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jueves, 30 de octubre de 2014

JULIO FEO, EN LA JAULA DE GATOS


 
 
Fecha: 23 de Octubre de 2014 
Lugar: La Posada de la Villa 
          Cava Baja, 9 
          M A D R I D 




ASISTENTES: Julio Feo, (invitado), Jacinto Santos, Mariano Fernández Bermejo, Ricardo Peidró, Guillermo Llamas, Agustín Ruiz, Luis Blázquez, Juan Figueroa, Gonzalo Ibáñez, Rafael Castillo, Antonio Bustamante, Julio Rodríguez, Antonio Blázquez, Fernando Ramírez de Haro, Miguel Muñoz Calero y Luís Yáñez. 
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Despertó un interés extraordinario nuestro invitado de hoy. Era totalmente lógico. Sabíamos que tenía muchísimas cosas que contar, algunas de ellas eran conocidas, pero otras forman parte del anecdotario de una persona como Julio Feo, que en aquel momento histórico, estuvo de lleno en toda la “pomada”.  El que más y el que menos de los que  estuvimos en esta reunión peinamos canas, y de alguna forma fuimos testigos, unos como parte activa y de una forma muy directa y otros como meros espectadores, pero todos sin excepción  vivimos con verdadera pasión aquellos años críticos de la trepidante y convulsa  “Transición política española.  Nadie como Julio Feo, que fue uno de los grandes intérpretes y al mismo tiempo partícipe directo de la misma, podía dar respuesta y alimentar nuestra curiosidad, sobre esas cosas que nunca llegaron a tener la categoría de noticia, pero hoy por lo novedoso tienen para nosotros tanto o más interés que lo que entonces si fue noticiable. Quizás el hecho de verlo con la perspectiva del paso de los años valoremos las anécdotas como si fueran primicias de aquellos tiempos, máxime cuando la fuente de las mismas es una versión veraz y de primera mano, que hoy llega a nosotros sin la crispación que entonces se vivía.  

Fue un gran acierto traer a nuestro Foro a un personaje como Julio Feo. Lúcido, brillante, humano, con una memoria fabulosa y sobre todo de una gran amenidad en el relato de cuestiones que seguramente hace 30 años muchas de ellas tendrían un carácter reservado, pero que hoy siendo muy interesantes, no han  precisado de la discreción de entonces.  

Casi cinco horas departimos con Julio Feo almuerzo y tertulia, que nos sirvieron para avivar el recuerdo de un tiempo pasado en el que se fraguó a golpe de decisión e inteligencia la libertad democrática que hoy  disfrutamos. A ellos, a todos sin excepción, azules y rojos, blancos y negros, a políticos de la tendencia que fuera, a los medios de comunicación y sobre todo a la propia sociedad española, que aportaron su granito de arena para que aquella heredada sociedad casposa” fuese suplida por otra cargada de esperanza, que miraba hacia un futuro que en aquellos días nos parecía más incierto y turbulento que nunca. En justicia estamos obligados a ser agradecidos al tiempo que reconocemos el incalculable valor de su esfuerzo y de su convencimiento, en que sus decisiones eran las mejores que se podían haber tomado. Fueron muchos más los aciertos que los errores, como prueba el hecho de que el tiempo les ha dado la razón y la ciudadanía vive hoy con toda normalidad en un mundo democrático y de plenas libertades. Todos fuimos los artífices, sin entrar en valoraciones o clasificaciones de quien tuvo más o menos influencia. Gracias a todos. 
Este es solo un extracto de las muchas cosas que nos dijo:     
 
“Su comienzo activo en el PSOE se remonta al año 1979/80, cuando se va a Murcia como Secretario de Comunicación del partido. Dada su amistad con Luis Sánchez-Merlo, Secretario de Presidencia del gobierno de Calvo Sotelo, le llamó para que nombrasen a Felipe González, Jefe de la oposición, cosa que no hicieron por las razones que hoy todavía desconoce y que jamás le preguntó el motivo; sin embargo cuando el PSOE gana las Elecciones Generales de 1982, el presidente González si nombró a Calvo Sotelo, Jefe de la Oposición. Políticamente un partido y otro veían las cosas de forma muy diferente. En los meses que estuvo en Murcia tuvo algunos contactos con militares y se dio cuenta que hablando directamente con ellos se aclaraban muchas de las dudas que había y sobre todo se limaban  posturas intransigentes y de rechazo que nada tenían que ver con la realidad que se estaba viviendo”. 



