Fecha: 16 de Octubre de 2017
Lugar: La Posada de la Villa. Cava Baja, 9 MADRID
Asistentes:
Edurne Pasabán (invitada), Silvia Hernández, Jacinto Santos, Gerardo
Viada, Javier Menéndez, Enrique Chico, Juan Fontán, Antonio de la Riva, Ignacio
García Barreto, Agustín Ruiz, Leandro Crespo, Antonio Blázquez, José Manuel
Gredilla, José Ignacio Rodrigo, Javier Ruiz de Asín, Santos Eraso, Germán
Gamazo, Tamara Muñoz Calero, Juan Chávez, Alonso de la Riva, Julio Sanz Jr.,
Miguel Muñoz Calero y Luis Yáñez.
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Unico, así creo
que debemos calificar el día de hoy, el día que Edurne Pasabán, nos
visitó por primera vez en nuestro Foro Jaula de Gatos. Con su moderación, su
prudencia, su humanidad y lejos de presunciones de ningún tipo.
Otro en su
lugar, con un currículo tan espectacular como el de ella, seguro que le sería casi
imposible no caer en el engreimiento, Edurne sin embargo estuvo con nosotros
de lo más natural y sencilla. Prueba inequívoca de su extraordinaria
condición humana y deportiva. No todos a su altísimo nivel, difícilmente podrían
olvidarse de ello. Nos dejó esa huella que solo los grandes son capaces de
manifestar, con simpatía, con amenidad y sin el más mínimo ápice de jactancia o
de vanidad. Supo estar, y eso no es nada fácil, aunque a muchos les parezca lo
contrario. Es toda una gran señora.
Realmente ha
sido un auténtico placer departir con esta mujer, paladín y campeona donde las
haya, unas horas que a todos los que estuvimos allí nos parecieron cortísimas,
horas que estoy convencido que todos sin excepción recordaremos durante mucho
tiempo. Este deporte, el alpinismo con mayúsculas, que está al alcance de muy
pocos, pero que sin saber porqué despierta una especie de admiración incontrolada
y una erótica extraña.
Posiblemente porque la muerte juega en muchas ocasiones un papel a
veces demasiado determinante. Puede que esto sea una de las cuestiones que
provoque esa atracción difícilmente explicable. Llevar al cuerpo humano al límite, donde no se permite ni un solo
fallo, porque el más mínimo error, en un alto porcentaje, puede conllevar un desenlace
fatal, es posible que sea, sino la mas importante, si una de las muchas razones
que hacen que sus hazañas causen asombro y estupor a los ojos de cualquier mortal.
Solo dos
mujeres en el mundo habían sido capaces de llevar a cabo la gesta de coronar
las catorce cumbres más elevadas del planeta tierra, todas ellas superan los
ocho mil metros de altitud, en la cordillera del Himalaya y el Karakorum;
Edurne Pasabán es una de ellas, la otra Gerlinde Kallterbruner, últimamente se les
ha unido la italiana Nive Meroi. Pero fue Edurne la primera en establecer esta
marca, y ahí quedará para siempre semejante proeza.
Es difícil
explicar lo que se siente en una cumbre de más de 8000 mts., si uno nunca ha
subido a una de ellas. Recuerda que la primera vez que llegó a su primer 8000, se
había forjado una idea y unos sueños que después curiosamente no se parecieron
en nada a lo que sintió, cuando culminó aquel proyecto de subir por primera vez
al Everest, que fue el primero de ellos.
Pensó que cuando llegase a la cumbre
lloraría de emoción, y se abrazaría a sus compañeros y amigos, pero lo cierto
es que nada fue así; lo que realmente sintió fue una especie de decepción, ya
que en las montañas del Himalaya cuando haces cumbre la urgencia te agobia,
tienes que hacer la fotografía que de alguna forma avala que has estado allí, y
con la misma tienes que iniciar el descenso lo más rápido posible, y eso te
produce unas sensaciones de nervios, frialdad y algo así como tristeza. Lo
realmente apasionante es el camino hacia la cumbre, las dificultades que hay
que superar, el esfuerzo continuo y agotador, el ansia y deseo de llegar y el
tener que vencer todo tipo de obstáculos. Todo esto es lo que realmente te
produce una inmensa satisfacción,
es como el culmen de todas las ilusiones y
anhelos cumplidos en un instante y que durante mucho tiempo has tenido como una
obsesión que ves cumplida en el momento que eres consciente y sabes con toda
seguridad que vas a llegar a la cima.
