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lunes, 22 de mayo de 2017

ANTONIO RESINES, EN LA JAULA DE GATOS.



Fecha:   24 de Abril de 2017
Lugar:   LA POSADA DE LA VILLA
            Cava Baja, 9
            M A D R I D.

Asistentes: Antonio Resines (invitado),  Ana Belén, Gerardo Viada, Víctor Manuel, Enrique Chico, Cristina Carrillo, María Carrillo, Antonio de la Riva, Alonso de la Riva, Leandro Crespo, José Ignacio Rodrigo, Tamara Muñoz Calero, Carlos Arribas, Jacinto Santos, Miguel Muñoz Calero y Luís Yáñez.
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Cántabro de nacimiento. Vino al mundo en Torrelavega el año 1954. Lo que se dice un actor todo terreno, capaz de hacernos derramar las más sentidas lágrimas o estallar en sonoras e incontroladas carcajadas, con sus extraordinarias representaciones, se llama Antonio Resines
Este es el tipo de actor que jamás se arredra ante cualquier reto cinematográfico que se le presente, por muy complicado o difícil que sea. Le da igual un drama, que una comedia o que un tema histórico, su profesionalidad y su oficio hacen que pueda con todo lo que se le ponga por delante. 
 Siempre  ha resuelto con firme entereza y con auténtica categoría, cualquier trabajo que se le haya propuesto. De los pocos que han sido capaces de medirse de tu a tu, frente a los grandes del cine español, con aquellos a los que se les dio en llamar merecidamente “vacas sagradas”,  actores de la enjundia de Francisco Rabal, Fernando Fernán Gómez, Agustín González, José Luis López Vázquez, Alfredo Landa, etc., ante  los que supo dar la talla, incluso cuando era todavía un principiante y empezaba en esto del cine. 

