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miércoles, 26 de febrero de 2020

EDUARDO AZNAR SAINZ-AGUIRRE EN LA JAULA DE GATOS


Fecha: 22 de Enero de 2020
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA
          Cava Baja, 9
           M A D R I D
Asistentes: Eduardo Aznar Sainz-Aguirre (invitado), Carmen Pagans, Tamara Muñoz Calero, Martina Alonso, Yolanda Sáenz de Tejada,  Ferdinando Trematore, Gerardo Viada, Jacinto Santos, Leandro Crespo, José Ignacio Rodrigo, Enrique Chico, Antonio Hernando, Guillermo Llamas, Luis Blázquez, Carlos Jardón, Antonio de la Riva, Jaime Porras, Javier Ruiz de Asín,  José María Pérez “Peridis”, Miguel Muñoz Calero y Luis Yáñez.
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Si por algo se ha caracterizado este foro a lo largo de los años, ha sido por el interés que han despertado los invitados que han participado en él. Sin  duda alguna, los más destacados y representativos de cada profesión, nos  regalaron durante unas horas, algo de sus profundos y sabios conocimientos, al tiempo que dejaron en nuestra “Jaula de Gatos”, algo así como una especie de halo cultural y la impronta de su elevado magisterio. Los que hemos tenido la posibilidad y la suerte de escuchar sus múltiples y diversas enseñanzas a lo largo de la última década,  nos han servido como una especie de doctorado en las variadas y distintas materias que se han tratado. Cultura, lo he dicho en repetidas ocasiones,  es lo que se imparte en estas tertulias, y que no es otra cosa que lo que pretendimos, cuando nos implicamos en esta maravillosa e interesante singladura. Creo que lo hemos conseguido, y por supuesto que el éxito, sin excepción alguna, es de todos. Creo que hemos acertado a la hora de elegir nuestros contertulios, a fe que sí, de no ser así jamás hubiéramos alcanzado las cotas de interés que hemos despertado en nuestros numerosos seguidores.

Hoy nuestro invitado es Eduardo Aznar Sainz-Aguirre, un vasco-madrileño, como él dice, con un currículo realmente espectacular e interesante. Con un poco o un mucho de financiero, empresario, filántropo y conservacionista, ese es el perfil en el que yo lo encajaría. Un hombre que ha conseguido que la vocación y destino hayan confluido en el mismo punto; de ahí que la resultante sea la genialidad.  Con todo este bagaje, difícilmente podría pasar desapercibido en este ajetreado y trepidante mundo en el que se mueve. Licenciado en Derecho y Económicas. Vivió sus primeras experiencias financieras en la banca de inversión Lehman Brothers, en Nueva York, antes del fatídico 15 de Septiembre de 2008, fecha en que se produjo la quiebra del gigante financiero que de alguna manera aceleró la crisis mundial;   por suerte, él ya no estaba allí. Posteriormente, entre otras actividades,  trabajó como vicepresidente en el Banco Herrero y en la Naviera Aznar, Nacional Hispánica, TAE Airlines y Remolcadores Ibaizabal, presentando una brillante trayectoria laboral, fruto de los estudios, cargos y experiencias que ha ido adquiriendo a lo largo de su vida.

Su gran pasión ha sido y sigue siendo la conservación del medio ambiente, donde su opinión, como autoridad en la materia, es respetada y tenida en cuenta en todo el mundo. Su filantrópica preocupación por la ecología y el conservacionismo, le lleva con Justino de Azcárate,  Ramón Tamames, Javier Solana, Gregorio Marañón y otros más a fundar FEPMA, (Fundación para la Ecología y Protección del Medio Ambiente), una organización medioambiental sin ánimo de lucro. Asimismo fue uno de los patronos y promotores de la Fundación Santa María la Real con sede en Aguilar de Campó, cuya misión era y es la de proteger y restaurar el patrimonio histórico de nuestro país, donde trabajó codo con codo con otro de nuestros ilustres invitados, José María Pérez “Peridis”, hasta que hace unos años, ambos lo todo dejaron totalmente encarrilado. Entre otra de sus responsabilidades, está la de presidir la Sociedad de Amigos del Museo de Ciencias Naturales, cuya función es la de divulgar lo relacionado con las ciencias naturales y en el desarrollo de aspectos didácticos a través de publicaciones y exposiciones.