En el proceso
para alcanzar cualquier cumbre de 8000 mts. juegan varios factores de una forma
determinante. Por ejemplo, el parte meteorológico, es algo tan importante como
definitivo. Es imprescindible saber todo lo relativo a la montaña que estás
subiendo, el estado de la nieve, las nieblas y sobre todo el viento, que tiene
una importancia muchas veces vital, para conseguir o no el objetivo final.
De sus
múltiples experiencias en las cumbres del Himalaya, recuerda de una forma muy
especial la subida al K2, posiblemente la montaña más difícil y al mismo tiempo
más enigmática y bella de todas las montañas del mundo.
Cuando alcanzaron la
cima, lo hicieron muy tarde, y el espectáculo que se veía desde lo alto era de
lo más increíble, con el glaciar del Baltoro sobre el que se reflejaba la
sombra del K2, con una nitidez como si de una fotografía se tratara, era un
espectáculo de una belleza inigualable, que nos dejó absortos durante unos
minutos viendo aquel paisaje que muy pocos hemos tenido el placer de
contemplar.
Preparar una
expedición al Himalaya, aparte de la logística que se precisa, lleva un tiempo
no inferior a 60 días, desde que uno sale de España, hasta que regresa de
nuevo. Y desde que llegas al campo base hasta que haces cumbre se necesitan 40
días más o menos.
Cuando se va a una montaña de más de 8000 mts., como por
ejemplo el Everest, y en el caso de
haber llegado al campo base; aunque el
parte meteorológico nos diga que va
hacer un tiempo magnifico, no vamos a la cumbre, las cosas en la alta montaña no funcionan así. Hay que ser muy
metódicos y cumplir con un programa
previamente establecido.
Se hacen campos diferentes. El campo base normalmente
en todos los 8000 es muy similar, está situado rondando entre los 5400 y 5500
mts., y es allí donde hacemos la vida más o menos normal. Cada uno con su
tienda individual, tenemos un cocinero y algunas otras comodidades que se
pueden tener en un sitio como este.
Desde allí vamos subiendo tramo a tramo. Un
día subimos a lo que llamamos campo 1, que puede estar en torno a los 6000
mts., subimos las tiendas y la comida y volvemos a bajar al campo base donde se
descansa un par de días. La siguiente etapa es subir al campo 1 donde dejas
montadas las dos tiendas, duermes allí, y subes otras dos tiendas y las
llevamos a lo que llamamos campo 2, situado a unos 6900 mts.,
y volvemos a
bajar nuevamente a descansar al campo base, y un par de días después subimos
otra vez al campo 2 directamente sin detenernos en el campo 1, y nos adaptamos
durante otros dos días, pasados estos ascendemos al campo 3, ya a 7300 o 7400
mts.
y de nuevo volvemos a bajar al campo base donde descansamos otros dos días
y otra vez volvemos a subir al campo 3, saltándonos los campos 1 y 2, donde
descansamos otros dos días, y de nuevo volvemos a subir al Collado Sur que está
justo a 8000 mts. de altitud, que es donde se instalan las tiendas del campo 4,
para desde allí acometer la cumbre en el momento oportuno.
En estas alturas
cuanto menos tiempo se esté, mucho mejor, ya que el desgaste es enorme a partir
del campo base, y por supuesto a cuanta más altitud está uno expuesto mayor es
el desgaste físico.
Existe
actualmente una teoría médica, muy fundamentada, que dice que la aclimatación
hasta 5500 mts. se consigue bien, pero a partir de esa altura, todo es
desgaste. Hoy todos alpinistas tenemos aceptada esta teoría, precisamente por
las experiencias que nosotros mismos hemos vivido.
De las primeras expediciones
que hizo al Himalaya en 1998 a la última en el año 2010, aplicando esta teoría,
ha comprobado que físicamente antes perdía entre 7 u 8 kgs. y sobre todo acababa casi destrozada, sin
embargo en las últimas expediciones ha podido hacer en menos de una semana dos
cimas de más de 8000 mts., lo cual confirma que esta teoría es muy acertada
científicamente.
El parte meteorológico es de una importancia capital, tanto es así
que para acometer una expedición en el Himalaya, tienes que tener plena
confianza en quien te facilita dicha información, ya que es vital para el éxito
de la misma. A los campos llegan partes meteorológicos de todas partes del mundo, y todos son
fiables, pero nosotros descubrimos una persona que curiosamente no es
meteorólogo,pero es un gran conocedor de los medios y la técnica
meteorológica. Es un portugués llamado Víctor Bahía, nada que ver con el ex
futbolista, que diariamente nos enviaba los partes desde Portugal, una vez que
nosotros le facilitábamos por medio del
GPS nuestra posición exacta en cada momento.
