creo que
haya nadie, hasta en el más recóndito rincón de este país, que no
conozca la obra que ha llevado a cabo el Padre
Angel, a lo largo de toda su
vida. Su bien ganada fama, de la que se ha hecho justo merecedor, desde que
ejerce su labor pastoral como miembro de la iglesia católica, es debida al
constante y permanente sacrificio en beneficio de los demás. No importa que uno
sea creyente o no, pero ante una persona
de su condición y talante, que ha sido y es capaz de no regatear esfuerzos y de
implicarse en favor de las clases más desprotegidas, necesariamente uno tiene que rendirse ante esa
incesante labor de ayuda y apoyo a los más necesitados.
Alguien como él, que sigue a pies juntillas,
las enseñanzas del Evangelio de Cristo,
que todos conocen y que muy pocos practican, merece el respeto y la
consideración de los ciudadanos de cualquier condición o clase. Su cristianismo
es ejemplar, convincente, solidario, auténtico, de esos que tocan la fibra de
la sensibilidad cuando uno percibe de lo que es capaz de hacer este cura en
beneficio de los que más lo necesitan. De eso se trata Padre Angel, pocos, muy
pocos, más bien diría que casi nadie, son los que como tu, han sido capaces de
hacerlo y entregarse incondicionalmente
a esta ocupación tan filantrópica. Eres un modelo viviente de
solidaridad y sacrificio. Una vida ejemplarizante, cuyo objetivo no ha sido
otro que el de paliar las necesidades de los mas menesterosos.
Nació en plena
Guerra Civil Española, en el año 1937, en una barriada de Mieres (Asturias),
que responde al nombre de La Rebollada. Ordenado sacerdote en 1961 en el
seminario de Oviedo, y desde entonces no ha descansado ni un solo momento en su
obra social atendiendo a niños y jóvenes discapacitados, inmigrantes
desesperados, ancianos abandonados, mujeres maltratadas, drogodependientes y
personas desamparadas. Toda su entrega
le ha merecido la pena y se ha visto sobradamente compensado por una sola y
sencilla sonrisa de los más desgraciados y desprotegidos. Dice que siendo niño,
le sirvió de ejemplo el cura de su pueblo, que se ocupaba noche y día de las víctimas
de la Guerra Civil, fuesen del bando que fueren. Buen ejemplo, si señor, y
máxime en aquellos tiempos en los que nada era fácil, para que luego digan que
si los curas tal y que si cual; ¡ha habido y hay de todo en la viña del Señor!
En la
actualidad el Padre Angel es el párroco
de la iglesia de San Antón en Madrid, ubicada en la Calle Hortaleza, que
permanece abierta las 24 horas del día. El 17 de Enero los vecinos madrileños
llevan a sus mascotas para que reciban la bendición del santo, una tradición
que se mantiene desde hace muchos años y que él apoya incondicionalmente,
puesto que muchos de los que llevan allí a sus talismanes, no tienen más
compañía que la de esos animales. Esta parroquia funciona como tal desde
finales del siglo XVIII. Es una iglesia recoleta
construida en el mismo siglo y que se ajusta al más puro estilo barroco
neoclásico madrileño, aunque a lo largo del siglo XIX sufrió varias
transformaciones, que no se bien le han favorecido arquitectónicamente o no.
Posiblemente
algún preboste reaccionario califique al
Padre Angel de transgresor, porque ha roto con aquel cliché del cura de sotana
y bonete que estaba siempre al lado del poderoso, que vivía un mundo de
prebendas y canonjías y que jamás supo,
ni quiso distinguir la diferencia entre
la limosna caritativa y la ayuda solidaria. Está muy lejos de aquel tipo de
cura que escuchaba en confesión al pueblo, con la distancia que marcaba un
vetusto confesionario, y se aislaba de sus feligreses desde lo más alto de un
púlpito inquisidor o marcando diferencias desde un rimbombante presbiterio;
este perfil de cura no se ajusta en nada a lo que es el Padre Angel.