“Conoció a Felipe González antes de la campaña electoral de 1977, en las primeras elecciones libres que se celebraban en nuestro país desde 1936. Era auténticamente una esponja, escuchaba y exprimía a la gente, y luego tenía esa capacidad de síntesis de resumir en tres minutos todo lo que se había hablado durante varias horas. Nos cautivó a todos, era un tipo realmente sensacional. Fue cambiando desde el momento que llega a la Presidencia del Gobierno, y no cree que fuera por el llamado “síndrome de la Moncloa”, sencillamente cree que como se le facilitaba tanta información, llega un momento que está sobrado de ella, y a partir de ahí cambia, y pasa de ser esponja y absorberlo todo, a dar discursos permanentes y no dejar hablar prácticamente a nadie. Nunca se consideró amigo de Felipe González, jamás se tomó un café o una caña con él, ni han comido a solas nunca, ni han ido al cine o al teatro, se limitó a cumplir con su obligación mientras fue Secretario de Presidencia, y desde que  cesó en el cargo en 1987 lo ha visto en raras ocasiones, siempre en casa de algún amigo común, pero nada más, simplemente una relación respetuosa. Cree que no era una persona de muchos amigos. Ahora cuando  alguien le critica por haber hecho “puerta giratoria”, (término político que designa coloquialmente que un alto cargo público se vaya a trabajar a una empresa privada), es de justicia matizar que Felipe González lo ha hecho 15 años después de haber salido de la presidencia del Gobierno, no a los dos años o a escasos meses de haber dejado el cargo, cree que es algo que  se debe puntualizar y subrayar. No todos han obrado u obran de la misma forma”.  

“Durante la campaña electoral de 1.982, que acabó brillantemente en el Hotel Palace de Madrid, Felipe González nunca le habló de su futuro político, pero siempre pensó que para un puesto relacionado con la comunicación nombraría a alguien relacionado con este mundo y él en aquel momento lo era. Le llamó Felipe González y le preguntó si podía contar con él, a lo que le respondió que sí, y le dice que será el próximo Secretario de Estado de Información, y que se ponga desde ese momento manos a la obra. Al cabo de ocho días le llama nuevamente y le dice que ha cambiado de opinión y que sería Secretario de la Presidencia, entonces le preguntó cuales serían mis funciones,  respondiéndome: “Hacerme la vida fácil”. Posteriormente se enteró que Alfonso Guerra tenía distribuido todo el organigrama de la Moncloa, desde el Secretario del presidente que iba ser el diplomático Fernando Valderrama hasta su secretaria particular. Vamos  que había asignado la práctica totalidad de los puestos de Presidencia. Hay un momento en que Felipe y Alfonso hablan del tema y deciden que cada uno elegiría el 50% de los cargos; Felipe los de la Secretaría de Presidencia y Alfonso los del Gabinete. Muchos no sabrán que el nombramiento de los Ministros del gobierno fue designado la mitad por cada uno de ellos, de tal forma que antes de los Consejos de Ministros, cada uno despachaba con los  que había nombrado. Tenían conceptos muy diferentes de cómo había que hacer las cosas, es más cree que entonces ya no tenían una relación fluida y amistosa. Había mucho radicalismo estético en las actuaciones de Alfonso Guerra, algo que después el presidente Zapatero elevó a la enésima potencia; sin embargo Felipe González tenía conceptos de auténtico estadista, donde los criterios deben prevalecer por su solvencia, no por arrebatos temperamentales o ideológicos”. 