En función de su parte actuábamos
y tomábamos las decisiones más convenientes. Teníamos una total y absoluta confianza en él, de forma que cualquier
movimiento que realizábamos, lo hacíamos en base a los partes que nos enviaba.
En cierta ocasión estando a 7000 mts. y decididos a subir a la cumbre, recibimos una nota de él que nos decía que esperásemos un día más ya que el viento había cambiado y el día siguiente era más adecuado. Nadie dudó y seguimos al pie de la letra sus indicaciones. Acertó como siempre.
De todas las
cumbres del Himalaya, el Everest es como una especie de romería, posiblemente
al año, en la temporada buena, de Abril a Junio se hagan no menos de 250
cumbres. Esta montaña pese a ser la más alta del mundo, no es la más
dificultosa, sobre todo para los que no están experimentados en este tipo de
ascensos. Justo es decirlo, a estas altitudes, aunque la subida se lleve a cabo
por la ruta clásica y la más fácil,
las
posibilidades de tener un accidente siempre están presentes. No se puede
olvidar que allí juegan muchos factores como el frío, vientos huracanados,
nieblas y enormes simas, que al menor fallo le puede costar a uno la vida. El hecho de estar tan “comercializado” a través de agencias en las cuales se pueden contratar especialistas que por los
medios que sean, llevan a sus clientes a
la cumbre, le han quitado a esta montaña parte de su encanto.
Para el ascenso al Everest, se han facilitado mucho las cosas con el fin evitar en
lo posible cualquier tipo de siniestros, aunque lamentablemente en ocasiones algunos
pierden su vida en el empeño. Por ejemplo se evita la Cascada de Hielo que es muy peligrosa, donde se han producido
muchos accidentes mortales, así como el
Escalón de Hillary (8790 mts.), donde antes había una sola cuerda
tanto para subir como para bajar, ahora hay una cuerda de subida y otra de
bajada e incluso una escalera metálica, que han instalado los sherpas que son
los que dirigen las expediciones comerciales.
Esto ha desatado más de una
crítica, ya que este tipo de artilugios enmascaran la deportividad del
alpinismo. En este punto, antes se producían esperas de más de 2 horas, lo cual
en muchas ocasiones era una cuestión de vida o muerte, bien por congelación debido
a las largas esperas o por falta de
oxigeno al agotarse las botellas. Lamentablemente hay intereses comerciales que
priman por encima de los deportivos. Había que exigir unos mínimos de
preparación y experiencia para acometer este tipo de montañas, en primer lugar
por el bien de los inexpertos y también por el de los demás, ya que la
incapacidad puede acarrear consecuencias irreparables.
El Escalón de Hillary en el Everest, es la
clave del ascenso, está muy cerca de la cumbre y es muy estrecho. En cierta
ocasión, Edurne tuvo que esperar 35 minutos
llegando casi a congelarse, debido a que había una expedición de
japonesas delante de ella, que o bien no sabían subir o tenían miedo, lo cual
provocó un atasco impresionante. Hoy como he dicho anteriormente este problema
se ha solucionado al poner cuerdas de subida y de bajada.
Su experiencia
le dice, que si uno ha conseguido dormir tres noches a más de 6800 mts., está
preparado para subir a la cumbre. Cree que es suficiente la aclimatación, incluso
para hacerlo sin oxigeno. Edurne a 6000
mts., puede dormir 8 o 10 horas sin ningún tipo de problema, cosa que le ha
permitido obtener buenos resultados en las grandes cumbres. Tiene una
aclimatación muy buena. Como uno pasa tantas horas sin hacer nada, el tiempo a
veces se hace demasiado largo y para evitar el aburrimiento, subíamos algunos
libros de bolsillo, y los rompíamos por capítulos para repartir el peso, porque
subir un libro hasta allí arriba, aunque no es de mucho peso, a estas alturas
cualquier cosa pesa una barbaridad.