Hoy ya consagrado como uno de los más importantes actores del momento, Antonio Resines, nos ha brindado la oportunidad de departir con él unas horas magníficas y extraordinarias que nos han parecido de lo más ilustrativas, aunque justo es decirlo, muy cortas de tiempo. Su amenidad y la sabiduría con la que ha sabido tratar los temas que se le fueron planteando, nos dejaron ese grato sabor que tienen este tipo de tertulias que uno recordará siempre, máxime cuando en esta ocasión el foro destacaba por la talla intelectual del grupo que lo formaba.
Es cierto que él le debe mucho al cine español,  pero también es verdad que el cine español  le debe mucho a él.  Quien no recuerda con verdadera satisfacción su trabajo en personajes como Rafael de “La buena estrella”, o Utrilla de “Celda 211”, o Pepe el Astilla de “La Colmena”, y otros muchos que supo  representar con tanta profesionalidad y donde puso de manifiesto su talla y el acento del gran actor que es. Si hay algo que destacar de su persona, al margen de lo puramente profesional, es su sencillez, su inteligencia y su gran categoría humana, virtudes que adornan solamente  aquellos que como él conocen las mieles del triunfo y no se han dejado corromper ni emponzoñar por el oropel del éxito.
 ¡Qué difícil es separar el trigo de la paja, y quedarse con lo que de verdad merece la pena!. Yo creo que Antonio Resines si lo ha conseguido.
Actor de cine y de televisión. Al contrario que la gran mayoría,  no ha sido precisamente el teatro su fuente y su escuela de aprendizaje, que es la forma más común de madurar en la interpretación, cosa que él consiguió a base de hacer cortos, desde que estaba en la Universidad estudiando Derecho. 
Precisamente estos cortos fueron el escaparate por el que se descubrieron sus grandes condiciones de actor. Reconociendo eso sí, que el teatro le parece uno de los medios más extraordinarios para curtirse como profesional, y admira a todos aquellos que a través del enfrentamiento diario ante el público desde un escenario y con disciplina espartana, inician su andadura en el difícil camino de la interpretación. 
Sus inicios, como he dicho antes, fueron en su época de estudiante en la Universidad, donde una vez que terminaban las clases se reunían en principio en una cafetería que se llamaba Comercial, pero les parecía que allí iba gente de avanzada edad, ellos eran muy jóvenes,  y por eso decidieron irse a otra que también estaba en la Glorieta de Bilbao que se llamaba Yucatán, donde curiosamente iba también Rafael Sánchez Ferlosio, que por aquel entonces ya era un escritor afamado y de gran prestigio, que debía pasárselo muy bien porque se partía de la risa oyendo las cosas que decíamos y los proyectos que ficticiamente nos montábamos. 
Precisamente la mejor y más afamada obra de Sánchez Ferlosio, El Jarama, nadie ha podido conseguir los derechos para llevarla al cine, cuando podría haber sido una historia fantástica; ha sido una verdadera pena.  Fue en esa cafetería donde empezaron a difundir medio en broma lo de la “escuela de Yucatán”, como si fuera en competencia con otras dos escuelas profesionales de cinematografía  que por aquel entonces había en Madrid.
 Fue un bulo que tuvo cierto predicamento, ya que los cortos que hacían los firmaban con  el acrónimo EDY (Escuela de Yucatán), tratando de imitar lo que legalmente hacía la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC). Fueron tiempos de una gran ilusión por parte de todos los que se reunían en aquella cafetería Yucatán, momentos inolvidables vividos con un gran sentido del humor,  con sueños maravillosos y grandes dosis de imaginación. Del grupo inicial que formaron parte de aquella “escuela de Yucatán”,
 Antonio Resines nunca pensó en ser actor, su tendencia estaba más por la producción. El hecho de debutar como actor fue debido a que no tenían dinero para contratar a profesionales y no les quedada otro remedio que hacerlo ellos mismos; al único que  pudieron convencer de una forma ocasional fue a Enrique San Francisco.
Reconocimientos, distinciones y premios los ha recibido por doquier. Si bien es verdad que nunca hizo alarde de los mismos, lo cierto es que ahí están en la memoria del gran público. Como dijo Ben Sweetland, sabe muy bien; “Que el éxito es un camino, no un destino”
Por eso lejos de cualquier postura de divo, que le impedirían ver la realidad circundante de la sociedad que le rodea, Antonio Resines es ante todo y sobre todo una persona normal y equilibrada, que se comporta educadamente y lejos de posturas histriónicas tan comunes en aquellos que sin haber llegado a nada se creen el epicentro del universo.
 Entre los premios que ha recibido destacan; Goya en 1997, Fotogramas de Plata en 1990, 1998 y 2003, Círculo de Escritores Cinematográficos en 1997, Premio a la Mejor Interpretación Masculina en 1997, Premio de la Academia de Televisión en 1998 y 2003, Premio al Mejor Actor de Televisión en 1990, Premio al Mejor Actor de Cine en 1998 y un sinfín de medallas, candidaturas y nominaciones, que ponen de manifiesto su enorme categoría artística.

Lleva en esto del cine y televisión de una forma seria e ininterrumpida, desde 1979, es decir la friolera de 38 años, interviniendo en muchas películas entre las que destacaría: Opera Prima, La buena estrella, Celda 211, La marrana, Moros y cristianos, La colmena y un largo etcétera cuya cifra se acerca al centenar de films,  que unido a su intervención en 28 series de televisión como:

Los Serrano, Cuéntame como pasó,  A las once en casa, Los ladrones van a la oficina, etc. completan una larga y fructífera carrera como profesional de la pantalla. Precisamente por su calidad interpretativa, han ido llamando a su puerta prácticamente los mejores directores del tiempo que le ha tocado vivir, tales como: Mario Camus, Fernando Trueba, Luis García Berlanga, José Luis Cuerda, Fernando Colomo, Alex de la Iglesia, Ricardo Franco, etc., que sabedores de sus dotes lo requirieron para llevar a cabo sus mejores obras.

Reconocido por sus propios compañeros, como una persona de trato exquisito en los rodajes, en los que como bien se sabe intervienen un gran número de gente de diversas profesiones y de caracteres muy diferentes. Su presencia siempre se ha caracterizado por poner una nota de sensatez y disipar cualquier momento tenso o complicado que pueda surgir a lo largo de los días de rodaje.
 Relativiza todo y siempre tiene la palabra adecuada para desdramatizar una situación dificultosa; prueba inequívoca de su sentido de la moderación y de la prudencia. Está convencido que su participación como actor en el trabajo de un rodaje, si se quiere que el resultado sea satisfactorio, es imprescindible colaborar en equipo, de lo contrario la resultante sería una auténtica catástrofe. Cuanto mejor funcione el equipo, mejor será la película, la obra de teatro, la serie de televisión o cualquier otro tipo de programa; la experiencia nos  demuestra cada día que ir contracorriente siempre será un tremendo error.