“Contra la opinión de los diplomáticos del
Gabinete de Presidencia, consideró que era mejor conocedor de las costumbres del pueblo americano así como del funcionamiento de aquella administración, en parte por  el hecho de haber estudiado tres años en la Universidad de Stanford (California) y otros tres en la de Columbia (Nueva York), y también por haber  trabajado durante un tiempo como intérprete para el Departamento de Estado. Todo esto, según su criterio le confiere un mayor conocimiento de la idiosincrasia del país, y es por lo que asume la responsabilidad de organizar en 1.983 el primer viaje de Felipe González a EE.UU. Se fue a Washington  con la pretensión de organizar una entrevista a solas en la Casa Blanca, entre el presidente Reagan y Felipe González, cuya petición es desestimada taxativamente por sus asesores. En ese mismo viaje, cierta noche una persona muy cercana a la CIA, le invitó a cenar en su casa con el general Haig y le explican el motivo de no aceptar la reunión a solas entre los dos presidentes, según ellos,  se debe al escaso nivel de atención y de concentración de Reagan en las entrevistas vis a vis. Curiosamente en su visita a España en 1.985, Felipe González consiguió llevárselo a solas a pasear durante un buen rato por los jardines del Palacio de la Moncloa; una prueba más de la gran capacidad de seducción que tenía el presidente”. 
“Uno de los viajes que llevó a cabo por encargo del presidente González, fue a Cuba, portando una carta para entregarle en mano a Fidel Castro, en la que le pedía la libertad de Gutiérrez Menoyo, un español que había sido uno de los comandantes de la revolución cubana y que en aquellos momentos estaba en la cárcel, acusado de organizar operaciones anticastristas para derrocar el régimen cubano. Llegó a La Habana y lo alojan en una de las casas de protocolo que habían habilitado para visitas de políticos extranjeros, a la espera de que Fidel Castro le recibiera. A los dos o tres días estando con Txomin el médico y secretario de Fidel, entraron unos milicianos vestidos de verde con metralletas en la mano, que nos anuncian la visita del comandante. Le entrego la carta que me había dado el presidente, y a medida que la iba leyendo, observaba que cada vez  se ponía con un gesto agriado y de peor humor, haciendo comentarios sobre Felipe González como que era un terrorista y otras lindezas por el estilo. En vista del cariz que tomaban las cosas le digo: “Comandante, nosotros al margen de la decisión que tome sobre este asunto, vendremos en el viaje oficial que tenemos programado”; esto de alguna forma le hizo cambiar  el carácter, me pasó la mano por el hombro y empezó a pasear conmigo al tiempo que me aseguraba que antes de las próximas Navidades enviaría a España a Gutiérrez Menoyo. Regresé a España e informé al presidente González de cómo había transcurrido todo, y en la primera quincena de 1.986, se realizó la visita a Cuba tal como se había programado. Asimismo en Diciembre de ese mismo año Eloy Gutiérrez Menoyo fue liberado por Fidel Castro”. 

“Fidel Castro era una persona que en algunas cosas estaba anclado en el pasado, prácticamente en los años 60 del siglo XX. Temas como el de la homosexualidad eran para él incomprensibles, así como otras cuestiones en las que igualmente daba la impresión de ser un poco reaccionario. Por otro lado era un hombre de trato muy afable y un magnifico conversador. Recuerda un almuerzo que tuvo lugar en un Cayo de Cuba, en el que estuvieron García Márquez, Felipe González, Javier Solana, Bryce Echenique y Fidel Castro, cuya sobremesa duró más de ocho horas. Sería un auténtico bestseller haber podido grabar los comentarios de unos y otros, al margen del altísimo nivel de los contertulios cuyas reflexiones hubieran merecido incluso hoy la atención de cualquiera”.   