En el año 2011
cuando fue al Everest a intentar subirlo sin oxígeno, en aquella ocasión eran la única que iban a
intentarlo sin él, todas las demás lo hacían con oxígeno. En el campo base se
suelen llevar a cabo reuniones con los líderes de las expediciones, para
intercambiar criterios en base a las experiencias de cada uno y de esta forma
contrastar opiniones que sirven para abundar más en cuestiones relativas al
conocimiento de la montaña. En aquella ocasión como éramos la única expedición
que íbamos sin oxígeno, supuestamente debiéramos tener preferencia en el
Escalón Hillary, pues nada de eso, el que llegaba primero es el que pasaba, y
puesto como era tan estrecho que solo se podía pasar de uno en uno, pues los demás a esperar, y a
8790 mts., con una temperatura de – 36º C, los minutos pueden ser críticos. El
paso como hemos dicho, era muy corto, pero para llegar allí tienes que pasar
una arista muy estrecha, con unos precipicios muy serios, por ello cuando estás
en ese tramo y viene otro en sentido contrario, bien subiendo o bajando, hay
que tener muchísimo cuidado ya que la caída es fatal y de una muerte segura.
Poder terminar
los 14 ochomiles y estar contándolo hoy
aquí, en parte es debido a que ha sido muy afortunada. Por supuesto que ha
tenido algunos accidentes y lamentablemente ha perdido muchos amigos en
distintas expediciones. Concretamente 17 personas, unos amigos y otros
conocidos, ese es el desgraciado resultado de sus accidentes en el Himalaya.
El instinto de
supervivencia le hace a uno superar situaciones angustiosas, tanto físicas como
sentimentales. Claro que cuando uno sale del trance donde ha ocurrido el
accidente, y estás a salvo, lo primero que piensas es en intentar ayudar a tus
compañeros accidentados, y en ese momento es cuando te explota la amargura, te
hundes y rompes a llorar. Son momentos
en que uno saca fuerzas, que no sabe ni cree
que pueda tener.
En el año 2004
en el K2, la montaña más complicada de todo el Himalaya, fue invitada por
Sebastián Alvaro del programa de televisión “Al
filo de imposible”, coincidiendo con la celebración del 50 aniversario de
la primera subida a esta montaña, para lo cual se organizó una expedición de lo
más completa. Lo pensó mucho y al final decidió ir. El equipo era muy potente
en todos los sentidos, y aunque no siendo el mejor momento para acometer la
subida al K2, lo cierto es que era una oportunidad única. La expedición estaba
formada por Juan Oyarzabal, Juan Vallejo, Ferrán Latorre, Mikel Zabalza, o sea
la flor y nata de los escaladores y alpinistas españoles. En un principio pensó
que en las primeras cuestas la iban a dejar atrás, pero fue todo lo contrario,
una colaboración y una solidaridad extraordinaria. Siempre diré que lo mejor
que he tenido en las montañas, ha sido la gente y el equipo que he tenido
alrededor y sobre todo mis amigos. La ascensión fue muy complicada, porque el
K2 siempre es imprevisible, incluso en las mejores condiciones climatológicas.
Hacía varios años que nadie subía a esta montaña precisamente por lo
problemática que es. Una de sus mayores dificultades es lo que se ha dado en
llamar “Cuello de botella”, una zona
debajo de una pared de hielo, a una altitud de 8400 mts. que hay que escalar
estando completamente helada. Al ser tan complicada esta ascensión, evita que
haya gente inexperta, o sea se puede decir que el K2 es solamente para alpinistas
muy expertos. Todo fue de lo más costoso y con un trabajo en equipo muy bien
coordinado. Intentamos llegar a la cumbre a la una del mediodía, cuando uno
llega tan tarde, hay que darse la vuelta e intentarlo otro día, pero en aquella
ocasión íbamos nosotros y un grupo de italianos, seríamos como unas 20 personas
y decidimos seguir adelante. Nos encontramos con nieve que nos cubría por
encima de la rodilla a 8000 mts., lo cual nos impedía abrir huella, lo que hizo
que nos retrasásemos varias horas, llegando a la cumbre a las 5 de la tarde,
sabiendo que a las 7 se hacía de noche. Hicimos las fotografías de rigor y
empezamos el descenso. Habíamos puesto cuerdas en el serac, (pared de hielo). Juan Oyarzabal, Juan Vallejo, un italiano
y yo nos quedamos los últimos, los demás iban delante hacia el campamento.
Descendíamos muy lentamente. Yo me encordé al italiano y Oyarzabal y Vallejo
venían detrás también encordados, pero bajando un poco más lentos que nosotros.
