Fecha: 18 de Noviembre de 2015.
Lugar: La Posada de la Villa
Cava Baja, 9
M A D R I D
Asistentes: Amaya Valdemoro (invitada), Fernando Romay (invitado), Virginia Valdemoro, Gerardo Viada, Laura Riñón, Julio Rodríguez, Antonio Blázquez, Ana Hernando, Jaime Porras, Luís Blázquez, Carlos Beamonte, Javier Menéndez, Álvaro Valdemoro, Alberto Sánchez-Horneros, Silvia Hernández, Ramón Cervera, Agustín Ruiz, Mariano Fernández Bermejo, Jacinto Santos, Miguel Muñoz Calero y Luís Yáñez.
La experiencia
que hemos vivido hoy en este Foro, ha
sido mucho más novedosa y satisfactoria de lo que podíamos imaginarnos. Reunir
a dos invitados juntos por primera, habiendo sido ambos importantísimas
figuras del baloncesto español, no
dejaba de producirnos una cierta inquietud.
¿Nos preguntábamos cómo se desarrollarían las cosas?. Es curioso pero sin haber
empezado, nos dimos cuenta que nuestra preocupación carecía de todo fundamento.
El ambiente desde el principio fue de lo más distendido y se respiraba una
cierta complicidad entre todos que prometía una velada de lo más interesante,
como así resultó. Extraordinaria y de lo más gratificante.
No es muy
corriente tener a deportistas de élite, delante de uno, dispuestos a contestar
sin reservas de ningún tipo a todas las preguntas que uno quiera formularle. Creo
que supimos elegir muy bien; tanto Amaya
Valdemoro como Fernando Romay, estuvieron muy por encima de lo que podíamos
esperar. Casi siempre el no conocer a las personas le lleva a uno hacer juicios
de valor que en la mayoría de las veces resultan erróneos. Dos personas como ellos, de
gran humanidad, de simpatía desbordante y de trato afable, nos dieron una
lección de cómo la normalidad es la condición que hoy les adorna, algo que no
es común, sobre todo cuando durante tantos años se ha estado saboreando las
mieles del éxito. Parece fácil, y es algo muy manido, pero el comportarse de
una forma normal, sin divismos de ningún tipo, para los que han estado en la
cresta de la ola no es nada sencillo. Que se lo pregunten a algunos que conocemos y que no han conseguido ni la
mitad de los éxitos de estos dos personajes.
Vayamos en
primer lugar con Amaya Valdemoro
Madariaga, madrileña de Alcobendas. Deportista de ley donde las haya. Capaz
de jugar casi completamente coja y teniendo que soportar fortísimos dolores
para mantenerse en pie en la cancha, situación que le ha dejado alguna que otra
secuela, pero ella con su enorme fuerza de voluntad logró sobreponerse y en
buena medida recuperarse, y eso que algún “séneca”
llegó a decir que sus lesiones eran de carácter psicológico. ¡Muy agudo este
galeno, si señor!. Ha jugado a baloncesto como profesional en países como
EE.UU., Brasil, Rusia y Turquía, dejando en todos ellos la huella de su
incuestionable categoría profesional. En su andadura por el baloncesto español conquistó
con varios equipos los títulos siguientes: 8 Ligas, 9 Copas de la Reina, 1
Mundial de Clubes, 4 Supercopas de España, 4 Supercopas de Europa e
innumerables trofeos con todo los equipos con los que participó. En su periplo
por EE.UU. consiguió 3 WNBA con Houston
Comets, que es el máximo galardón que se puede alcanzar en el baloncesto
mundial. En Rusia fichó por el CSKA de Moscú, donde obtuvo 1 Mundial de Clubes, 3 Superligas de Rusia y 1
Copa de Rusia. Con la Selección española destaca su participación en los JJ.OO.
de Atenas en el 2004 y en Pekín en el 2008. Como se puede ver, su palmarés está jalonado
con éxitos extraordinarios, por los cuales merecidamente se le ha considerado
la mejor jugadora de la historia del baloncesto español. Deportista de Honor de
la Universidad Politécnica de Valencia en 2015. Medalla de Bronce en 2002 y de
Plata en 2008 de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Fernando Romay Pereiro,
gallego de La Coruña, afincado en Madrid desde la edad de 13 años y militando
en el Real Madrid durante 20 años, 3 como juvenil y 17 como profesional. Con un
amplio y brillante palmarés en las filas del club merengue en los momentos más
gloriosos del baloncesto español, que como bien dice él, eran tiempos en que se
competía en Europa tanto con las selecciones de la antigua Unión Soviética y de
Yugoslavia, como con los equipos de aquellos países que eran fortísimos.