Ya como presidente del Gobierno, Felipe González, le encargó gestionar su visita a la División Acorazada Brunete. Para ello se desplazó hasta allí para llevar a cabo los preparativos, y nada más llegar le entregan una invitación al tiempo que le apostillan, que  esta unidad militar del ejército, jamás había sido visitada por ningún presidente de Gobierno anterior, ni Suárez, ni Calvo Sotelo. Se lo comunicó al Presidente González así como al Ministro de Defensa, Narciso Serra, y el 9 de Diciembre de 1982, se decide llevar a cabo la visita a este acuartelamiento militar, donde se respiraba un ambiente crispado y de lo más gélido, algo que aparentemente se podía cortar con un cuchillo. Después de acabada la consiguiente misa, ya en el  patio  se nos acercó un general, se cuadró ante el Presidente González y le dijo: “A las ordenes de V.E. Sr. Presidente, nunca he votado socialismo ni lo votaré, pero desde hoy estoy incondicionalmente a sus órdenes”. Posteriormente pasamos a tomar un vino y ahí Felipe González, que en la corta distancia se maneja muy bien, rompió el hielo existente y la visita acabó de una forma muy distendida. Cree que esa visita marcó un antes y un después del Gobierno socialista con respecto al ejército. Considera que hubo más “feeling” entre el presidente González con las Fuerzas Armadas que estas con Suárez y con Calvo Sotelo. En un momento determinado Felipe González hizo un discurso con respecto a las Fuerzas Armadas, que podría considerarse el más oportuno y regeneracionista de aquel momento”. 
En un viaje oficial en 1.985,  a la toma de posesión de Julio María Sanguinetti como presidente de Uruguay, Felipe González invita a Adolfo Suárez, Nicolás Redondo, a alguien de CC.OO. cuyo nombre no recuerda, al General Gutiérrez Mellado y al representante de la JUJEM, General Santos Peralba, que aparentemente era un militar bastante liberal y aperturista, sin embargo en este viaje se negó a saludar al expresidente Adolfo Suárez y al General Gutiérrez Mellado que había sido su vicepresidente, algo que nos resultó a todos de lo más sorprendente, días después supimos que era un nostálgico del franquismo. No olvidaba ni perdonaba que el presidente Suárez hubiera legalizado el Partido Comunista de España.  Ver para creer”. 




“La prensa en general tuvo un gran protagonismo en la Transición española. Recuerda la campaña electoral de 1982, en cuyos mítines les acompañaban un buen número de periodistas. Entre ellos tuvo una deferencia especial con Martín Prieto, que nos regalaba diariamente con unas crónicas literariamente extraordinarias. También recuerda los artículos de César Alonso de los Ríos, Fernando Pajares y Fernando Jáuregui, que eran un ejemplo de  análisis pormenorizado y de gran imparcialidad política. Todos ellos aparentemente han ido sufriendo una transformación o un giro ideológico, han ido pasando de actitudes más progresistas hacia posturas más conservadoras, ellos sabrán las razones y el porqué de esta metamorfosis. También es cierto que  ha habido giros al contrario, como por ejemplo el caso de Jorge Verstrynge, aunque han sido los menos”. 
“El tema de ETA siempre fue una cuestión muy difícil y escabrosa para todos los gobiernos. Cada vez que había un atentado terrorista todos nos sentíamos muy afectados. En una cena privada en Paris entre el presidente González y el presidente francés François Mitterrand, le informa del número de muertos que había ocasionado ETA entre militares, policías y civiles, a lo que el presidente francés le dijo: “Eso Francia no lo hubiese aguantado”; y a partir de ese momento el país vecino empezó a colaborar con la política antiterrorista española, persiguiendo a ETA en el territorio francés. Se tomaron medidas, según el tipo y magnitud de los delitos, como la de alejar a algunos de ellos a 400/500 kilómetros de la frontera, otros fueron expulsados de Francia y otros se les  encarceló. A la vista de este nuevo panorama, tuvo que hacer varios viajes a Sudamérica  para “colocar” etarras en distintos países de aquel continente. Fue una labor muy difícil ya que el tema era de lo más delicado. Lo que sí puedo asegurar es que el presidente Felipe González es el primero que consigue la colaboración de Francia en la persecución de etarras en aquel país”. 