Llegamos a ese punto donde habíamos dejado las cuerdas, y el italiano me dice
que tenía mucho frio y que necesitaba bajar un poco más rápido para no
congelarse; él siguió y yo como iba un poco más lenta me quedé esperando a
Oyarzabal y Vallejo que venían detrás. Estuve parada durante algo más de 1 hora
y cuando ellos llegaron estaba dormida, ese fue el momento en que si no
hubieran pasado por donde estaba yo, me hubiera muerto congelada. Juan Oyarzabal venía muy mal y
gracias a Juan Vallejo que nos ayudó a bajar a los dos, sino no se lo que
hubiera pasado. En un momento Oyarzabal se perdió sin que nos diéramos cuenta,
y cuando llegamos al campamento a la 1 de la madrugada vimos que no venía; esperamos
1 hora y al final hubo que salir a buscarlo y no regresaron hasta pasadas las 3
de la madrugada. Las consecuencias de aquella aventura fue que Juan Oyarzabal
perdió los dedos de los pies y yo sufrí la amputación de dos dedos.
Cuando yo
empecé con el alpinismo mis padres no creían que me iba a dedicar a esto en
plan serio. Pienso que han sufrido mucho, sin yo darme cuenta de ello. Dicen
que los alpinistas somos muy egoístas porque no nos damos cuenta de lo que
dejamos aquí, de las personas que nos quieren y de lo que sufren en silencio.
Estoy totalmente convencida de ello. Tampoco todo ha sido tan maravilloso, en
su vida de alpinista, también ha tenido momentos muy difíciles, como la
depresión que pasó en el año 2006 en el que tuvo que ser hospitalizada debido
en parte a que no encontraba el camino a seguir. Una vida muy diferente a la
que tenían mis amigas de la infancia. El entorno me pedía otras cosas, que ni
ella misma sabía lo que eran. La presión familiar, el haber dejado un trabajo
que era la 3ª generación de una empresa familiar, y muchas cosas más que ni
siquiera recuerda. A partir de aquel año 2006, siempre ha dicho que con esta
enfermedad, había visto la muerte mucho más cerca que en la montaña.
Admira mucho a
los alpinistas y escaladores españoles, a los que considera que están a nivel
de los mejores del mundo, entre ellos le asombra la enorme capacidad para la
práctica de este deporte que tiene Carlos Soria, un deportista de lo más
completo, que a sus 74 años tiene una
fortaleza y una valentía fuera de lo
común, y con la edad que tiene escalar
esas alturas es algo muy poco corriente y verdaderamente encomiable. Ya
nos gustaría a todos los alpinistas estar como él a su edad. Además quiero
recalcar que es un grandísimo escalador. Mi primer 8000 en el año 1998, estaba
Carlos Soria en el Himalaya en aquellos días, y en el año 2001 fui también con
él al Dhaulagiri.
El mayor
disfrute de una subida a cualquier montaña, empieza cuando llegas al campo
base, se instalas y miras hacia lo alto lo cual le produce a uno una sensación
muy agradable, ya que en esos momentos en lo único que piensas es en el
instante que vas a llegar a la cumbre, pero cuando lo haces, todo es distinto,
como ya he dicho anteriormente. De todas formas cuando acabas una expedición y
regresas de nuevo a casa, lo que piensas es, cuando volverás allí. En una
especie de gusanillo que todos los que amamos las montañas, tenemos muy dentro
de nosotros.
Como en todas
las cuestiones de la vida o en cualquier profesión, también hay algún que otro mentiroso
en este deporte. Los hay que dicen, que no hacía buen tiempo para hacer la
fotografía, pero aseguran que si han estado en la cumbre, lo cual resulta un
tanto dudoso. Uno tiene que justificar que ha estado allí y para ello tiene que
hacerlo como todos los demás. Hay una periodista americana, Miss Elizabeth Hawley,
que llega a Katmandú, (Nepal), en el año 1960, como corresponsal de varias
revistas especializadas. Se afinca allí y empieza a confeccionar una base de
datos de toda la gente que sube las
montañas de 8000 mts. Esta señora es un auténtico personaje, enormemente
crítica, pero con gran fundamento, tanto es así que ha habido personas que han
tenido que repetir alguna montaña, porque Miss Elizabeth no ha certificado su
ascensión. Es como una especie de notario, que da fe del éxito de las
expediciones; si ella no lo rubrica, no tiene validez alguna. Tiene un control
exhaustivo de todo lo que se mueve en
Nepal relacionado con las montañas. Nadie sabe como lo hace, pero en el momento
que uno llega a Katmandú ella ya está enterada y te tiene controlado. Edurne
ha vivido personalmente todo
esto. Llegar a Katmandú, ir al hotel y nada más abrir la puerta de la
habitación, sonar el teléfono y era Miss Elizabeth dándome la bienvenida y
concertando una cita para entrevistarme. El encuentro es como un interrogatorio
para enterarse a que montaña vas a ir, que gente te acompaña, si utilizarás o
no oxigeno, en fin una entrevista en la que ella, con su experiencia consigue
datos que posteriormente le servirán para emitir un veredicto muy solvente.