En su azaroso ir venir a lo largo y ancho de los cinco continentes durante más de 50 años, ha conseguido la nada despreciable cifra de más de 90.000 instantáneas de un altísimo nivel fotográfico, con las que ha pretendido como objetivo principal  defender el patrimonio cultural y natural del mundo, y al mismo tiempo perpetuar a través de su cámara, imágenes únicas, que nos envían un mensaje subliminal que nos invita  a reflexionar, tanto de gentes como de paisajes, dándonos una extraordinaria perspectiva del planeta que habitamos.

 Su conversación no fue monotemática, ni mucho menos, la naturaleza da para mucho, de ahí que el coloquio haya resultado de lo más ameno, debido a sus profundos conocimientos sobre las distintas materias que se fueron tratando a lo largo de la tarde.
De principio a fin, en las 5 horas que duró la tertulia, llegamos al convencimiento que el medio ambiente es un problema que nos afecta a todos, y que o nos concienciamos y nos implicamos en ello, o el futuro del planeta puede estar viviendo sus últimos años. Sin ánimo de ser catastrofista, los seres humanos, inconsciente o conscientemente estamos destruyendo nuestro mundo, dejando a nuestros herederos un universo destrozado, donde la vida que les espera será lamentablemente peor a la que nosotros estamos viviendo.

Fue en 1978 cuando fundaron FEPMA; motivados por la preocupación que les producían los problemas de contaminación del aire, del agua, de la tierra y sobre todo el cambio climático. A partir de esta iniciativa hubo muchas investigaciones y las evidencias eran cada vez más claras sobre esta cuestión, todo ello era muy preocupante a nivel general.  Aunque en estos momentos, sigue habiendo negacionistas con argumentos tendenciosos, que aseguran que en la tierra siempre ha habido glaciaciones, lo cual es cierto, pero ahora se sabe que los gases de efecto invernadero al igual que los anillos de los árboles, nos dan una información de donde está el umbral de los períodos de más o menos calor. El problema son los ritmos los que están produciendo todo tipo de  incertidumbres, de hecho incluso los científicos más pesimistas,   según ellos, las previsiones  están sobradamente desbordadas por la realidad. Respecto a la forma de  enfrentarse a todo esto, es un problema muy grave y aunque felizmente hoy hay mucha más conciencia sobre esta cuestión, cosa que se ha notado en los últimos años, las dificultades siguen estando ahí.

 La propia Greta Thunberg con su activismo medioambiental, ha conseguido movilizar a los jóvenes, y aunque alguien pueda criticar sus maneras y su forma de actuar, sin embargo es importante lo que hace, puesto que al final los niños de hoy en día son los que van a heredar este planeta con todos estos problemas. Hay una enorme inercia de  estructura del modelo actual, sobre como estamos viendo y como se transforma la dependencia que tenemos sobre los combustibles fósiles, desde la revolución industrial hasta nuestros días. Hay quien dice que debemos tender la mano a la naturaleza y que todavía hay esperanza. El problema es como transmitir a la juventud este nivel de esperanza, porque el horizonte hoy por hoy se ve bastante oscuro, y aunque es una iniciativa bienintencionada, que se ha puesto en marcha con mucha fuerza, hay muy poca confianza en que tenga el éxito que todos desearíamos.

 El problema se está acentuando cada día más, de hecho al desaparecer el casquete polar, la luz que se refleja genera mucho más calor al derretir las zonas heladas, como por ejemplo las de Siberia, lo cual produce de una forma incontrolada enormes cantidades de gases de efecto invernadero. Ahora mismo estamos a un nivel de este tipo de gases, que no se había producido desde hace tres millones de años. La última glaciación fue aproximadamente hace doce mil años, y los ciclos normales, son de unos veinticuatro mil años, ahora correspondería  volver a entrar en un período de enfriamiento, sin embargo está ocurriendo todo lo contrario. 

