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martes, 5 de noviembre de 2024

María Barranco en la Jaula de Gatos

 


María Barranco en la Jaula de Gatos


María Barranco nos entusiasmó con el personaje de Candela que sigue apareciendo en mi vida de manera reiterada; hablo, siento y sufro como Candela. Porque María es una actriz con una sensibilidad muy diferente. Ha encarnado la comedia española durante muchos años de manera excepcional. Como decía Baudelaire, ella es sublime sin interrupción.

                                                                           Marta Robles



Algunos apuntes para recordar

-Yo no pensaba que quería ser actriz pero siempre he sido un poco “payasa”. Me pasaba el tiempo imitando a las monjas y hacía playback de Juanita Reina y Marifé de Treiana y mi madre me regañaba porque desbarataba todo. No sé si la tortícolis que tengo es castigo de Dios por lo mucho imitaba a las monjas y a la madre superiora que tenía el cuello torcido y yo la llamaba Sor Alcayata. En realidad yo quería ser médico y eso que han ganado los pacientes.



-Un día participé en la Historia de los tarantos donde decía la frase “El chorro de sangre reventado contra los labios”. Al terminar la función aplaudían a la protagonista, y yo muy al fondo saludaba y decía qué me está pasando, era como un orgasmo y me sentí tan feliz. Entonce me dije que yo quería hacer esto. Me metí en la Escuela de Arte dramático. En mi casa un drama y mis tías decían que si iba a ser corista y no médico. Pero yo quería ser Ana Belén, era mi referente.



-Cuando llegué a Madrid para ser actriz besé el suelo como el Papa pronto vi lo dura que iba a ser la vida. Hice un papel pequeño en La Venganza de don Mendo con Manolo Gómez Bur pero las productoras me rechazaban porque decían que era muy alta o que era muy delgada, las querían rubias… y que mi nombre era más de folclórica y que me lo tenía que cambiar. Y yo me puse dos nombres artísticos: Lola Mento y Mamen Tido. En la productora me decían lo lamento no hay nada para usted, vuelva mañana. Pero ya sabía que me había mentido porque no tenían nada para mí.



-En una corrala que nos dejajaron y donde viviámos apiñados un montón de gente había un amigo que tenía una cámara. Allí hicimos, a nuestro aire, unos remake como La mujer pantera o La semilla del diablo. Hicimos una fiesta como si fuera un estreno y ahi fue cuando me vio Pedro Almodovar que le parecí graciocilla. Más tarde me llamaría para hacer Mujeres al borde de un ataque de nervios. Cuando hice la prueba estaban Carmen Maura y Antonio Banderas. Yo a Antonio lo conocía de Málaga. A él le llamaban “el breba” y a mí “la pava” porque decían que no tenía gracia y por eso creía yo que tendría que ser un actriz dramática. Cuando llegué a mi casa ya tenía un mensaje en el contestador: eres la Candela perfecta. Me cambió la vida, pasé de ser el patito feo que no gustaba a gustarle a todo el mundo. El momento realmente no lo disfruté. Diré que yo estaba en la vida con la misma cara que estaba en la película, asustada.



-Después de Mujeres… mi vida cambió y pasé de ser anónima ha recibir muchas propuestas, a trabajar mucho con gente que yo admiraba y a ser reconocida. Como en esa ocasión que alguien dijo “mira, ahí va Rossy de Palma”. Mi primera entrevista me la hizo Íñigo que dijo: está con nosotros la gran María Carrasco. Pude trabajar entonces con el gran Fernán Gómez. Cuando me dirigió yo estaba muy nerviosa y hablaba por los codos y le preguntaba por todo. Un día me recriminó delante de todos que hablaba mucho y me fui a una esquinilla para llorar. Al poco diijo que estaba muy triste porque hacía diez minutos que no oía la voz de María Barranco.




-Parece que cuando cumples 40 años te haces invisible y llega un momento en que te dejan de llamar. Esta profesión es un poco así, o te comen las ojeras o te comes las uñas. De repente, hay directores que son muy jóvenes y no te conocen. A veces algún director me han dicho de hacerme una prueba para una comedia. Y yo le he dicho que mejor te la hago yo que es tu primera película. Cuando vienen esas sombras te tienes que agarrar la familia y a los amigos porque hay vida más allá de la profesión.



-Yo me encuentro en un momento de incertidumbre, parece que me he quedado en el cine en blanco y negro. Se usa un lenguaje que no me entero, han cambiado las formas de rodar donde antes el director hablaba contigo. Veo una falta de comunicación.



-Yo como actriz, ahora me siento muy relajada de no tener que hacer el tipo de secuencias que incluyen destapes o parecidos. Son muy duras, incómodas y aunque el equipo te arropa yo creo que se han pasado de moda. Lo bueno de cumplir años es que vas ganando en la vida. Antes se decía esta que está muy buena y es muy mona que enseñe el culo. Pues eso sí que es una liberación para mí. Pero es cierto que ha aumentado el puritanismo. En la realidad se ven cosas horribles y luego no puedes plasmarlas en una escena o de repente no puedes ver un cuerpo.



-Los personajes representados son como los hijos. Pero yo me quedaría con la Eli, la travesti de Las edades de Lulú. Lo preparé yendo a la calle, no había en aquel momento coach y viví con ellas su situación y aprendí mucho de esas mujeres con mucho talento y muy humanas. Me gustaría hacer el personaje de una actriz fracasada que era una película que nunca se hizo y me gustaría también un personaje que guste a todo el mundo, hacer alta comedia, bien vestida, en grandes salones y buenas sábanas si hay que hacer algo…



Lista de asistentes:

María Barranco, Amaya Miñano, Beatriz Sanz, María Mañas, Marta Bordejé, Marga Crespo, Marta Robles, María Zaplana, Verónica Fernández de Córdova, Lourdes F. Aja, Silvia Hernández, Ana Belén, Sofía Torroja, Javier Ruiz de Assin, Víctor Manuel, Antonio Hernández, Alejandro Dolz, Alfonso de Castro, Carlos Jardón, Alberto Sánchez, Gerardo Viada, Iván Matamoros, Jaime Porras, Jesús Aguado, Alfonso Martínez de Irujo, Ernesto Fernández Bofill, Julio Rodríguez, Juan Chaves, Luis Puente Maestu, Celso Arango, Nacho G. Rasina, Miguel Bernáldez, Santiago Pedraz y Miguel Muñoz -Calero.


Coordinador: Miguel Muñoz-Calero

Resumen de la tertulia y blog: Alejandro Dolz

Fotografía: Ivan Matamoros.

Tarjeta invitación: María José Sanz


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