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martes, 5 de julio de 2016

FERNANDO ANDREU y SANTIAGO PEDRAZ EN LA JAULA DE GATOS





Fecha: 16 de Junio de 2016
Lugar: LA POSADA DE LA VILLA
          Cava Baja, 9
          M A D R I D
Asistentes: Fernando Andreu y Santiago Pedraz (invitados), Dolores Delgado, Marta Robles, Ana García, Cristina Aguilaz, María Carrillo, Tamara Muñoz Calero, Baltasar Garzón, Javier Gómez Bermúdez, Jacinto Santos, Guillermo Llamas, Manuel García Hierro, Gerardo Viada, Ricardo Peidró, Germán Gamazo, Jaime Porras, Juan Carlos Villalonga, Javier Menéndez, Julen Lopetegui, Carlos Beamonte, Javier Bermejo, Juan Chaves, Félix Colomo, Miguel Muñoz Calero y Luís Yáñez.
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Hay quien dice que la justicia ha sacudido buena parte de la presión política y mediática que ha soportado durante muchos años; que está cambiando, que ahora empieza a ir por el camino correcto, por esa vía de total  independencia de la que siempre se ha hablado mucho, pero por las razones que fueren casi nunca  ha sido así. De una forma u otra siempre se ha visto supeditada a presiones  foráneas, sobre todo en tiempos no tan lejanos. Hoy felizmente esa autonomía e independencia parece que empieza a tomar cuerpo y a ser una realidad, como prueba el hecho de que políticos y personajes influyentes de nuestra sociedad se vean respondiendo de sus actos delictivos en cualquiera de los juzgados de nuestro país, sin prebendas de ningún tipo como cualquier otro ciudadano de a pié. Antes no era así, todos lo sabemos, las cosas funcionaban de otra manera. Creo que el cambio y la metamorfosis  eran necesarios para el sistema y sobre todo muy saludable, ya que a partir de ahora los españoles podrán llegar de una vez por todas, al pleno convencimiento de que la justicia es igual para todos sin distinción alguna.
Hoy nos acompañan en nuestro Foro  dos Magistrados de la Audiencia Nacional, cuyo prestigio está avalado por  brillantes trayectorias en la instrucción y resolución de casos de gran complejidad en los que han demostrado su gran profesionalidad. Temas como: Bankia, Lasa y Zabala, Mafia Rusa, etc.,  llevados  por Fernando Andreu,  o Afinsa, Couso, Ausbanc, Mario Conde, etc., por Santiago Pedraz, entre otros, son pruebas contundentes  de su incuestionable y alta preparación.
Fueron generosos a la hora de contestar a las múltiples preguntas de los contertulios y ampliaron con gran profusión las respuestas a todas y cada una de las consultas que les formularon. Sin duda alguna se podría asegurar que en ocasiones los razonamientos eran auténticas clases magistrales de difícil comprensión, sobre todo  para aquellos que somos legos en la materia; sin embargo pusieron todo de su parte para hacer más o menos comprensibles los argumentos que se manejaron.
La jornada de hoy ha sido como un máster completo sobre temas judiciales. Seguro que a más de uno le han despejado muchas dudas. Ahora, estoy convencido que  sabemos un poco más de todo esto. Sabemos que los jueces son personas de carne y hueso, con los mismos sentimientos que cualquier otro ciudadano. Que no pretenden ocultarse tras esas negras togas.


Que son cercanos y que tienen las mismas preocupaciones que los demás. Que también son humanos.
Es difícil resumir en unas pocas páginas todo el argumentario jurídico con el que nos ilustraron. La pléyade de juristas que hoy nos acompañaron justificó una vez más la fuerza y la pujanza de nuestro Foro. Por ello, todos hemos de felicitarnos.