En la profesión de actor, a veces se adoptan puntos de la forma de ser de uno mismo, y con experiencia uno se puede adaptar al personaje que  está interpretando en ese momento. También hay actores que trabajan de una forma distinta, llegando en muchos casos a componer los personajes y darles un estilo personal de una manera determinada. En esta profesión, la categoría del actor, tiene mucho que decir a  la hora de dar vida al personaje que interpreta. Hemos visto infinidad de interpretaciones de una misma película, que una de ellas  es una obra de arte y sin embargo la otra no deja de ser una mediocridad.

Su ausencia en los últimos premios Goya 2017, fue muy notoria y no pasó desapercibida. Según su opinión el motivo de no haber asistido, fue por varias razones a las cuales no se les debe dar mayor importancia. Lo que si le pareció fuera de lugar, fue el mal trato que recibió la película “La reina de España”, que ha sido una de las producciones más caras de la historia de nuestro cine, y en su opinión, por lo menos se merecía una nominación, fundamentalmente por el grandísimo esfuerzo de producción que se hizo.
 Otra cosa es que a uno no le guste la película, eso es aceptable, pero lo que no acaba de comprender es el boicot sistemático que se le hizo desde principio a fin, cuando lamentablemente muchos de los que la boicotearon ni siquiera la habían visto. El sistema de votación no es el más ortodoxo, por cuya razón no aprueba ni considera justos los resultados de algo que a todas luces está manipulado, y se aparta de la más pura objetividad a la hora de emitir un veredicto. 
Otro de los motivos fue que la organización invita a todos los miembros de la Academia, y él como miembro de la misma estaba invitado, pero el comunicado por el que se invita a los académicos dice que si quieres acceder a la entrega de premios, debes apuntarte en una lista, y si la misma da para todos, no hay problema, pero sino, se entra en un sorteo donde si uno tiene la suerte de salir, va, pero si no la tiene, se queda fuera. 
Lógicamente los primeros que tienen su sitio son los nominados, las autoridades, los patrocinadores y otros muchos compromisos, cosa que entiende perfectamente. Lo que él no sabía, es que para los ex presidentes hay una zona reservada para ellos, pero tienen que solicitar su invitación y siempre se les concede sin problema alguno. 
Posiblemente a él en aquel momento no le apetecía por varias razones, que muchos saben y otros pueden suponer; pero en ningún caso siente animadversión hacia la organización. Lo que si le hubiera gustado muchísimo, es haber estado presente en la entrega del “Goya de honor” a Ana Belén, pero lo cierto es que a él no le llamaron, ni tampoco a ningún otro actor; 
 algo que no ha entendido, ya que a su manera de ver, en el homenaje a una actriz de la categoría de Ana Belén, debieran estar presentes los actores, pero parece que alguien piensa de forma distinta y por lo que se ve impone sus criterios. ¡Qué le vamos hacer!

Fue Presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en el período comprendido entre Mayo del año 2015 y Julio del 2016. Sobre su dimisión, de alguna forma quiere dejar constancia de algunas de las razones que le indujeron a ello.  Los únicos cargos electos por todos los miembros de la Academia, es la terna presidencial, es decir el Presidente y los dos Vicepresidentes. La Junta Directiva, por Estatutos, no  tiene autoridad alguna sobre el presidente, pero al tener 28 vocales, si 16 de ellos se ponen de acuerdo, la presidencia no manda absolutamente nada, de tal forma que cualquier proyecto que no tenga el respaldo y la aprobación de la mayoría de los vocales, no tiene futuro alguno.
 Lo lógico sería que la terna presidencial, estuviera respaldada por una mayoría de vocalías, trece más el presidente y los dos vicepresidentes, que debieran elegirse  con la candidatura del propio  presidente, de tal forma que este pudiera llevar a cabo con total libertad, el proyecto de su programa que le llevó a conseguir la presidencia. El hecho de ser una asociación sin ánimo de lucro, tiene como objetivo trabajar en beneficio de todos y ese es el espíritu que la Academia  nunca debe perder. 
Lo que no es admisible, es que haya guerras intestinas que perjudiquen el bien hacer de esta institución. Con el sistema actual es prácticamente imposible gestionarla tal y como está concebida. No es que los problemas hayan surgido durante la época de la presidencia de Antonio Resines, no; desde hace bastante tiempo las dificultades siempre son las mismas; el hecho de estar atado de pies y manos a la hora de plantear y tomar una iniciativa que beneficie al colectivo, esta será siempre una quimera. Mientras la mayoría de la Junta Directiva no apoye cualquier proyecto que se plantee, ninguno podrá salir adelante; y así es muy difícil funcionar. Ante esta situación, no podía seguir ni un momento más como presidente de la Academia, de ahí que presentase su dimisión irrevocable.