Que equivocados
estaban y están los que así pensaban y
piensan, que no han querido o no han sido capaces de asimilar las enseñanzas
del Concilio Vaticano II o los mensajes de aquella Teología de la
Liberación, que hablaba de un Jesucristo que se oponía al injusto orden social
establecido y a los poderes de su tiempo, porque no aceptaba que la justicia
debía estar por encima del odio y la opresión y que el pobre era el verdadero
miembro de la iglesia que preconizaba su fundador.
Este Padre Angel, es el antagónico
de todos aquellos que disfrutaban de las
riquezas y privilegios en este mundo, y le decían a los sin techo que debían
aceptar las desgracias, porque serían recompensados en la otra vida. El Concilio Vaticano II benefició a todo el
orbe cristiano, y de una forma muy especial a la iglesia católica. Una buena
parte de los clérigos de aquel tiempo, cambiaron su forma de pensar. Hubo un antes y un después de
aquel evento histórico-ecuménico. Los curas recibieron el mensaje de acercarse
al pueblo y convivir con él, con sus penas y sus alegrías, en definitiva
abrirse al mundo y tomar conciencia de la necesidad de adaptar el Evangelio de
Jesucristo a los tiempos modernos. Fue una etapa de apertura, que lamentablemente
también tuvo sus detractores, sobre todo en algunas curias episcopales y
cardenalicias, que no querían perder la posición de privilegio que durante siglos
habían tenido los miembros de la iglesia.
Nadie pone en
duda que la iglesia católica, como otras iglesias, han sido las primeras en
desarrollar y llevar a cabo obras sociales. Desde siglos atrás las religiones
siempre estuvieron en primera línea, atendiendo a los que padecían enfermedades como la lepra o
la peste u otro tipo de enfermedades infecciosas, que tanto reparo y rechazo
producían entre las gentes, por miedo al contagio que casi siempre representaba
una muerte terrible. Actualmente la iglesia sigue demostrando su compromiso,
atendiendo a enfermos de sida, évola u otras de las muchas enfermedades que
azotan las zonas más deprimidas del planeta. También, como no, su desvelo en la
atención a migrantes y refugiados, es una de sus principales labores
humanitarias, fundamentalmente con esas gentes que inician un éxodo incierto en
busca de una vida mejor.
El desvelo del
Padre Angel a través de su parroquia, es atender durante las 24 horas del día a
todo aquel que precise cualquier tipo de la ayuda que sea. Pero es consciente
que las penurias físicas de primera necesidad, como mitigar el hambre y el frío
de niños, mujeres o ancianos, es lo primordial desde su perspectiva humanitaria.
De ahí que le resulte incomprensible, que ante tantas necesidades y miserias,
las iglesias permanezcan cerradas, cuando podrían atender a los más necesitados
con los primeros auxilios.
El padre Angel
está convencido, que las conclusiones del Concilio Vaticano II, convocado por
el papa Juan XXIII en 1962, fue uno de los eventos históricos que marcaron el
siglo XX. Hoy, felizmente la iglesia católica está en perfecta sintonía con todos
ellos postulados. Es verdad que en aquel momento, los sectores más inmovilistas
no estaban de acuerdo con que la iglesia se adaptara a las exigencias de su
tiempo, lo cual de alguna forma produjo un notable retraso, impidiendo que la
misma se hubiera actualizado con su época, pero gracias al empeño y al esfuerzo
de la gran mayoría de sus miembros, consiguieron con su ejemplo y su empeño,
reconducir una situación que estaba alejando a las gentes de una iglesia en la
que habían depositado toda su confianza.
Para hacer el
bien y conseguir un mundo mejor, no es condición “sine qua non” ser cristiano o católico; nadie tiene el patrimonio
de la bondad. Cualquier ser humano de la raza, ideología o tendencia que sea,
puede ser un gran virtuoso y un benefactor. Tenemos ejemplos muy claros de
colaboración desinteresada de gentes que
están comprometidas en organizaciones, que se sacrifican en ayudar a los más
necesitados, y no militan ni pertenecen a ningún movimiento religioso.