Cuando regresas de la expedición, nuevamente te vuelve a entrevistar y te
sonsaca todo lo inimaginable, el tiempo que hacía cuando llegaste a la cumbre,
la hora exacta, cuantos éramos, si había más expediciones, que nacionalidad
tenían, muchos datos que ella después coteja y va cuadrando perfectamente, de
tal forma que sin su visto bueno no está verificada la ascensión. Su palabra es
sagrada ante los expertos. Con mucha sorna dice que “Algún mentiroso he pillado
en todo este tiempo”, pero asimismo asegura que en la montaña, sobre todo
entre los grandes escaladores suele haber mucha honradez y una gran
camaradería.
Cuando Edurne
estaba terminando los 14 ochomil, aparece una chica de Corea del Sur, llamada
Oh Eun-Sun, que empieza a subir las montañas de 8000 mts. de una forma muy
rápida. Siempre iba sola, acompañada de muchos sherpas y porteadores. Cuando
esta alpinista dice que ha hecho cumbre en el Kangchenjunga (8586 mts.), presenta unas fotografías muy extrañas y poco
convincentes. Edurne estaba ese mismo día en el campo base de esta montaña
esperando a que amainara el mal tiempo. Vimos como subía hacia la cumbre,
pero la perdimos de vista debido a una
niebla tremenda que entraba en ese momento en lo alto de la montaña y donde
ella desaparece. A los dos días baja y dice que ha hecho cumbre, a priori la creímos, pero una vez que vuelves, la
prensa te piden que les facilites las fotos donde estás tu en la cumbre, las
cuales se publican en los medios especializados. Ella entrega unas fotografías
que no eran de la cumbre; está en lo alto de una roca con la bandera de Corea
del Sur, cuando todos los que hemos estado allí sabemos que en el Kangchenjunga
no hay ni una sola roca, todo es nieve
pura y permanente. Ante estas instantáneas, los especialistas del mundo del
alpinismo le dicen que esa no es la cumbre, a lo que ella responde: “Que como hacía muy mal tiempo había hecho
la fotografía 100 mts. por debajo de la cumbre”, lo cual cuestiona mucho su
opinión y se presta a la duda. Dos días después, una expedición que llegó a la
cumbre, encuentran una bandera del club de montaña de esta chica puesta en una
roca y sujeta con cuatro piedras, 200 mts. por debajo de la cima. Ella seguía
asegurando que había llegado a la cima
del Kangchenjunga, por lo que se consideraba la primera mujer en haber
conseguido el record de los 14 ochomil. Su propio club de Corea le insta a que
demuestre que efectivamente había llegado a la cumbre, pero ella sin argumento de
ningún tipo, seguía asegurando que si lo había hecho. Fueron los sherpas los
que aclararon que no había hecho cumbre a causa del mal tiempo. Posteriormente
parece ser que si la ha hecho, pero Miss Elizabeth ante dudosas justificaciones
y que estaba poco claro, también le ha quitado el Manaslu (8156 mts.). Esto del
alpinismo es así de riguroso, si te quedas 5 mts. por debajo de una cumbre no
te la dan como hecha. Nadie puede
llamarse a engaño, ya que se aplican los mismos criterios para todos sea quien
sea.
Como ejemplo
de la rigurosidad que se sigue en todo esto, en el monte Cho Oyu antes de llegar a la cima es como una
explanada muy amplia, completamente llana y que va subiendo progresivamente
pero con muy poco desnivel hasta alcanzar la cota máxima de 8201 mts.. La
diferencia de altitud desde el principio de la zona llana hasta el final donde
está la cumbre, no es superior a los 10 mts., pero la fotografía hay que
sacarla en ese punto si quieres que te lo homologuen, y además que se vea de
fondo el Makalu y el Everest, si no es así se puede prestar a dudas y lo más
seguro es que no validen esta ascensión.