“Los “fondos reservados” siempre fueron motivo de mucha controversia. Llegaban todos los meses en metálico directamente del Banco de España y se guardaban en una habitación dentro del despacho del presidente, a la cual solamente teníamos acceso el presidente y yo. En aquel momento la idea era que los fondos reservados, como su propio nombre indica, eran reservados. Se podía hacer con ellos lo que se considerara oportuno. Esa era la filosofía que imperaba en aquel momento. A los quince días de haber tomado posesión, vino el Interventor y me dijo: ¿Qué hacemos con los fondos reservados?; a lo que extrañado le respondo: ¿Qué dice usted?, y él entonces me dice que era costumbre dar una gratificación mensual a todo el personal que trabajaba en Moncloa, desde los altos cargos hasta el botones. En principio me pareció razonable, ya que los sueldos eran muy bajos, y allí el personal trabajaba entre 14 y 15 horas diarias. Le pregunté si conocía las cantidades que percibía cada uno, y me dio una relación en la que figuraban uno por uno el nombre y el montante de percibo mensual. A mí puesto de Secretario de Presidencia, le correspondía un millón de pesetas mensuales, cuando mi sueldo era de ciento diez mil pesetas/mes. Me quedé muy asombrado y le dije: “Mire usted aquí hemos venido  8 o 10 personas con cargos políticos y a esas no les va dar usted ninguna gratificación, de todas formas consultaré con el presidente y ya le diré algo al respecto”. Así lo hice y al presidente le pareció bien mi decisión y desde aquel momento ninguno de nosotros cobramos nada de los fondos reservados. En otros ministerios como Interior y Defensa se siguió cobrando las cantidades que estaban estipuladas desde hacía años. De los fondos reservados, recuerda tres disposiciones para comprar lo siguiente: Una bandera de un cuartel que no tenían dinero y todavía colgaba en la entrada la bandera preconstitucional. Adquirir uniformes de gala para la Guardia Civil de Moncloa, que temía que presentar armas a las personalidades políticas que venían de visita, y por último la compra de un frac para una cena en La Zarzuela. Tuvo que recortar gastos superfluos que se venían arrastrando de años atrás, por ejemplo en cierta ocasión, cuando llevábamos dos meses en Moncloa, me presentan una factura de más de un millón de pesetas de gastos de pescadería de un solo mes, lo cual me pareció desproporcionado. Me entero del motivo y resulta que del palacio dependían militares, policías, escoltas, jardineros, secretarias y el resto de personal auxiliar, que comían a la carta, lo cual obligaba a tener una despensa enormemente surtida, motivo por el cual 80 o 90 personas originasen un gasto tan elevado y sobre todo tan desproporcionado. Desde ese momento se pusieron dos menús y se acabaron los dispendios de esa partida. Había costumbres heredadas tanto en las empresas privadas, como en las públicas así como en la propia Administración, que se consideraban normales, tales como las de recibir cierto tipo de regalos, presentes, cestas de Navidad, etc. que parecía que no tenían importancia, pero que en el fondo esta forma de obrar era una auténtica corrupción, tolerada, sí, pero que de alguna manera no dejaba de ser una forma de soborno”. 
En la problemática actual de Cataluña, cree que ha habido dos personas que se han enrocado, cada una con sus razones – Mariano Rajoy y Artur Mas – y la única salida posible está en una negociación en la que ambas partes estén dispuestas a llegar a acuerdos solidarios,  que al mismo tiempo sean constitucionales y además satisfagan al pueblo catalán. Todos sabemos que cualquier tipo de negociación o acuerdo, nunca va a satisfacer a Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que por  sus principios y postulados independentistas, jamás admitirá ningún tipo de negociación fuera de la secesión, pero seguramente si contentaría al resto de los ciudadanos catalanes, que en definitiva sería lo más interesante. Los problemas que se están viviendo a día de hoy, a causa del referendum del 9-N,  que por mucho que quieran camuflarlo no deja de ser una consulta al pueblo catalán si quiere o no la independencia de Cataluña, es un problema que viene de antaño cuando en un mitin electoral en el año 2003 el Sr. Zapatero asumió entre otros el compromiso de apoyar la reforma del Estatuto de Cataluña que aprobase el Parlamento catalán, y lo que fue peor  haber reconocido a Cataluña como nación en el preámbulo del Estatuto de aquella comunidad. Este “gol” se lo mete Pascual Maragall a Zapatero, cosa que no lo hubiera conseguido nunca con Felipe González, de eso está totalmente convencido”. 
En su opinión en estos momentos en el PSOE hay gente joven muy válida y con una gran preparación. Personas con ideas firmes y renovadoras, que pueden llevar al partido nuevamente al gobierno de España. Susana Díaz, presidenta de Andalucía y Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, son dos claras muestras de solvencia y talla política. A la primera, la considera una auténtica joya dentro del PSOE, y está convencido que una de las cosas por las que luchará será por la reforma constitucional, porque ella sabe por su propia experiencia, lo beneficioso que sería esta reforma. De Pedro Sánchez, salvo una debacle, cree que puede ser el próximo presidente del Gobierno de España. Es Licenciado en Economía. Habla inglés y francés. Cree que reúne condiciones para depositar en él una buena dosis de esperanza. Cercano con la gente. No tiene prisa nunca, ni le molesta que le den abrazos. Debiera de alguna forma moderar su incontinencia verbal, y en su opinión no debiera haber participado en ciertos programas de televisión, aunque reconoce que con ello ha hecho “marca”, y ahora mismo le conocen la gran mayoría de los ciudadanos de este país, algo que hace cinco meses nadie sabía de su existencia. Es cierto que el último mes ha cometido algunos errores, pero espera que no los vuelva a cometer más. Se había expuesto demasiado en medios populares, pero ahora da la impresión que su servicio de información está tratando de llevar las cosas de una forma más seria. Su actual equipo de comunicación está dirigido por Verónica Fumanal, que en su opinión cree que es muy válida para la función que desempeña, pero tiene que evitar que le Secretario General caiga en el “frikismo. Quizás le falte a su lado una persona con más conchas políticas, pero eso tiene una fácil solución”. 