Entonces esta inercia estructural hace que sea muy difícil  controlarlo; se ha convertido en un proceso que algunos científicos  dicen que durará siglos, entonces lo único que habría que hacer, sería cambiar la forma de cómo lo estamos haciendo con el fin de mitigar y suavizar los efectos del cambio climático. Aparte del calentamiento, que afectará de manera distinta a diversas zonas del planeta, que por supuesto se cebará en los países más pobres y en las zonas que están más próximas al mar; y este es el panorama que tenemos en estos momentos. Aunque lamentablemente, parece que algunos políticos importantes, en muchos aspectos, se están tomando con poca seriedad  este gravísimo problema. 

Que no se puede comer carne de vacuno por las flatulencias de las vacas que producen enormes cantidades de gas metano de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global, lo cual es evidente, y que el tejido textil en su fabricación es altamente contaminante, también está demostrado y muchas otras cosas más, pero lo cierto es que de la noche a la mañana, no podemos parar el sistema que el propio ser humano de una forma alocada ha establecido, fundamentalmente por un cuestión económica, que implica un cambio en el sistema de producción, en los hábitos de consumo y una dedicación de recursos de unos costos medioambientales y sociales, que no se han tenido en cuenta hasta ahora.

La economía actual se basa en la confianza, sobre todo en los últimos años, que se ha convertido básicamente en un capitalismo financiero, cada vez más alejado de la realidad, el cual se ha ido transformando en una especie de “casino”, donde se juega con unos intereses totalmente deshumanizados. En sus experiencias de la época en que trabajó en Lehman Brothers, el sistema financiero era muy diferente al de ahora, como en la mayoría de los casos, casi todo alcanza una desmesura brutal.  El reto actual es formidable ya que implica  cambios como los que he dicho anteriormente; y en la consideración que entendemos por bienestar, todo se enfrenta no solamente a las sinergias estructurales, sino también a las sinergias ideológicas, pero hay un optimismo antropocéntrico,  que cree que el hombre siempre ha sido capaz de resolver los problemas a los que se ha enfrentado, algo que las generaciones venideras podrán comprobar si ha sido así o no; aunque se teme que en esta ocasión no va a ser así. 

En la medida de lo que es el bienestar, a lo que hoy llamamos PIB, que es la forma de medir el crecimiento, de alguna manera hay una contradicción. Por ejemplo, talar indiscriminadamente un bosque, con ello obtienes con la madera unos beneficios inmediatos y aumentas los ingresos, lo cual produce una subida del PIB, pero es como si matas una vaca en vez de ordeñarla y que además crie terneros; es una ceguera que solo ve la inmediatez, sin ninguna visión de futuro. Todo esto implica una transformación  enorme y complicada, donde en la actualidad hay mucha resistencia  y unos enormes intereses que son prácticamente muy difíciles de superar. Esta es su percepción, de ahí que crea que es imprescindible cambiar el rumbo y modificar la dirección del sistema económico, reorientando nuestra relación con la naturaleza y sobre todo tener en cuenta a la hora de elaborar los costos medioambientales, que en definitiva son los costos sociales, que es un factura que en estos momentos la estamos pagando. 

Aparte de los problemas del cambio climático, están los problemas del agua, de la desforestación y otros muchos que están relacionados directamente con el medioambiente, lo cual le lleva a una visión pesimista acerca del planeta  que dejaremos a las futuras generaciones. Cuando políticamente, desde una ideología, se pretende apropiar de la iniciativa  de ser ellos los protectores del medioambiente, cree que los que así piensan están totalmente equivocados, puesto que  el problema es global y nos afecta a todos, tanto a la derecha como a izquierda, por eso no entiende que se utilice esto como un arma entre unos y otros. Hay que llegar a un consenso entre todos, a la hora de defender la naturaleza y que tiene que abordarse de otra manera distinta, lejos de absurdos enfrentamientos políticos en esta materia, puesto que hoy en día es prioritaria la unidad a la hora de luchar contra  los que atentan y  destruyen nuestro ecosistema.