Profesionalmente con el Real Madrid consiguió
7 Ligas, 5 Copas del Rey, 2 Copas de Europa, 3 Recopas de Europa, 1 Supercopa
de España, 4 Supercopas de Europa y 2 Copas Intercontinentales. Con la
Selección española obtuvo la Medalla de Plata en los JJ.OO. de Los Angeles en
1.984 y la Medalla de Plata en el Eurobasket en Francia en 1.983. Todo un
record para un jugador de baloncesto como él, que supo en todo momento de su
carrera deportiva, mantener de principio a fin el espíritu de equipo tan
necesario en la alta competición.
Ambos nos
dijeron muchas cosas, a cual más interesante, nos hablaron de sus vivencias
desde la ilusión de los inicios hasta la tristeza de sus despedidas. Eso si todo
dentro de un tono sosegado y con esa óptica que da el paso de los años, mirando
de vez en cuando hacia atrás y recordando con alegría los felices tiempos que
les tocó vivir. No percibí ni un solo atisbo de melancolía en sus recuerdos,
todo lo contrario, lo que hay son
recuerdos imborrables todos ellos plagados de momentos inolvidables,
donde el éxito fue la constante de sus vidas.
Y estas fueron
algunas de las cosas que nos dijeron:
“El mundo de la alta competición que hoy nos
rodea, nos hace vivir en muchas ocasiones en una nube, ajenas a los problemas
normales que cualquier otra mujer tiene que resolver a diario, pequeñas cuestiones
domésticas que para una deportista como yo, me parecían muy difíciles y
complicadas. A los 14 años salí de la casa de mis padres para jugar a
baloncesto, sin otra preocupación que la de prepararme bien para competir en el
deporte que había elegido. Durante los años que estuve jugando no era
consciente de mi situación hasta que llegó la hora de la retirada y me tuve que
integrar en la vida cotidiana y es partir de ese momento cuando te das cuenta
que tienes que solucionar tus propios problemas. Yo lo abandoné todo por el
deporte, aunque siempre tuve el apoyo de mis padres que fue fundamental en mi
carrera. Pensaba retirarme a los 40 años, pero una inoportuna lesión en el
gemelo no me permitió entrenar todo lo intensamente que se necesita en el
deporte profesional, y por ello me vi obligada a retirarme después de 21 años
practicando el baloncesto a nivel profesional. (Amaya Valdemoro).
“Amaya ha conseguido algo que lo que han logrado
muy pocos. Yo valoro a los deportistas con una escala muy particular que es la
siguiente: Buenos, muy buenos, excelentes y unos cuantos que son aquellos que
han sido capaces de transformar el baloncesto, y Amaya es una de esas personas
que ha elevado este deporte a una dimensión superior, y ahora que está fuera de
la competición deportiva, está rompiendo moldes con su forma de trabajar. Hace
unos años sería impensable que una mujer pudiese juzgar como comentarista de
televisión la actuación de jugadores de baloncesto masculino; pues Amaya lo ha
conseguido con gran éxito, y en estos momentos se la puede ver en Canal + donde
está dejando constancia de sus conocimientos a través de su magisterio. Ha roto
barreras insalvables con su esfuerzo y un tesón en todo aquello que se ha
propuesto, algo que es digno de
admiración” (Fernando Romay).
“El mundo del baloncesto femenino, cuando se llega
a profesional, te permite vivir de este deporte, aunque sin hablar de grandes
cifras, pero por supuesto nada comparable a los contratos de los hombres. Por ejemplo en España una jugadora de alto
nivel puede llegar a cobrar entre 30.000 a 40.000 euros anuales, pero teniendo
que renunciar a muchas cosas, como estudios e incluso a la maternidad, es
verdad que una lo decide voluntariamente, pero la renuncia no deja por eso de
ser muy importante. En EE.UU. por cuatro meses de competición los salarios se
mueven entre los 30.000 y los 110.000 dólares, pero de este montante tienes que
pagar aproximadamente un 50% de impuestos. Otra cosa muy distinta son los
deportes individuales como el tenis o el golf donde las ganancias se aproximan
más a las de los hombres, pero esto se debe a las marcas comerciales, que
esponsorizan a una sola persona, que no es igual que en los deportes colectivos,
donde el montante se reparte entre todo el equipo”. (Amaya Valdemoro).