Y estas fueron algunas cosas que nos dijeron:

“Creen que en muchas ocasiones la justicia no es todo lo justa que debiera, o sea que es injusta. Una de las causas por las que no es justa, es por la lentitud en la resolución de los sumarios. Lamentablemente se producen agravios comparativos en frecuentes casos  de política criminal.
 Por ejemplo, no es justo que una persona que ha utilizado una tarjeta de crédito falsa en un momento determinado, después de varios años tenga que ingresar en prisión, y por el contrario no se prive de libertad a gente que defrauda cantidades millonarias a la Hacienda Pública. 
Esto no es un problema de los jueces: Ellos aplican e interpretan la ley de la mejor manera que pueden, y a veces evidentemente con la posibilidad del error
Pero la ley es la que es y la que tenemos, y los jueces en muchas ocasiones se sienten dolidos al tener que aplicar algo que no les convence y no es que ello atente contra sus valores fundamentales, ya que de ser así sería mejor dedicarse  otra actividad. 
Pero en cualquier caso hay veces que les duele mucho aplicar la ley, ya que se dan cuenta de que están cometiendo de alguna forma una injusticia. Lo que sí es cierto es que todos los jueces intentan dentro de sus posibilidades que esto ocurra las menos veces posibles. 
Pero aún sabiendo que es difícil puesto que en este país se legisla no todo lo bien que se debiera, que no quiere decir que se legisle mal, pero en ocasiones las apariencias dan mucho que pensar. Se está legislando constantemente a base de casuísticas y para casos concretos, cuando la ley debe basarse en unos valores constitucionales, muy bien estudiados y de futuro. 

No se puede legislar en función del efecto mediático de un delito determinado. Con independencia de que los jueces tengan la facultad de interpretar la ley dentro de unos límites técnicos, sus posibilidades de orientarla hacia “babor o estribor” son relativamente escasas dentro de lo que cabe”.
“Quien tiene la responsabilidad de legislar bien es el legislador. Los jueces lo que hacen es aplicar las leyes que son como un instrumento, cosa que a veces se olvida. El hecho de que unos jueces sean más progresistas que otros, no les permite ninguna arbitrariedad, siempre  se han de tener que ceñir a las leyes, sean mejores o peores. También es cierto que la ley no lo dice todo, la ley en si es interpretable en función de la realidad social”.
“Todo aquel que por necesidad tenga que acudir a un juzgado, el abogado le comentará al cliente; “nos ha tocado tal juez o tal fiscal”, que según su apreciación tiene unas características determinadas y en función de esto preparará la defensa. La justicia la hacen personas y estas interpretan las normas según su leal saber y entender. Es bien cierto que estas se ajustan fundamentalmente a su propia conciencia la cual está conformada por su ideología, el entorno en que ha vivido, la formación educativa y una serie de cuestiones que determinarán que un juez a la hora de emitir una sentencia pueda ser totalmente dispar a la de otro”.
“Creen  en la justicia de pueblo. Creen en el juez que todavía no está mediatizado por muchas cuestiones de su entorno. 

Creen más en este tipo de justicia que en la de aquellos jueces que van subiendo escalones, y a medida que los suben los intereses y las circunstancias de ellos van siendo distintos en términos generales; sin querer decir con esto que un juez se preste a ningún tipo de práctica ilegal o injusta, sino a una cierta docilidad para conseguir puestos o ascensos de mayor predicamento”.


“Existen mecanismos para evitar que una persona ingrese en prisión, para aquellos casos en los que lo justo choca con lo legal. En estas ocasiones hay ciertas posibilidades de evitar la cárcel sobre todo para aquellos procesos que se hayan dilatado excesivamente en el tiempo, como por ejemplo, que el reo se haya reinsertado socialmente y las leyes incluso hayan sido modificadas. 

También el tribunal que ha dictado la sentencia puede solicitar del Gobierno el indulto, el cual se está concediendo en muchas ocasiones, por lo que se suspende la pena hasta que no se resuelva definitivamente el caso”.
En el antiguo Código Penal se castigaba por la falsificación de tarjetas de crédito, de 8 a 10 años de cárcel, con el mismo agravante que un homicidio,
algo que hoy nos puede resultar cuando menos chocante. Sin embargo ahora el uso de una tarjeta falsificada la pena se ha visto reducida considerablemente.
 El hecho de que estas penas fueran tan duras, fue debido en que tiempo atrás las entidades bancarias en su afán de superprotección de este medio de pago, así como para prestigiar la seguridad del sistema bancario, influyeron en los legisladores para que las penas fuesen elevadas y de alguna forma tuvieran un carácter disuasorio. 