Posiblemente, detrás de oscuros intereses económicos y políticos, esté la razón de muchas de las cosas que ocurren, sin que a nosotros nos den una explicación que las justifique. Súper explotación del planeta, uso descontrolado de las reservas, crecimiento demográfico fuera de control y una perspectiva cortoplacista, nos están impidiendo ver la deriva  y el derrotero que hemos tomado, cuyas nefastas consecuencias alguien tendrá que pararlas, sino queremos vernos abocados a un final trágico. Hace 50 años éramos 2.500 millones de habitantes en el planeta, hoy en día somos 7.500 millones y cada año que pasa, se supera esta cifra de una forma exagerada. Es cierto que en la medida que se alcanza mayor nivel de bienestar, se reduce la natalidad, pero hay muchos países del tercer mundo que quieren mantener sus tradiciones e incluso con argumentos religiosos, justificando una filosofía que a todas luces es insostenible. Está además el problema de las poblaciones muy envejecidas, como Europa o América del Norte, y jóvenes sin expectativas de ningún tipo de los países tercermundistas, porque el sistema tal y como está montado, no puede ofrecerles ni siquiera  una mínima oportunidad de trabajo, lo cual genera los problemas de una emigración descontrolada, que aunque siempre ha habido en la historia de la humanidad, ahora  se ha llegado a una situación tal, que si no  queremos sufrir unas consecuencias trágicas, de alguna manera habrá que regular todo esto. 

Hay un gráfico muy significativo que nos dice, que a principios del siglo XIX la cifra de habitantes de la tierra era de 1.000 millones de personas; ahora cada 10 o 12 años el crecimiento es de 1.000 millones más, algo que visto desde un punto de vista pragmático no es viable, si queremos que este mundo pueda tener un futuro sostenible. 

Por otra parte se dice que si el PIB no crece más del 3% anual, no se generará empleo, lo cual nos ofrece un panorama verdaderamente crítico. Ya desde el Club de Roma fundado en 1968, se hablaba en un informe del Instituto de Tecnología de Massachusetts, del problema de la insostenibilidad y de un crecimiento, en un ecosistema cerrado como el de la biosfera, y esto es otra de las dificultades a la que nos enfrentamos. 

Concretamente en Europa el crecimiento de la población, en los últimos años, ha sido negativo, al igual que en Asia, donde se está consiguiendo frenar el crecimiento demográfico de los años anteriores. 

Pero el problema va a ser Africa, donde ahora tienen 1.000 millones de habitantes, y ya se estima que para finales de este siglo, se alcanzará la cifra de 4.500 millones, algo a lo que necesariamente se tiene que buscar una solución, ya que el planeta tierra no puede soportar este crecimiento descontrolado.

Las primeras formas de vida aparecieron en la tierra hace 3.500 millones de años. Las extinciones que ha habido en las distintas formas de vida en el planeta, han sido cinco. La última  fue la del jurásico, es decir la de los dinosaurios, que por cierto tampoco se extinguieron totalmente, porque las aves derivan de aquella llamada era mesozoica. Precisamente de esa extinción,  fue la que motivó que prosperaran los mamíferos y los primates de los que descendemos los seres humanos.

 La vida del planeta tierra seguirá con los ciclos, en los que se producirán perfectas transformaciones e incluso, esta especie  depredadora, que es el ser humano, desaparecerá y  aparecerán otras formas de vida, posiblemente más inteligentes que nosotros. El problema, es que por el hecho de habernos apodado  “homo sapiens”,  este apelativo debiera llevar consigo la obligación y la responsabilidad  de cuidar este gran ecosistema que nos ofrece unas posibilidades de vida tan extraordinarias. 

Pero lamentablemente las epidemias, las pestes y las guerras han regulado a lo largo de la historia de la humanidad los crecimientos demográficos. Concretamente en la Edad Media, la peste hizo que desapareciera en algunos sitios más de la mitad de la población. El siglo XX, ha sido  el de los grandes descubrimientos de las medicinas, capaces de vencer  a la mayor parte de las enfermedades que fueron endémicas durante siglos. Pero aparecerán nuevas epidemias, que llegarán incluso a diezmar la población, como por ejemplo el Ebola, un virus transmitido al ser humano por animales salvajes, que produce una mortalidad del 50% de los infectados.