“El deporte tiene muchísimo que hacer en el grave
problema que atañe a las mujeres en la
cuestión de la violencia de género. Gran Bretaña fue de las pioneras en
concienciarse de este gravísimo asunto y fue la primera en dar un paso al
frente potenciando la participación de las mujeres sobre todo en las
competiciones internacionales, algo que les ha dado unos excelentes resultados
como los alcanzados en los JJ.OO. de Londres en los que la mujer fue la gran
triunfadora. Esta iniciativa a trascendido a muchos países, entre ellos al
nuestro, de tal forma que de cara a las Olimpiadas del próximo año en Rio de
Janeiro, las aspiraciones máximas que tiene
España para conseguir algunas medallas
olímpicas, es en aquellos deportes en los que participen mujeres. Por eso es
imprescindible fortalecer esta labor, por un motivo que no es otro que el de
que la propia mujer en sí, que se sienta orgullosa de serlo y al mismo tiempo
segura e independiente. El deporte en este terreno ha hecho mucho, pero todavía
se puede hacer mucho más, siendo para ello necesario que clubes, federaciones y
todos los estamentos sociales se impliquen de una forma total en esta tarea. Al
final el resultado siempre será positivo y él éxito está más que garantizado”. (Fernando Romay).
“Una de las cosas que más me gustaría desde mi
perspectiva de deportista retirada, sería estar en el área técnica, cerca de
las chicas jóvenes cuando empiezan a dar los primeros pasos jugando al
baloncesto; se que por mi experiencia podría orientarlas y alertarlas de todas aquellas
cosas en las que me he equivocado, de forma que ellas no incurran en los mismos
errores que yo, pero la Federación Española estima que debo trabajar en otro
campo, y lógicamente yo cumplo con el
cometido que me han asignado. No se debe olvidar que se aprende mucho más de
las derrotas que de los triunfos, por lo menos así lo entiendo yo, y la
experiencia me dice que esto es una clara evidencia después de muchos años como
profesional del baloncesto. Creo que la gente debe hacer deporte, el que sea,
puesto que cualquier disciplina deportiva te da unos valores y una constancia
fundamentales, que no vas a encontrar en ninguna otra actividad, y que al final
te servirán para el normal desarrollo de la vida fuera del deporte”. (Amaya Valdemoro).
“Creo que el deporte puede cubrir muchas
necesidades. Tanto Amaya como yo que lo hemos practicado profesionalmente, te
das cuenta que es necesario y fundamental sentir pasión por el, aunque el
entusiasmo en todos los casos no se genera por las mismas causas. Es
fundamental crear la necesidad del deporte, como algo consustancial con la vida
misma. Por ejemplo en Madrid hay colegios donde el baloncesto es como una
religión, aunque en él se practiquen todo tipo de deportes, en estos centros el
baloncesto siempre será el primero y después vienen los demás. De todas formas
en España falta mucho camino que recorrer, y sobre todo se precisa un cambio
radical de mentalidad. Desgraciadamente el baloncesto de iniciación está en
manos de los jóvenes menos formados, algo que en EE.UU. no pasa; allí hay grandes
jugadores que una vez que se retiran comienzan a entrenar en colegios y
universidades siendo un referente para los que empiezan, de la misma forma que
entrenadores que dejan de entrenar en la NBA y los ves al poco tiempo entrenando
en un colegio. Aquí no le digas a un entrenador de la ACB que vaya a entrenar a
un colegio, seguro que ni te escucha la sugerencia. Lamentablemente somos un
poco clasistas y no debiera ser así, ya que se podría hacer una gran labor con
los jóvenes que empiezan, puesto que al fin y al cabo ellos serán el futuro de
este deporte”. (Fernando Romay).
“No comprende como una entidad deportiva de la
importancia y trascendencia del Real Madrid, no tiene un equipo de
baloncesto femenino. Con una cantidad
aproximada de un millón de euros por temporada tendrían un equipo muy aceptable y además a nivel social
harían mucho por este deporte y por el país, pero alguna razón habrá para que no
quieran hacerlo y lógicamente no se les
puede obligar. Sería muy importante sacar definitivamente una ley de mecenazgo,
por la que aquellas empresas que ayudaran al deporte en general tuviesen unas
ciertas ventajas fiscales, lo cual potenciaría y beneficiaría no solamente al
baloncesto en particular sino al deporte en general. Es justo dejar constancia
aquí que la FEB apoya incondicionalmente al baloncesto femenino, en el que
tiene depositadas muchas esperanzas, pero las chicas tienen una espina clavada
en relación a los jugadores del equipo masculino, ellos jamás se han desplazado
en ocasión alguna a ver un partido del equipo femenino, y creo que sería muy
bueno que se implicasen y las apoyasen con su presencia, algo que beneficiaría
notablemente a este deporte”. (Amaya
Valdemoro).