Kilian Jornet,
es un español nacido en Sabadell hace 29 años, es un portento desde que era un chiquillo. Ya desde
muy niño apuntaba unas capacidades propias de los auténticos fuera de serie. A
los 3 años, empieza a subir montañas en los Pirineos, consiguiendo su primer
tres mil, el Tuc de Moliéres (3010mts.), y posteriormente el Pico Aneto (3404
mts.). Con 5 años hace varias cumbres en
los Alpes, entre ellas el Cervino de (4478 mts.) y el Mont Blanc de 4810 mts. Tiene
una gran capacidad para correr largas
distancias en carreras de montaña. Además de practicar el Summits y el
Skyrunning, es un experto y hábil esquiador. Hace unos años se planteó el reto
de subir las 7 cumbres más altas del mundo, corriendo y en el menor tiempo
posible. Ha hecho subidas como la del Kilimanjaro de 5895 mts. (Tanzania), el
Aconcagua de 6961 mts. (Argentina), el McKinley de 6190 mts. Alaska – EE.UU.) y
este año ha subido dos veces al Everest en menos de 6 días, sin oxigeno, ni
cuerdas fijas, ni sherpas. La primera ascensión la lleva a cabo corriendo, desde
el Monasterio de Rongbuk a 5100 mts., tardando 26 horas en el empeño. La
segunda la realiza desde el campo base a 6500 mts., en un tiempo record de 17
horas. Sin duda alguna Kilian Jornet ha sido esta primavera la figura que más
ha brillado en el Himalaya. Sus portentosas hazañas no han pasado inadvertidas
en el mundo del alpinismo. Como esquiador y corredor de montaña ha conseguido
los mayores éxitos en los últimos años, razones por las que el Consejo Superior
de Deportes le concedió el ingreso en la Real
Orden del Merito Deportivo.
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Esta es en
síntesis la trayectoria deportiva de Edurne Pasaban:
Año 1989: Mont Blanc (4810
mts.). Cervino (4478 mts.). Monte Rosa (4634 mts).
Año 1998: Chimborazo. (6310
mts.).
Año 2001: Everest. (8848 mts.)
Año 2002: Makalu. (8465 mts.).
Cho Oyu. (8201 mts.).
Año 2003: Lhotse. (8516 mts.).
Gasherbrum II. (8035 mts.). Gasherbrum I. (8068 mts.).
Año 2004: K2. (8611 mts.).
Año 2005: Nanga Parbat. (8125
mts.).
Año 2007: Broad Peak. (8047
mts.)
Año 2008: Dhaulagiri. (8167
mts.). Manaslu. (8156 mts.).
Año 2009: Kangchenjunga. (8586
mts.).
Año 2010: Annapurna (8091 mt.).
Shisha Pangma. (8046 mt.)
Estos son
algunas de las montañas que forman parte de su currículo como alpinista. Por
supuesto que faltan otras muchas más en esta lista, pero hemos querido reseñar
aquellas, que a nuestro entender son las más significativas. Desde los 16 años
ya apuntaba muy alto, vaya que sí. Con esa edad ya se atrevió con las más
elevadas cimas europeas. Su trayectoria puede calificarse como extraordinaria.
Hay que felicitarla y además sentirnos orgullosos, de que una española ostente
de por vida un record que otras mujeres irán poco a poco consiguiéndolo, pero
nadie le quitará a ella el haber sido la primera en el mundo en conseguir este
record. Enhorabuena Edurne.
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Su entrenamiento,
estriba fundamentalmente en trabajar la capacidad pulmonar. Por las mañanas,
mucha bicicleta y por las tardes correr en la montaña, y un poco de gimnasio
sin abusar de él. Tiene 36 pulsaciones por minuto. Al ascender a cumbres de más
de 8000 mts. las pulsaciones se disparan, llegando en su caso a superar con
creces las 100 pulsaciones por minuto. Cuando se está en la montaña se hacen
mediciones de pulsaciones y oxigeno en sangre por lo menos dos veces al dia.
Los controles tienen que ser muy exhaustivos, puesto que si uno tiene un
saturación baja de oxigeno en sangre y las pulsaciones muy altas, demuestran
que uno está mal aclimatado y hay que poner los medios para regularizar esta
situación, de lo contrario se corre un grave peligro.
La primera vez
que fue al Himalaya, lo hizo con una expedición que se organizó en el Club de
Montaña de Tolosa. Eran 6 inexpertos sin conocimientos de ningún tipo, pero
cargados con una enorme ilusión. Curiosamente en Euskadi son bastante
competitivos, y en aquel entonces, se daba la circunstancia que en Tolosa nadie
había subido a una montaña de 8000 mts., sin embargo en Azpeitia, si. Ese fue
uno de los motivos, aparte de otros, por el que organizamos esta expedición.