Una de las cosas que tenemos más a mano, para evitar la escalada del deterioro de la naturaleza, es sustituir el modelo energético. Pero esto no se hace de la noche a la mañana; los horizontes de los que más hablan sobre estos problemas, que después nunca o casi nunca se cumplen sus planteamientos, como prueba el hecho de que se firmen protocolos con vistas al año 2050, y entre tanto la degradación de la naturaleza sigue inexorablemente, y el ciclo ya está puesto en marcha retroalimentándose en su camino de destrucción. El punto de retorno a la situación anterior, obviamente es imposible. Por ejemplo especies
que han desaparecido de la faz de la tierra, jamás volveremos a verlas.
Es muy gratificante que el nivel de concienciación haya calado notablemente en la ciudadanía, sobre todo en la juventud, aunque crea que es demasiado tarde. Desgraciadamente  la espiral de degradación tiene un ritmo imparable, puesto que existen intereses contrapuestos, tanto políticos como económicos, que impiden que se cumplan los acuerdos proteccionistas. La sociedad reacciona muchas veces de una forma compulsiva, sin un estudio de actuación consecuente con las realidades que hoy nos aquejan. De pronto alguien dice; “vamos a plantar un millón de árboles”, ¿pero qué tipo de árboles?, es lo primero que habría que preguntarse. No es lo mismo una selva tropical o un bosque, que tienen una biodiversidad específica, a un monocultivo de árboles, que posiblemente no son los que la naturaleza decidió en un momento determinado. Las repoblaciones hay que hacerlas en función de las especies arbóreas  adecuadas para el suelo que se quiere repoblar, no plantar árboles sin ton ni son, ya que al final este tipo de acciones siempre acaban en fracasos estrepitosos.

En relación a la  producción de energías limpias, tanto la solar como la eólica, se han dado palos de ciego en lo referente a esta política energética. 

En principio se apostó por ellas, pero de una forma inexplicable se produjo un frenazo en el desarrollo del montaje de múltiples instalaciones que estaban en construcción, lo que generó multitud de demandas de empresas multinacionales que habían hecho enormes inversiones en huertos solares y molinos eólicos y que se vieron en la necesidad de paralizar su instalación así como la producción que estaba a medio camino.

Ahora  parece ser que de nuevo, se vuelve a dar un impulso a todo esto, pero el problema es que los inversores tienen recelo por la inseguridad a que de nuevo vuelvan a paralizarlo todo. España tenía una posibilidad enorme con la energía solar, dadas las horas de sol que tenemos en nuestro país;  pero tal y como está montado el modelo económico y de explotación, basado en grandes centros de producción y grandes redes de distribución, una energía dispersa como la solar, no tiene sentido que a día de hoy,  se plantee como algo imprescindible, en el futuro seguro que tendrá mayor importancia, pero en estos momentos lo que sí podría ocupar sería una buena parte de zonas aquellas con problemas de abastecimiento y suministro, que son las que tendrían que consumir localmente esta energía. 

El propio sistema de financiación a día de hoy, no está preparado para el apoyo a la producción de este tipo de energías, aunque todos somos conscientes que debemos seguir apostando por ellas puesto que estas energías no deterioran el entorno natural. De todas formas se estima que el futuro será un mixt energético, contando con la energía atómica, por muy impopular que sea, pero al igual que la eólica y la solar, no tiene influencia en el efecto invernadero, aunque el problema es el de la eliminación de los residuos radiactivos, para los cuales todavía no se ha encontrado una solución definitiva.


  
“Los costos sociales y medioambientales, nunca se han contemplado, mienten los que aseguran que si se contemplan”.
“El ser humano, ha jugado temerariamente de aprendiz de brujo con la naturaleza”.
“Las previsiones de los científicos, sobre el cambio climático, se han visto desbordadas por la realidad”.
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Esta es en síntesis una semblanza de nuestro invitado de hoy. El Foro Jaula de Gatos, ha tenido en cuenta por encima de todo, su gran talla humana,  que fue en definitiva  lo que realmente nos  motivó a invitarle a compartir con nosotros esta velada tan interesante. Ha sido un verdadero honor, haber disfrutado  durante  cinco horas de su presencia,  en las que nos ha transmitido la fuerza de sus grandes conocimientos así como la constante  implicación en su lucha conservacionista.

Personas como Eduardo Aznar, involucradas durante tantos años en la defensa de la naturaleza, son las que han hecho posible que otros hayan seguido su camino. Su ejemplo, servirá para concienciar a muchos, que ven como diariamente el deterioro del medio ambiente es una realidad, que o se  toma en serio o el futuro que heredarán las generaciones venideras, no será un planeta verde, sino un lugar donde poder vivir como lo hemos hecho nosotros hasta ahora, será un reto imposible.