“Los recortes económicos en el deporte en general
que se han producido en los últimos años, son una realidad, motivados
precisamente por la crítica situación por la que está atravesado el país. Lo
triste es que siempre se empieza a recortar por lo menos básico, en este caso
por el deporte femenino, de ahí que las jóvenes promesas españolas a los 17
años se vayan a EE.UU. a jugar en universidades americanas, y aunque no ganen
dinero, por lo menos se vienen al cabo de unos cuantos años habiendo aprendido un idioma y con una
carrera terminada. Las becas para estudios a los deportistas que destacan en
EE.UU. es de un apoyo extraordinario, no solo en el terreno deportivo sino
también en el académico”. (Fernando
Romay).
“Siendo muy niña empecé haciendo atletismo y mi
gran ilusión era participar en unas Olimpiadas en la especialidad de 1.500
metros, pero por una casualidad el baloncesto se cruzó en mi vida y a partir de
ese momento me impliqué de lleno en él. Es cierto que mi padre ha tenido
muchísimo que ver en mis éxitos
deportivos, él era el que me llevaba y traía diariamente a los entrenamientos fueran
a la hora que fueran. Además y eso si que fue verdaderamente importante, me
reprendía cuando no tenía un comportamiento correcto con los árbitros e incluso
con mis adversarias. Mis padres siempre me inculcaron valores de convivencia y
de respeto que me han servido de mucho en la vida. Por eso siempre digo que mi
éxito en el deporte en buena parte se lo debo a mi padre que siempre estuvo ahí
en los momentos más difíciles de mi carrera. (Amaya Valdemoro).
“En cualquier actividad deportiva siempre han
existido dos tipos de jugadores, los que tienen capacidad de liderazgo, o sea
esos compañeros que tiene la condición o
habilidad de influir en el equipo para el logro de las metas
y objetivos propuestos, y los que han basado su colaboración solamente en el
esfuerzo físico. En mi época Juan Antonio Corbalán y Fernando Martín eran dos
auténticos líderes, tanto en el Real Madrid como en la selección nacional. J.A.
Corbalán por la cabeza y F. Martín por el corazón. De los jugadores extranjeros
que he conocido, varios han sido capaces
de aportar nuevos criterios al baloncesto, por ejemplo Michael Jordan fue capaz
de cambiar la historia del baloncesto y elevarlo a una dimensión hasta entonces
desconocida. Arvydas Sabonis un jugador que siendo pivot empezó a jugar
distinto, aventurándose a salir de la zona rompiendo con el criterio
generalizado de que no éramos meras grúas y que podíamos hacer otro tipo de cosas. Mirza Delibasic, un jugador único,
capaz de tener grabado en la mente el partido que estuviera jugando. Drazen
Petrovic, uno de los jugadores que he conocido con mayor dominio del balón y que aunque jugó una sola temporada en el Real Madrid donde dejó
muestras de su gran clase, así como las dos temporadas siguientes en la NBA
donde su nombre quedará incluido en el Hall of Fame. He tenido la suerte de
jugar muchos jugadores de grandísimo nivel, unos podría catalogarlos de
comprometidos y otros de implicados, estos últimos son los que arrastran a un
equipo en la consecución de grandes objetivos”. (Fernando Romay).
“El deporte se ha convertido en un negocio de una gran
dimensión, donde el masculino bate todos los records y ese es precisamente uno de
los motivos por los que el deporte femenino está peor pagado, algo
que visto objetivamente es lógico,
puesto que de hecho generamos bastante menos
dinero en el terreno publicitario y además nuestra repercusión mediática es muy inferior. En
EE.UU. a nivel social, bien en deportes de equipo o individualmente, tienes un
reconocimiento increíble, en España se ha mejorado bastante, pero todavía falta
mucho para compararnos con otros países que nos llevan muchos años de adelanto.
Personalmente creo que he tenido un gran reconocimiento social, cuando mi
condición como jugadora no he sido la mejor en conjunto comparada con otras con
las que he jugado, lo que creo que me ha diferenciado del resto ha sido el carácter.
Lo que más me gustaba era disputar los partidos considerados difíciles y
complicados, me transformaba y me sentía a gusto dentro de la cancha, era una
sensación que me hacía ser enormemente competitiva”. (Amaya Valdemoro).