Una prueba más de que un sector de la sociedad civil, como las entidades crediticias como en casos como este, pueden hacer valer su ascendencia a la hora de llevar a cabo una legislación muy dura sobre una cuestión determinada. No debiera ser así, el delito debe castigarse por la gravedad del mismo, no por intereses particulares”.
“La justicia es lenta por varias razones; desde tener un enjuiciamiento criminal decimonónico, que la lleve el juez de instrucción en vez de la  fiscalía, cuya providencia sea recurrible en apelación, cuando lo suyo debiera ser que dejasen al instructor investigar y posteriormente en el juicio determinar la inocencia o culpabilidad del acusado.

 Lo suyo sería que el fiscal fuese el que llevara a cabo la investigación. Curiosamente el fiscal acaba siendo el juez de garantías frente al juez de instrucción, ya que en la actualidad el juez de instrucción está totalmente maniatado en ocasiones ya que necesita la previa autorización o solicitud del fiscal, cuando debiera ser al contrario, el fiscal solicitarla y el juez autorizarla. Algo que a todas luces es un sinsentido”.
“Al juez se le puede instrumentar a través de los medios de comunicación, de presión, de acusaciones populares, etc., puesto que es muy difícil que se sustraiga, por el hecho de no ser una parte, ya que tiene que ser imparcial; al contrario que el fiscal, que es parte.

El juez siempre sufrirá ataques intimidatorios y en muchos casos desproporcionados con el único fin de condicionarle. Se dice que desde el exterior, se manipula mejor a un juez que a un fiscal, y no es que el juez lo permita o lo tolere, pero si el fiscal instruyera, por el hecho de ser parte, el control lo ejercería el juez y ahí no cabría posibilidad alguna de manipulación. 
También sería necesario un juez de garantías, en el momento que el fiscal lleve a cabo la investigación, de tal modo que así sería imposible la manipulación sobre cualquier instrucción”.
“En la Audiencia Nacional hay más control de garantías que en ningún otro sitio, puesto que es más visible, más vulnerable y más expuesto a todo tipo de controles. 
Consideran que la Audiencia Nacional es imprescindible, y de hecho otros países han trato de copiarla. Lo que si necesita la AN es una nueva orientación y dotarla de un contenido claro y especifico sobre los delitos a los que se debe dedicar.
 Se ha pasado de una dedicación a la persecución de terrorismo, a otros asuntos que debieran estar en los juzgados de las distintas Comunidades Autónomas. No es comprensible que unos casos se deriven a la Audiencia Nacional, y otros de características similares, no. Una de las competencias de la AN es la persecución de los delitos de defraudación que afecten gravemente a la economía nacional, o tengan un amplio número de perjudicados en todo el territorio del Estado. No se debe llevar a la AN casos de un gran eco mediático solo porque interesen al gobierno de turno o a cualquier otro grupo de presión, ya que si se llevan a un juzgado cualquiera, estos no tendrían la trascendencia que en cada caso interesa. No hay criterios claros y definidos de  cuando una cuestión es competencia o no de la AN, pero el juez tiene la capacidad de decidir si acepta el caso o por el contario lo desestima”.
“Se ha hablado muchas veces de si la Audiencia Nacional es necesaria o no, su opinión es rotunda, sí. Lo que se necesita es marcar un rumbo definido de cual debe ser su cometido, que no es otro que la lucha contra la criminalidad organizada. Por ejemplo: A) Comisión de una serie de delitos como: Terrorismo, delitos económicos de enorme trascendencia estatal  y Tráfico de drogas. B) Proyección internacional, con una cooperación jurídica transnacional, ya que los delitos está demostrado que no se cometen solo en un país determinado. La delincuencia no respeta fronteras y las organizaciones delictivas internacionales operan a lo largo y ancho de todos los   países del mundo. C) Buscar el sistema para que se puedan tener mayores posibilidades de actuar en el tema de la justicia universal, persiguiendo e investigando  todos aquellos delitos que se cometan contra la humanidad. 