En su amplio anecdotario, recuerda muy entrañablemente unas comidas que tuvieron lugar durante el rodaje de la serie de televisión, “Los ladrones van a la oficina”, que se emitió a partir del año 1993 en Antena 3. En ella participaban José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, Agustín González, Manuel Alexandre, Fernando Rey y Paco Rabal, entre otros y algunos más que nos sumábamos a los ágapes, los cuales eran auténticos másters. Recuerda la primera comida en la que Fernando Fernán Gómez dijo: “Atentos que ya sois todos mayores, el que repita anécdotas, no vuelve a comer aquí”. Nadie se puede imaginar lo que era aquella hora y media, en la que estos extraordinarios actores, contaban historias, sucesos y acontecimientos que habían vivido a lo largo de sus vidas. Era una auténtica maravilla escucharlas. Fueron sin duda unos profesionales de una talla extraordinaria, considerados los mejores actores españoles del siglo XX.  Tal era su condición, que cuando coincidían en aquellos años trabajando en cualquier película con actores americanos o italianos de primer nivel mundial, no es que no desentonaran, es que estaban a su mismo nivel  e incluso los superaban. Todos habían nacido antes de la Guerra Civil Española y de alguna forma la habían vivido, cosa que les marcó e hizo de ellos unos profesionales que tuvieron que aprender el oficio de actores, en unas condiciones muy duras, pero a la vez fueron experiencias muy edificantes y formativas, en lo que a la profesión se refiere. Eran especímenes de otra raza, de una generación única, difícilmente repetible. Hoy cuando proyectan películas de ellos, valoramos su categoría y nos damos cuenta de lo extraordinarios que eran.
Hay varios motivos importantes por los que las películas españolas no obtienen premios en los festivales más notables del mundo, como: Cannes, Berlín, Venecia y Toronto. Una de las razones fundamentales no es otra, que la falta de presupuesto. No se puede ir a un festival de la categoría de los anteriormente citados, con un stand cutre y situado en el rincón más apartado y sin que al frente del mismo estén profesionales que sepan de lo que va todo esto. Si se acude a un simposio de esta envergadura hay que hacerlo con mucha dignidad y echando el resto en eventos de esta índole. El cine es cultura, y el gobierno debiera estar convencido de ello; y mientras los políticos de turno no sean conscientes de esto y destinen una partida económica en los Presupuestos del Estado, para proyectarnos a nivel mundial, nuestro cine tendrá muy difícil conseguir un premio internacional de la magnitud de aquellos festivales de primera línea. Y no es que nuestras películas no sean buenas, el problema es que carecen de la promoción y las ayudas necesarias. Actualmente nuestros actores son capaces de competir con cualquiera, sin desmerecer a la hora de interpretar el papel más difícil de cualquier obra, por muy compleja que sea. La cuestión es el total desamparo en el que están respecto a los de otros países, donde sus gobiernos los valoran,  los apoyan y los ayudan incondicionalmente. Con este hándicap, es muy difícil competir, y menos aún conseguir premio alguno. No es una postura chauvinista, ni mucho menos, cuando decimos que nuestros actores tienen talla mundial,  lo demuestran una y mil veces, cuando salen fuera de nuestras fronteras y son requeridos y solicitados en los lugares más exigentes. Pruebe inequívoca de que su valía es reconocida, donde quiera que vayan. 
El cine español tiene muchos problemas históricos, que por lo que se ve nadie intenta solucionarlos. En primer lugar, el Estado, no los partidos políticos, tiene que aceptar que el cine es una industria que funciona tan bien como cualquier otra. Que crea puestos de trabajo y que llegó en su momento más álgido, junto con otras industrias audiovisuales a alcanzar, el 4% del PIB, (Producto Interior Bruto), que representaba aproximadamente una cifra cercana a los 50.000 millones de euros. A día de hoy se ha bajado al 3%, lo cual ha sido motivado por una desatención y una falta de ayudas, no subvenciones, similares a las que reciben otras empresas e industrias de distintos  sectores empresariales. Es triste que ningún candidato político en las tres últimas Elecciones Generales, haya dicho absolutamente nada a favor de la cultura. Potenciar la industria del cine, a la postre, sería fortalecer e impulsar la cultura. 