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A modo de
flash también nos dejaron reflexiones como estas:
“El deportista es un ser muy seguro en lo que
hace, y muy inseguro en todo lo demás”.
“Algunos piensan que todo es disculpable y
tolerable en el mundo del deporte, porque vives en muchas ocasiones en un mundo
ficticio, pero la realidad es que no es así, aunque a veces te das cuenta de
ello tarde”.
“Cuando llega la hora de la retirada los miedos
afloran de una forma incontrolada, y ocurre en una edad que en teoría debieras
estar con ganas de comerte el mundo, sin embargo uno lo que se come es el coco,
aunque al final la inmensa mayoría de deportistas superan este trance y se
adaptan a la nueva vida, porque el deporte te da unas herramientas que te
ayudan a adaptarte a la nueva situación”.
“En el deporte femenino una de las condiciones que
interesan a las grandes marcas es que la deportista sea alta, guapa y delgada,
de esta forma pueden conseguir un buen contrato publicitario”.
“Hoy la juventud quiere mimetizarse con su ídolos,
de ahí que muchos copien el peinado de Cristiano Ronaldo o el smoking de Leo
Messi. Del deporte hay que copiar lo bueno, no lo vulgar y lo malo”.
“El deporte como tal es machista, y no deja de ser
un reflejo que está en la misma raíz de la sociedad”.
“En cada país se ve y se utiliza el deporte de una forma particular, salvo
EE.UU. que es el paradigma del deporte y el modelo a seguir tanto social como
económicamente”.
“El hecho que las instituciones, sean las que
sean, utilicen a los deportistas les parece muy bien, pero siempre y cuando la
utilización sea en la dirección correcta”.
“En un principio lo atrayente del deporte era
únicamente el esfuerzo, lo cual estaba muy bien, pero ahora también el
espectáculo forma parte del
acontecimiento”.
“Cuanto antes se reconozca el deporte femenino y
sea tratado al mismo nivel que el masculino, todo será bueno para el deporte en
general”.
“El deporte puede cubrir muchas necesidades y de
hecho lo hace, por eso es necesario crear la necesidad del deporte”.
“Con la cantidad de veces que equipos españoles
femeninos, no solo han ganado Ligas y Copas nacionales, sino importantes trofeos
internacionales, sin embargo jamás han sido recibidos ni por el presidente del
Gobierno ni por los Reyes de España, lo
cual deja bastante claro como se ve el deporte femenino en nuestro país”.
“Todos los que son deportistas de verdad, saben
distinguir perfectamente entre rivalidad y enemistad. Cuanto mejores sean tus
rivales, tu éxito es mayor. Rivalidad es competición y enemistad es el
principio del odio”.
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Como
conocedores de la realidad y la problemática del baloncesto español, los
análisis y opiniones de Amaya y Fernando dentro de la más pura ortodoxia, ponderación
y equilibrio, merecen una total
credibilidad. Hoy sus responsabilidades son distintas, Amaya como Miembro de la Comisión de jugadores
de la FIBA que representa los intereses de los protagonistas de este deporte,
está volcada en este cometido y Fernando colaborando desinteresadamente dentro
de un plan de rehabilitación en las cárceles españolas, llamado “Programa
Baloncesto sin límites”; dejan muy clara su implicación en este deporte, y no han
regateado mi regatearán esfuerzo alguno en la ayuda a los demás.
Ninguno de los
asistentes estuvo indiferente. Ambos invitados supieron mantener la llama de la
expectación. Sus reflexiones enmarcadas
en la autenticidad, nos fueron transmitidas como experiencias de primera mano, vibrantes
y llenas de vida. En sus vivencias únicas, se percibe el estilo de unas
personas que habiéndolo sido todo en el mundo del deporte, hoy tienen los pies
en el suelo, conscientes de que el glamour del éxito ha dejado paso a la cruda realidad
de la vida. Asumir esto no es fácil, ellos si lo han entendido y sobre todo lo
han asimilado, de tal forma que su integración en la sociedad ha sido de lo más natural y nada traumática. Fueron
unos cracs en el deporte activo, ahora lo son en la normalidad de su nueva
andadura por la vida.
Tenerlos de
invitados en este Foro, ha sido todo un lujo. De baloncesto lo saben todo, de
calidad humana superan de largo la más
exigente de las puntuaciones.
Gracias Amaya
y Fernando, por vuestra desinteresada colaboración, las puertas de esta “Jaula
de Gatos” estarán siempre abiertas de par en par para vosotros.
Por: Luis Yáñez