Ninguno teníamos experiencia en este tipo de montañas, pero nos habían dicho
que en Pamplona en 1979 un grupo había ido al Dhaulagiri, así que nos fuimos a
hablar con ellos para que nos informaran, y efectivamente nos facilitaron toda
la información que ellos tenían y sobre todo sus amplias experiencias. Ni
cortos ni perezosos, nos fuimos al Himalaya con un montón de cosas, entre ellas
2 bidones llenos de latas de espárragos
que nos habían regalado, que pesaban una barbaridad, pero que con no poco
esfuerzo conseguimos subirlos hasta el campo base del Dhaulagiri. Creo que
todas las expediciones que estaban allí aquellos días, pudieron apreciar y
degustar las exquisiteces de un producto tan vasco. Fallamos en el intento de
coronar la cumbre, pero llegamos hasta los 7500 mts., solo a 667 mts. de la
cima. En mi opinión fue todo un éxito. Allí conocimos una expedición de
italianos, magníficos alpinistas, y yo desde entonces empecé a escalar con
cordadas italianas, con las que aprendí mucho y perfeccioné la técnica de
escalada.
El subir a
cumbres de 8000 mts. no es solo una cuestión de fortaleza física, es mucho más
importante la fortaleza mental. Diría que en una proporción de 75/25. Son
momentos muy duros, no solamente por el frio y las condiciones climáticas tan
críticas y extremas que hay que soportar; es mucho peor estar 40 días en la
montaña, si uno no está preparado y concienciado mentalmente, ya que sin
querer, se empieza a pensar en negativo, maximizar pequeños problemas, y al
final acaba uno desistiendo y marchándose.
El trato con
las mujeres alpinistas en Nepal, es mucho más fácil, puesto que el matriarcado
está mucho más implantado en la sociedad nepalí, que en otros países
limítrofes. La mujer es la que trabaja en el campo, lleva el ritmo del hogar y
cuida a los hijos lo cual le da un status muy importante. Pakistán es
completamente diferente, sin embargo ella tiene que decir que la han tratado
muy bien en ambos países, salvo en una ocasión que vivió un apuro en un pueblo
llamado Chilas, situado en la carretera que va desde Islamabad al glaciar del Baltoro,
en dirección al K2. Este pueblo es muy conflictivo, donde la mayoría de los
hombres van con un kalashnikov por las calles como si fuera algo normal, y
además están muy radicalizados con la cuestión religiosa. Precisamente a
escasos kilómetros de esta localidad fue donde ejecutaron a Osama Bin Laden en
el año 2011. Nos recomendaron que no saliésemos del hotel y que si lo hacíamos
nos pusiésemos un velo tapando la cabeza, que nunca fuésemos en pantalón corto
y algunas otras prohibiciones más. Una noche estaba llamando por el teléfono vía satélite a mi casa, desde el tejado del hotel y de
repente entra en la terraza el dueño del alojamiento, cierra de puerta y no me
dejaba marchar, puesto que quería abusar de mi. Ante esta situación empecé a
gritar y vinieron mis compañeros de expedición y felizmente se solucionó el
problema. Y no soy la única dentro del
alpinismo de mujeres, que ha vivido una situación similar a la que ella vivió. Es
cierto que en principio a los pakistaníes les resultaba extraño que una mujer
liderara una escalada, ahora ya se van haciendo a la idea y lo ven como algo más normal. También hay que
entender sus costumbres, es un pueblo donde las mujeres prácticamente carecen
de ningún tipo de derechos, por lo cual la relación con ellas solamente la
tenía Edurne, y a nadie más se le permitía acercarse donde estaban. El machismo
en Pakistán es algo muy normal, forma parte de la sociedad, donde los hombres
creen que tienen todos los derechos sobre todo con las mujeres que vienen de
fuera. No es que sea algo generalizado, pero es cierto que todavía está muy
implantado en la forma de vida de ellos.
Posiblemente tenga mucho que ver, el hecho de que los nepalíes sean
budistas y los pakistaníes musulmanes.
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China, Nepal,
Pakistán, India y Tibet son los países donde Edurne Pasabán ha dejado su huella
de extraordinaria mujer y de magnifica alpinista. La primera en ascender los 14
ochomiles, proeza que llevó a cabo en solo nueve años.
Su visita a
nuestro Foro ha sido todo un hito, en nuestro empeño de traer a los mejores en
cada especialidad, ella sin duda alguna, ocupa el primer lugar en un deporte
donde solo los privilegiados y los muy capaces tienen cabida.
Gracias por tu
amabilidad Edurne. Muchas gracias.
Por: Luís Yáñez.