“En todos los ámbitos políticos y sociales se está hablando a diario sobre la necesidad de reformar tanto la Constitución  como la ley electoral. Tanto una como otra necesariamente tiene que llevarse a cabo antes o después. Entiende que tal y como se están desarrollando las cosas, es una auténtica perversión del sistema, por ejemplo, en unas elecciones municipales que la propuesta más votada sea  la que elija  el alcalde, cosa que actualmente es así, pero sería mucho más lógico que si hubiera una segunda vuelta se eliminarían las minorías y la alcaldía pasaría a manos de la lista más votada, con lo cual podría sacar adelante las propuestos y sobre todo la gobernabilidad del municipio. Hoy por hoy no ve otra salida más que esta. En el caso de unas elecciones generales, tendría que hacerse de la misma forma, una primera y una segunda vuelta. Supongamos  el futuro con un Parlamento nacional a la italiana, 20% el PSOE, 20% el PP, 15% PODEMOS, 10% IZQUIERDA UNIDA, 5% UPyD, y el resto partidos nacionalistas y minoritarios. El país sería prácticamente ingobernable  y estaríamos convocando elecciones cada seis meses. Es imprescindible y necesario hacer una nueva ley electoral o reformar a fondo la que tenemos, de la misma forma que la Constitución. Asimismo hay que obligar a los Diputados que respondan ante los ciudadanos que les han votado por su circunscripción, para que estos puedan hacerles llegar  sus inquietudes y necesidades, tal como se hace en otros países con mucha más tradición democrática, como por ejemplo Gran Bretaña o EE.UU.”. 
“El fenómeno político “Podemos”, le parece un grupo que por lo menos es asambleario lo cual es bastante positivo, pero en cuanto están intentando montar las estructuras, empiezan las discrepancias y las broncas. Hay que ver si son capaces de llevar a buen puerto sus ideas políticas. Está muy bien el discurso de crítica y quejas sobre lo que nos ofrecen los partidos políticos actuales, pero veremos si después  sus ideas pueden llevarlas a un programa para solucionar todo lo que hoy critican. Políticamente son listos, y saben que una de las cosas que podría perjudicarles, son las elecciones municipales, por eso se las han quitado de en medio y no se presentan en ninguna circunscripción. En su cartesiana idea de ver la política, tiene serias dudas sobre su futuro, pero considera que  cabe la posibilidad que en las próximas elecciones generales puedan hacer mucho daño e incluso dinamitar el sistema. Por las noticias que le llegan, hay una discrepancia de criterios, unos quieren un solo secretario general y otros una portavocía compartida por tres personas. Veremos como acaba todo.