Hoy la
sociedad es más solidaria que nunca. Sirva como ejemplo el caso del niño Julen,
que cayó a un pozo en la comarca de Totalán (Málaga), y la respuesta general ha
sido verdaderamente abrumadora, tanto con medios mecánicos como humanos. Desde el
primer instante en que se conoció la noticia, todos se brindaron a colaborar en
las labores de rescate, haciendo lo humanamente posible. Es un ejemplo de que
la sociedad actual, con todos los defectos que pueda tener, en los momentos más
críticos, responde de una forma desinteresada, haciéndose participe de la
angustia y el dolor de los familiares. Eso se llama solidaridad. Podemos estar
satisfechos de esta sociedad, que es capaz de sacrificarse hasta extremos
insospechados, cuando se trata de prestar ayuda a un necesitado en cualquier
tipo de catástrofe.
No todos son
parabienes en la labor del Padre Angel, por supuesto que es querido y admirado
por la gran mayoría de los madrileños, sobre todo por sus feligreses, pero es
polémico y cuestionado para ese sector reaccionario, que no es capaz de ver más
allá de dos palmos, sin tener la más mínima proyección de grandeza y de futuro.
Porque la iglesia de Cristo, sin duda la más perseguida durante siglos por sus
detractores, tiene la necesidad de convencer a las gentes con su ejemplo y con
permanentes acciones de generosidad, y aquí el Padre Angel es todo un
referente.
La iglesia verdadera es la iglesia de Cristo, que vino a este mundo
a traer la paz, el amor, el perdón y
convivir con las clases marginadas, y no esa otra iglesia apartada del
pueblo, que no quería participar de sus problemas. Hoy el que sigue las
enseñanzas de Cristo es el papa Francisco, al que muchos tachan de rojo y de
comunista, en el tono más despectivo, por el mero hecho de convivir
estrechamente unido al pueblo, y estar presente allí donde se haya producido
cualquier tipo de desgracia o catástrofe. Bueno es que a un papa como Francisco
se le señale como populista, por acudir en ayuda de los que más angustiosamente
lo necesitan.
Las personas
que van a la iglesia de San Antón, por regla general, no tienen hogar y se
acercan allí a tomar un pequeño refrigerio y evitar el frío de las crudas
noches de invierno. Un café o un caldo caliente, depende en que momento y
situación, puede ser el mejor manjar del mundo.
En la iglesia, hay un libro donde cada uno puede dejar sus reflexiones y
sus pensamientos, y curiosamente la gran mayoría coincide, en que esta debe ser
la forma de actuar de la iglesia en la que ellos creen y que es la que les
llena plenamente. Es entrañable ver a personas, que ante la desgracia de un
semejante, son capaces de sensibilizarse ofreciéndoles una caricia, mirarle a los ojos y tener una palabra de
aliento y de consuelo, conscientes de
que no tienen a nadie en quien apoyarse y con quien compartir las penurias de
su trágica vida.
¿Cómo se llena la existencia de estas personas que sufren? La
oración está muy bien, pero solo con
rezar no es suficiente. Hay que querer
desinteresadamente a la gente, y que nos duela en nuestro interior las
desgracias ajenas. Además es necesario
compartir algo de lo nuestro, con aquel que no tiene nada y más lo necesita.
Estas
Navidades pasadas una asociación invitó al Padre Angel a llevar los regalos de
Reyes a niños que padecen cáncer en
estado terminal, en el Hospital de La Paz de Madrid. Saber que algunos de esos
niños no tienen solución y se van a morir en unos días, teniendo presentes y
angustiados a sus padres al pie de sus camas, es de una tristeza y una
aflicción, que a uno le provoca un gran abatimiento y un enorme dolor. Si los
que sienten y viven directamente estas tribulaciones, no son auténticamente
solidarios, que venga Dios y lo vea. Al final uno sale de allí, con la
sensación de que hay mucha gente buena, que es capaz de ofrecerse sin reservas
de ningún tipo y compartir el dolor y la angustia con los que más sufren.