Estos tres puntos serían más que suficientes para que la Audiencia Nacional tuviese  cometido de sobra para no tener que dedicarse a cuestiones que debieran tramitarse en otros juzgados. Hay temas que no tienen justificación para que se lleven en la Audiencia Nacional, como por ejemplo los delitos fiscales de algunas figuras famosas. Curiosamente en el mundo del fútbol hay procesos como el “caso Messi”, se lleva en un juzgado de Barcelona, sin embargo el “caso Neymar”, se lleva en la Audiencia Nacional. ¿Qué explicación tiene esto?. Difícil dar una explicación convincente que justifique este tipo de decisiones, pero algún motivo ha tenido que haber y con toda seguridad de carácter mediático. La Audiencia Nacional no puede asumir cualquier delito que se interprovincial ya que los casos se eternizarían y producirían un gran colapso”.
“España es el único país que mantiene la posibilidad de que un ciudadano, una asociación, un sindicato, un partido político etc., pueda participar en un proceso penal como parte querellante y acusadora sin tener ninguna relación con el asunto que se investigue, algo que consideran un error de base, sin perjuicio que la acusación pudiera tener un buen fin.

 Es un tanto sospechoso que un sindicato del nombre que sea, por ejemplo Ausbanc, se personase en todo tipo de asuntos y cuestiones de la índole que fuera. La conclusión era bastante clara para los profesionales de la justicia, daba la impresión  que  más que un sindicato parecía un querellante profesional, y eso es lo que hay que evitar a toda costa. Son los legisladores los que tienen que llegar a la conclusión que esto no puede ser así, que es necesario algún tipo de exigencia para evitar los abusos, sin perjuicio que esto sea una tradición española y que además se contemple en la Constitución con el afán de que los ciudadanos participen directamente en la administración de justicia, y esto quiérase o no también es un error, de la misma forma que el jurado popular que al final ha sido un desastre y no ha funcionado como en principio se esperaba en nuestro país. Está claro que los ciudadanos lo que quieren es que la justicia funcione, no participar en la administración de la misma; y a partir de aquí que las acusaciones populares se puedan presentar como querellantes tal reza en la Constitución, pero siempre que se acredite un interés legítimo en la causa”.
“Las graves consecuencias que en nombre de la libertad de información se pudieran generar, al dar una noticia no contrastada o manipulada, por parte de un medio de comunicación, es un tema que preocupa a todos. En ese sentido consideran que los jueces han sido muy lasos a la hora de imponer sanciones, cuya cuantía  dista mucho de los beneficios que reportó en su día la información falsa o engañosa. En otros países las demandas de protección al honor pueden tener unas condenas millonarias, lo cual al medio de comunicación jamás le interesará divulgar una noticia sin que se haya comprobado que es demostradamente cierta, ya que el coste sería enormemente elevado. El problema no es de libertad de expresión, el problema es que si esto procede de una investigación policial o judicial, es secreto, y el primero que tiene que saberlo es el investigado, no los medios de comunicación. Lo cierto es que en este país se filtra casi todo y eso en parte es culpa de los jueces que no actúan con la dureza y contundencia necesarias para evitar la filtración de diligencias. Es imprescindible que la ley tipifique que todo aquel que filtre cualquier tipo de investigación en curso cometerá un delito grave, por lo cual el que lo haga se tendrá que atener a las consecuencias”.
“El ciudadano en la gran mayoría de las resoluciones que se dictan por parte de los juzgados, no entienden el lenguaje jurídico, de ahí la necesidad que dichas resoluciones sean más didácticas y explicativas para una mejor comprensión por parte de la sociedad. Si se sigue con los términos “fundamentos”,“considerandos”, “recusación”,“cautelar”,“excusación”,etc. La gente seguirá sin enterarse de la mitad de las cosas; y la justicia en sus resoluciones debe ser lo más clara posible. En esta cuestión juegan un papel muy importante los medios de comunicación que en ocasiones en vez de facilitar el buen entendimiento de las resoluciones judiciales, manipulan la información con tramas y conspiraciones, convirtiéndolo todo en algo mucho más farragoso e incomprensible. La prensa debiera tratar de explicar de una forma clara cada uno de los casos en los que interviene informativamente, sin hacer comparaciones con otros sumarios que pudieran parecer similares, ya que lo único que consiguen es confundir y desorientar a la gente. Actualmente hay muchos casos en trámite extremadamente delicados en su resolución, y si además estuvieran afectados por algún tipo de información sesgada  facilitada por un medio de comunicación, ello no favorecería en absoluto al trámite en curso, lo único que se conseguiría sería confundir aún más al que la recibe, llegando en ocasiones al juicio paralelo de la calle, que en vez de favorecer, entorpecen el buen desarrollo de los sumarios”.
“En aquellos casos complicados, sobre todo de una gran trascendencia mediática y gran impacto social, el desarrollo de los procesos judiciales siempre resultarán cuando menos  difíciles y complejos en su resolución. Se dan situaciones donde se producen enfrentamientos de posición entre el fiscal y el juez de instrucción, por una cuestión de puntos de vista diferentes, los cuales vistos desde la óptica profesional, al contrario de lo que pudieran parecer, siempre enriquecerán el procedimiento. Lo que nunca debiera ocurrir es la pelea de egos, por cuestiones de influencia y por querer determinar el lugar en el que  cada uno está posicionado. En casos como estos por regla general los medios de comunicación suelen ser determinantes informativamente hablando, por el acento que ponen para que todo parezca que es muy trascendente y complicado, llegando incluso en ocasiones a hacer valoraciones subjetivas de un proceso que profesionalmente desconocen, pero a sabiendas que tendrá mucha repercusión en el gran público”.
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Entre otras muchas cosas, también nos dijeron:


“Dios nos libre de la conciencia de los jueces”.
“Es mejor no entrar ni a un hospital ni a un juzgado, ya que no se va a salir mejor de lo que se entra”.
“Toda norma jurídica surge de una decisión política”.
“Un proceso se puede iniciar mal, pero al final el resultado será muy similar”.
“No es cierto que la Audiencia Nacional haya sustituido al Tribunal de Orden Público (TOP); no hay ni una sola competencia que coincida”.
“La misión de la justicia es proteger a las víctimas y castigar a los culpables”.
“En las investigaciones judiciales, en ningún momento debe haber transparencia ya que la investigación debe ser secreta”.
“El sistema penal es represivo, no preventivo”.
“En una apelación o en un juicio oral no es necesario el enfrentamiento entre la fiscalía y el juez, para eso está la ley”.
“Cuando hay una crisis social, la ciudadanía busca alguien que salve la situación, recurriendo en muchos casos a los jueces, cuando estos no son salvadores de nada”.
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Mínimas discrepancias en cuestiones de menor importancia. En lo trascendente, unanimidad de criterios. Dos Magistrados de su valía con una formación similar, necesariamente tienen que coincidir en los planteamientos jurídicos legales. Ellos son parte activa de la estructura judicial de este país. Sus resoluciones ponen de manifiesto   constantemente que la justicia de la que hoy gozamos es un paradigma de honestidad y eficacia.
Nadie de los presentes quedó insensible ante la sabiduría, el conocimiento y la profesionalidad de nuestros invitados. De siempre ha habido un cierto respeto, e incluso diría que miedo, a la toga, las puñetas y el mallete, atributos que han caracterizado a los jueces. En la cercanía y en la corta distancia, son seres humanos iguales que otro cualquiera, con los mismos sentimientos y los mismos problemas que cualquier otro ciudadano. Es más, diría que a la vista de la enorme cantidad de miserias humanas que han tenido que ver y soportar en el ejercicio de su profesión, su humanidad y su comprensión se han ido moderando día a día.
Ha sido un verdadero honor tener con nosotros a estos dos jueces, que con su gentileza y cortesía nos han presentado el perfil y el lado más humano de uno de los poderes del Estado.
Gracias Fernando y Santiago, Santiago y Fernando, por vuestra generosidad. Sabéis que siempre seréis bien recibidos en este Foro, que si de algo puede presumir es del extraordinario nivel de su invitados.
Hasta siempre y muchas gracias.

Por: Luís Yáñez.