Poner en marcha el aparato de un partido político es muy complicado, y aunque no nos guste, los partidos tienen que tener aparato para que funcionen”. 
 
También nos dejó algunas frases y reflexiones que  merecen un cuidadoso análisis, por su actualidad y su profundo significado: 
 
“Los requisitos de un líder en los tiempos que corren, son los mismos que los de antes y que los de dentro de 100 años: Carisma, sentido común, claridad de ideas, honestidad, un programa creíble, una ideología y ganas de trabajar”. 
“Los ciudadanos castigan con más dureza la corrupción que viene de la izquierda, que la que proviene de la derecha”. 
“La crispación funciona y la derecha intenta que siga funcionando”. 
“La famosa Bodeguilla fue una obra de la esposa de Felipe González, Carmen Romero, en la que los viernes organizaba cenas informales para los intelectuales de la época. Estaba ambientada como una típica tasca andaluza. El nunca fue un asiduo visitante”. 
“Hoy el nivel cultural de los políticos es bastante bajo, y un país no puede estar en manos de gente poco documentada”.  
“El caso de Adolfo Suárez es de lo más cainita políticamente hablando. Sus propios correligionarios de UCD no cejaron en ponerle todo tipo de zancadillas. No soportaban que un joven de Cebreros (Avila), con un solo título de Abogado, fuera el más listo de la clase, cuando ellos con varios títulos, brillantes oposiciones y nacidos en el Barrio de Salamanca de Madrid, tenían que aceptarlo como el “Jefe”.  
“Los socialistas siempre tuvimos un relación magnífica con el general Gutiérrez Mellado, máxime después del gesto que tuvo en el Congreso de los Diputados ante los golpistas del 23-F”. 
“La diferencia entre los políticos de la Transición y los de hoy en día, es que aquellos procedían todos del mundo laboral, ya fuese de profesiones libres, de empresas o de la Administración, o sea que todos habían cotizado durante años e la Seguridad Social, y esto es algo muy importante para un político, conocer el mundo laboral desde una óptica distinta a la de la política”. 
“Desconfía de aquellos políticos que siempre han estado encajados en el aparato del partido, de los que han hecho carrera dentro del mismo y desconocen otra actividad que no sea medrar en torno a las estructuras de su propio partido”. 
“Es Alfonso Guerra el que me asigna acompañar a Felipe González y coordinar la campaña electoral del año  1.977, ahí es donde le conozco por primera vez”. 
“Si tuviera que hacer una valoración de Felipe González y Zapatero como presidentes del Gobierno de España, diría que Felipe era más reflexivo y Zapatero más temperamental, con lo cual este último tenía muchas más posibilidades de equivocarse. Felipe González nunca busco en sus declaraciones un titular fácil, Zapatero sí”. 
“Según su opinión, los dos presidentes de Gobierno socialistas, no son comparables en nada. Felipe González no se le hubiera ocurrido jamás no levantarse al pasar la bandera americana en un desfile. Nunca hubiera nombrado a Carme Chacón, Ministra de Defensa, no por el hecho de ser mujer, catalana o estar embarazada, seguro que le hubiera asignado otro ministerio, pero nunca el de Defensa; y que quede claro que Felipe González de misógino, no tenía absolutamente nada”. 