Es cierto que
las organizaciones no gubernamentales, (ONG), nacen por la falta de compromiso
y responsabilidad de los gobiernos de turno, sean del color que sean, los
cuales por ley debieran estar obligados a buscar las soluciones para que ningún
ciudadano español, que es lo que nos ocupa en este momento, mal viva sin tener
lo mínimo elemental asegurado, para una digna subsistencia. No es de recibo que
se habiliten partidas en los Presupuestos Generales del Estado, para cuestiones
de menor importancia, cuando un elevado porcentaje de la ciudadanía se muere de
hambre y de frío. Es una falacia que en elecciones los políticos se comprometan
a dar cobertura a los necesitados y cuando llegan al poder se olviden
olímpicamente de ellos. Así jamás conseguiremos un mundo justo y solidario.
En su
permanente deambular por aquellas zonas donde la tragedia ha hecho acto de
presencia, dejando a su paso calamidades y desgracias, y ante el espectáculo
macabro de tantos mutilados y muertos, uno se pregunta; “¿dónde está Dios?”, y hay que tener mucha entereza y fe, para no
entrar en un estado de rebeldía. Recuerda perfectamente el terremoto de Haití
en el año 2010, cuya visión era realmente dantesca, y a la vista de tanta
desgracia un obispo hizo unas inoportunas e improcedentes manifestaciones
diciendo que aquello, “había sido un
castigo de Dios”, lo que suscitó múltiples críticas, reproches y censuras,
ante tamaña y bárbara expresión. Ese Dios que gentes como el Padre Angel
preconizan, es un Dios bondadoso, un Dios que nunca castigaría a un pueblo como
el haitiano, un pueblo tercermundista donde el hambre y la miseria presiden secularmente
la vida diaria de sus gentes. Ese Dios que castiga al débil, al pobre, es imposible que exista. ¡Ese no es el Dios de
los cristianos!.
El ser humano
nace para ser feliz aquí y no en el otro mundo, por eso cuando dice, supongo
que de una forma coloquial, la 4ª Bienaventuranza del catecismo; Bienaventurados los que tienen hambre y sed
de justicia, porque ellos serán saciados”; resulta cuando menos un tanto
irónico, que alguien que está viviendo en la miseria, encima tenga que dar
gracias por ello. ¿Quién no tiene dudas ante situaciones límite, que uno haya
visto o incluso vivido?
Que el Padre
Angel no es solamente un teórico, lo prueban
numerosos hechos, como por
ejemplo el haber sido el fundador en el año 1962 de la ONG “Mensajeros de la Paz”,
cuyo proyecto aparte de espiritual, es social y cultural, y sobre todo sin “ánimo de lucro”. Sus objetivos
principales son los siguientes: 1)
Protección a la infancia. 2) Promoción de la mujer victima de la violencia
machista. 3) Cuidado de personas discapacitadas
físicas y psíquicas, así como mayores. 4) Integración de los inmigrantes. 5) Atención
a familias sin recursos y personas sin hogar.
Estoy convencido que no hay
una finalidad más altruista que los objetivos con los que se ha fundado esta
ONG. Son 51 años de compromiso, lucha y entrega al servicio de los demás, que
ponen de manifiesto la grandeza de espíritu de quienes trabajan
desinteresadamente en una tarea tan generosa y solidaria. Hace algo más de 2
años el Padre Angel ha impulsado un proyecto, con el objetivo de ofrecer cenas
gratuitas a personas sin hogar. Se trata de una cadena de restaurantes con el
nombre de “Robin Hood”, cuyo primer local ha sido abierto en Madrid, el
cual funciona como un establecimiento normal de hostelería hasta la 7 de la
tarde, y a partir de esa hora sirve cenas gratuitas a personas desfavorecidas. ¿Cómo
se llama esto?; me reitero si digo por enésima vez, esto se llama solidaridad.
Las ONGs se
financian en un alto porcentaje, (82% aproximadamente), de organismos
oficiales, y el resto de donativos particulares de gentes que quieren colaborar
desinteresadamente con este tipo de proyectos.