Gracias Eduardo, muchas gracias por haber aceptado nuestra invitación y por habernos concienciado de la crítica situación a la que hemos llevado a la tierra. Unos más que otros, pero todos al fin y al cabo, somos un poco responsables de haber contribuido a esta angustiosa situación a la que jamás nunca deberíamos haber llegado.
Hasta siempre Eduardo. Gracias de nuevo.
Por: Luis Yáñez.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesantes los comentarios de Eduardo Aznar sobre el medio ambiente y el problema que se nos avecina en un plazo muy corto, si no tomamos medidas para evitar el deterioro sistemático del planeta tierra. Se ve que es una persona muy implicada y muy versada sobre la crítica situación que estamos viviendo. Alberto Muñiz. Sevilla.

Anónimo dijo...

No está solamente el problema en que el ser humana haya jugado con el medio ambiente durante siglos, el problema está en que da la impresión que todavía no nos hemos dado cuenta, de las barbaridades que hemos cometido y lo que es peor, las que seguimos cometiendo, como si esto fuera algo sin mayor importancia. El grado de irresponsabilidad de los humanos alcanza cuotas verdaderamente alarmantes. Es una pena que la labor que llevan a cabo personas como Eduardo Aznar y otros, no tenga la trascendencia que debiera tener. Carlos Monfragüe. Badajoz.

Anónimo dijo...

Encomiable la labor que se lleva a cabo desde la Fundación de Santa María la Real con sede en Aguilar de Campó. Tanto Eduardo Aznar como Peridis mientras formaron parte de la Fundación se volcaron en ella sin regatear esfuerzo alguno. La labor de proteger y restaurar el patrimonio histórico de España es una tarea y un quehacer extraordinario, pura filantropía. A personas como estas (Eduardo Aznar y Peridis) habría que hacerles un monumento. Luís M. Gonsálvez. Madrid.

Anónimo dijo...

¿Podrá soportar el planeta tierra una superpoblación de 10.000 millones de habitantes?. Aparte del deterioro ambiental y los gases de efecto invernadero, así como otras atrocidades que se están cometiendo, ¿ser habitable este mundo?. Jorge Méndez. Zaragoza.

Anónimo dijo...

Un curriculo interesante de verdad el de Eduardo Aznar, no solo en el aspecto profesional, que lo es, sino en el mundo del conservacionismo y el medio ambiente. Personas como él involucradas con gran generosidad en esta filantrópica labor, serán reconocidas con el paso de los años, hoy lamentablemente muchos que podrían hace cosas, son incapaces de aportar el más mínimo esfuerzo. Entiendo que no todos pueden dedicar tiempo, pero si podrían colaborar económicamente con las organizaciones que se desvelan por estos quehaceres, al igual que las grandes empresas que debieran sensibilizarse con este problema que al final les afectará a ellas directamente. ¡Todos podemos hacer algo, hagámoslo!. Gervasio Palacio. Madrid.

Anónimo dijo...

Después de pasar esta pandemia provocada por el covid19, ¿se habrá recuperado la capa de ozono así como el nivel de regeneración del medio ambiente, al no vomitar tanta porquería a la atmósfera como la que estábamos produciendo antes de estar confinados?. Se puede decir que la práctica totalidad del mundo ha estado inmovilizado, con los coches sin funcionar, las industrias cerradas, etc. etc.; en teoría todo esto habrá producido una mejora en lo que a contaminación se refiere. Me gustaría que el Sr. Aznar me dijese algo al respecto. Muchas gracias. Evaristo de Miguel. Córdoba.

Anónimo dijo...

No se si hay que ser catastrofista o no, pero es una realidad incuestionable que el ser humano, consciente o inconscientemente está destruyendo el planeta, y que un día acertadamente dieron en llamar "azul"; su seguimos en esta alocada carrera, llegará un momento en que la tierra será un planeta rojo, donde la vida que hoy conocemos será imposible. Personas como Eduardo Aznar, hablan en nombre de los que estamos sensibilizados con este problema, pero lamentablemente él ni nosotros podemos hacer nada para solucionar este grave problema. ¡Lo que les dejaremos a las futuras generaciones es el producto de una irresponsabilidad que solo se fija en los intereses particulares de unos cuantos!. Lamentable. Evaristo Jiménez. Logroño.