Otro gravísimo problema es el de la piratería, que actualmente representa una cifra aproximada de lucro cesante, de más de 15.000 millones de euros. Mientras el Estado no tome cartas en el asunto y combata la piratería con serias advertencias y sanciones muy duras, no hay nada que hacer. Al contrario que en otros países del mundo, aquí se sanciona al usuario en vez de al que piratea que es el que saca permanentemente al mercado clandestino, copias de todo lo que le interesa. En España hay un vacío legal, donde las empresas que se dedican a copiar, lo hacen con una impunidad total. En países como EE.UU., si alguien se le ocurre no respetar la propiedad intelectual, y lleva a cabo este tipo de prácticas delictivas, interviene directamente el FBI porque se considera un delito federal, y a la empresa que se atreva a copiar sin el correspondiente permiso le ponen una multa que no le quedan ganas de volver hacerlo. En Francia en cuanto se detecta una copia ilegal, se le advierte a la empresa infractora que si sigue haciéndolo, le caerá encima todo el peso de ley, si pese al aviso insiste en ello, se le envía una carta directamente al juzgado correspondiente de la zona que le avisa por última vez, y ante la menor irregularidad le cortan la conexión definitivamente. Esta solución de cortar la conexión de móviles y ordenadores, es la más eficaz, ya que sin ellos no pueden llevar a cabo el delito. Es triste que España que ha sido un referente cultural desde siglos atrás, no sea capaz de proteger un bien tan importante como es el cine, que como he dicho anteriormente es cultura con mayúsculas.
Hay un sector importante de corte conservador, que está convencido que la mayor parte de la gente del cine son de una ideología de izquierdas,  muy radical y que además son unos desaprensivos, que viven de de las subvenciones y que no les preocupa otra cosa más, que esa forma de vida. Esta idea ha sido difundida y orquestada por ciertos medios de comunicación, de tal manera que ha quedado en el imaginario colectivo como algo incuestionable, lo cual es muy injusto  y sobre todo incierto, por eso hay que tratar de desmentir  este burdo montaje, con todos los medios posibles. No es de recibo y mucho menos comprensible, que en nuestro país, por unas razones bastardas que nadie comprende, se intente desprestigiar y atacar frontalmente a la industria del cine, cuando esta es potencialmente un sector señero de notable importancia empresarial, y que si tuviera los apoyos necesarios estaría en unas cotas inimaginables. Es algo inexplicable.
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Haber conocido a Antonio Resines, ha merecido la pena. Participar en esta tertulia que en esta ocasión ha girado en torno a su persona, ha sido de lo más interesante. Hoy me llevo la gratísima impresión, al haber tenido frente a frente, a uno de esos actores por el que personalmente siempre he sentido una gran simpatía, además de afinidad y admiración por su talento interpretativo, que me ha hecho disfrutar inmensamente viendo las películas en las que él participaba.
Antonio Resines es un extraordinario contertulio; ameno, inteligente y sobre todo muy humano. Es una de esas personas que emana naturalidad y cercanía, dotes innatas que configuran su gran personalidad. Es una persona normal, que no es poco.
Ha sido un gran acierto haberle tenido como invitado en este Foro, que presume desde hace varios años, de contar con los más acreditados y reputados personajes en sus citas mensuales.
Gracias Antonio, muchas gracias, por haber aceptado nuestra invitación. Siempre que lo desees puedes acudir a nuestras tertulias, tu presencia será siempre bien recibida.
Hasta cuando quieras.
Por: Luis Yáñez.