En Mensajeros de la Paz, estamos abiertos a recibir todo tipo de ayudas, como prendas de vestir y
de abrigo así como otro tipo de enseres que palian muchas de las necesidades de
los que allí acuden. Aquel que no tiene nada, recibir una simple bufanda es
para él una auténtica bendición.
¿Es o no es el
Padre Angel un permanente y constante ejemplo de solidaridad? ¿Puede alguien
cuestionar su desinteresada implicación? ¿Por qué allí donde vaya, es
homenajeado y respetado, en reconocimiento a su labor humanitaria? Todo tiene
su explicación, el pleno convencimiento de que la ayuda desinteresada a los que
menos tienen y más sufren, es un compromiso con su ideología cristiana que se
fundamenta en el Evangelio de Jesucristo.
Nos dejó
reflexiones y consideraciones, que tienen una raíz fundamental, el amor al
prójimo y su gran preocupación por los que más lo necesitan. Aquí no hay
populismos, ni la búsqueda del aplauso y la fama, aquí lo que hay es verdad y
autenticidad.
“Hay cosas que los políticos son incapaces de
generar, el cariño a los semejantes y la
vocación de ayuda a los que no tienen nada”.
“Muchas veces tiene más miedo a los creyentes, que
a los no creyentes. En ocasiones, estos
últimos tienen unas creencias mucho más firmes,
que aquellos que se jactan de ser los verdaderos poseedores de las más
firmes convicciones”.
“Posiblemente, uno de los problemas más serios,
por los que atraviesa la sociedad actual, sea la soledad”.
“Por regla general el ser humano es solidario, por
eso no está de acuerdo con el aserto, de que el hombre es lobo para el hombre,
aunque ello se refleje en las Sagradas Escrituras”.
“La mayor felicidad de la que puede disfrutar el
ser humano, es tener alguien a quien querer y alguien que le quiera”.
“Como sacerdote, lo mismo bendigo a una pareja
heterosexual como homosexual, y en este tema no acepto ningún tipo de
objeciones, puesto que si bendigo a miles de animales, podré también bendecir a
dos personas que se quieren”.
“Hay que enfrentarse a esa iglesia rancia y
obsoleta, que pretender hundirla esos fariseos e inquisidores, que no quieren
la evolución de la misma”.
“Todos somos hijos de Dios tanto los que creen
como los que no creen”.
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Son centenares
los homenajes y premios nacionales e internacionales que ha recibido el Padre
Angel, a lo largo de su dilatada actividad desde que fue ordenado sacerdote.
Enumerarlos aquí uno por uno, sería muy laborioso y necesitaríamos muchas
páginas; por eso citaré uno solo: Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
También hay un clamor social importante, que pide se le conceda el “Premio
Nobel de la Paz”; estoy convencido que nadie pondría objeción alguna.
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Ha sido un
honor para este Foro haber tenido al Padre Angel como invitado. Personas que
obran como él, hacen que uno llegue al
convencimiento, que en este mundo súper
materializado, sigue habiendo gente
buena, que se preocupan por los demás y que predican con el ejemplo, sin pedir
nada a cambio.
De eso se trata
querido Padre Angel, pocos, muy pocos, los que como tu han sido capaces de hacerlo y entregarse incondicionalmente a este menester,
tan filantrópico. Eres un modelo viviente de solidaridad y sacrificio por los
demás. Una vida ejemplarizante, cuyo objetivo no es otro que el de paliar las
necesidades de las clases más necesitadas.
Gracias por haber
departido con nosotros en un día tan especial. Hemos aprendido muchas cosas de
ti, pero si tuviera que destacar una
entre tus muchas virtudes, sin duda sería la de hombre bueno, calificativo que parece
sencillo, y que lo es, pero que encierra un gran compendio de virtudes que muy
pocos poseen. Este curilla bonachón y sencillo, si las tiene.
Gracias por
todo Padre Angel. Hasta siempre.
Por: Luís Yáñez.