Anónimo dijo...

Me ha enseñado uno de los asistentes a la tertulia que habéis tenido con Eduardo Aznar, una colección de fotografías hechas por vuestro invitado, bajo el título de LA DIVERSIDAD AMENAZADA. (Naturaleza-Hombre-Cultura),que me han parecido verdaderamente extraordinarias. Hay que tener una gran sensibilidad y un ojo de objetivo para captar instantáneas tan magníficas como las que nos ofrece en esta colección. Me imagino que toda esta colección le ha costado años y años conseguirla, ya que para inmortalizar el instante preciso, es necesario tener paciencia y estar horas y horas para conseguir ese momento mágico y expresivo de la persona, el animal o el paisaje que nos ofrece a veces en décimas de segundo. Maravilloso reportaje fotográfico. Felicidades a Eduardo Aznar por ofrecernos tanta belleza. Ignacio Illarra. San Sebastián.

Anónimo dijo...

Aparte de sus amplias experiencias en el mundo financiero y empresarial, Eduardo Aznar me parece un hombre de un espíritu aventurero, altruista y muy concienciado con el medio ambiente a nivel mundial. Hay muy pocas personas que siendo como él, empresario, tengan esa acentuada sensibilidad por la protección de nuestro planeta. Debiera ser un ejemplo para aquellos que solo piensan en éxitos empresariales y económicos. Vaya desde aquí mi sincera felicitación y reconocimiento a la labor que está llevando a cabo. Juan Gorritz. Bilbao.

Anónimo dijo...

La trayectoria de Eduardo Aznar Sainz-Aguirre a lo largo de sus años ha demostrado sobradamente su gran preocupación por el medio ambiente. Su opinión es considerada en todos los foros del mundo como la de un sabio dentro de ese mundo, donde la filantropía es una pieza y un sentimiento fundamental para demostrar la preocupación por la preservación de la naturaleza. Personas como él hay pocas, lo que si hay es muchos que hablan del problema del medio ambiente, pero solo lo hacen para quedar bien y sin implicarse para nada en esta cuestión que tanto debe preocuparnos. Carlos Medina. Madrid.

Anónimo dijo...

La verdad, es que dedicarse a denunciar los ataques que se llevan a cabo sobre la naturaleza en todas las latitudes del planeta tierra, es una ocupación maravillosa. Eduardo Aznar Sainz-Aguirre es uno de esos privilegiados que tiene como una de sus actividades la vigilancia y denuncia de los atropellos que cometen diariamente destruyendo y atentando contra el medio ambiente. Hay que tener una buena dosis de filántropo y predicar con el ejemplo como hace él. Gentes así son las las que se necesitan, no ese tipo de ecologistas que protestan solo desde las redes sociales y manifestándose en cómodos desfiles reivindicando cosas imposibles. Copien de Eduardo Aznar Sainz-Aguirre que si está implicado y sin subvenciones. Juan José Gutiérrez. Ciudad Real.

Anónimo dijo...

De todas las personas que conozco, que no son pocas, ninguna puede presentar un curriculo de carácter filantrópico más espectacular que el de Eduardo Aznar Sainz-Aguirre. Véase pues, haber sido uno de los fundadores de FEPMA (Fundación para la Ecología y Medio Ambiente), junto con Justino Azcárate, Ramón Tamames, Javier Solana y Gregorio Marañón, y además haber sido uno de los patronos y promotores de la Fundación Santa María de Aguilar de Campó, cuya misión ha sido y es la de proteger y restaurar el patrimonio histórico de nuestra país, donde trabajó codo con codo con el arquitecto Peridis, una labor reconocida a nivel mundial; y si además preside la Sociedad de Amigos del Museo de Ciencias Naturales, con toda seguridad es un bagaje filantrópico inigualable. Vaya desde aquí mi reconocimiento a una persona como él capaz de llevar a cabo una labor sin otro interés que el proteccionismo, personas así no vendrían mal para que nuestro patrimonio se mantuviese como el de otros países vecinos. Gracias, muchas gracias. Esteban Cid. Zaragoza.