“Cree que el Rey Juan Carlos I hizo por España dos cosas muy importantes: Pilotar la Transición y abortar el golpe de Estado del 23-F; aunque solo fuera por esto, tendríamos que estarle muy agradecidos. El si lo está”. 
“Se declara filosóficamente republicano y constitucionalmente monárquico, que aunque parezca una contradicción, por su larga experiencia política asegura que no lo es”. 
 “Como jugador de mus, Julio Feo es un maestro adelantado. Recuerda el viaje oficial a Uruguay a la toma de posesión del presidente Sanguinetti. A bordo del avión que nos llevaba, se organizó una partida de mus, en la que la pareja formada por el presidente Suárez y el general Gutiérrez Mellado nos dieron una soberana lección a Sancho Gracia y a mí. Las cartas son de lo más veleidosas y se van donde quieren…” 
“Su impresión sobre el caso Pujol, cree que ha salido a la palestra, cuando han querido que saliera. Se sabía que había cosas extrañas en lo que a comisiones se refiere, pero da la sensación que mientras no se “sacasen los pies del plato” y se mantuviese el “statu quo” todo seguiría igual. Pero da la impresión que la cuestión secesionista es lo que ha precipitado y lo ha desmadrado todo. Veremos como acabará”.  
“Niega rotundamente haber participado en la campaña de Pedro Sánchez a la Secretaria General de PSOE, aunque reconoce que le hubiera gustado, ya que el candidato le causa muy buena impresión”. 
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Posiblemente esta reunión  haya sido una de las más interesantes que hemos tenido en este Foro. Recordar aquellos días de la Transición ha sido de lo más ilustrativo. El ruido de sables, los uniformes raídos, el olor a incienso y el siseo de viejas sotanas, eran cuestiones que nos hacían estar pendientes de la radio y leer con avidez entre líneas las editoriales de los diarios de la época. Y porque no decirlo, también nos hacían temblar de vez en cuando. Al final dimos el justo y merecido valor a aquellos periodistas e informadores, que nos convencieron  que el cambio que tanto ansiábamos era el fruto de nuestra propia esperanza y el anhelo de nuestros deseos. Que el pueblo español clamaba por la libertad y por la democracia y que había que implantarlas a costa de lo que fuera. Felizmente todo salió medianamente bien, con sus luces y sus sombras, pero aquí estamos cada cuatro años depositando nuestro voto en una urna, sin que nadie nos diga lo que tenemos que hacer por obligación. Esto tiene un nombre LIBERTAD, y por ella hemos luchado y seguiremos luchando.  
 De Julio Feo se podrán decir muchas cosas, creo que la mayor parte de ellas buenas. El haber ocupado un puesto tan importante y de tanta influencia, resultaba materialmente imposible satisfacer a todos, de ahí que algún resabio  haya podido dejar a más de un insatisfecho, pero el conjunto creo que es altamente positivo.  Sus amigos se cuentan por cientos, sus enemigos por unidades, y ese bagaje ya es bastante bueno. Jamás ha dado muestras o manifestado algún sentimiento de nostalgia del pasado. Sabía que su paso por la política sería efímero, y así lo aceptó. Estuvo de 1.982 a 1.987, y luego se fue a su casa, eso se llama consecuencia. 
Gracias por tu amabilidad Julio. Tu paso por este Foro ha dejado las puertas abiertas para cuando quieras visitarnos. Hasta siempre. Un abrazo. 
Por: Luís Yáñez