MARIANO GARCIA EN LA JAULA DE GATOS.
Fecha: 9 de Mayo de 2018
Lugar: La Posada de la Villa
Cava Baja, 9
M
A D R I D
Asistentes:
Mariano García (invitado), Susana (Sra. de Fernández Bermejo), Mariano
Fernández Bermejo, Sandra Fagil, Jacinto Santos, Tamara Muñoz Calero, Jeremías
de Lozar, Francisco Gutiérrez Jurado, Guillermo Llamas, Ricardo Peidró, José
Ignacio Rodrigo, Leandro Crespo, Carlos Arribas, Emilio Fernández, Félix
Colomo, Antonio Vázquez Muñoz Calero, Luís Blázquez, Vicente Pernas, Carlos
Jardón, Santos Eraso, Juan Fontán, Enrique Chico, Antonio Blázquez, Francisco Hidalgos, Gerardo Viada, Santiago
Pedraz, Julio Sanz, Aurelio García Herráiz, Miguel Muñoz Calero y Luís Yáñez.
Poco a poco, pero con mucha firmeza, vamos cumpliendo los objetivos que
nos marcamos hace ya más de siete años. Lo que en un principio nos parecía una
quimera, en estos momentos es ya una auténtica realidad. Hemos conseguido que la actividad y
el desarrollo de nuestro Foro transmitan valores como vitalidad, energía,
trascendencia, fuerza y sobre todo credibilidad.
Los epítetos
estimulantes, con los que nos gratifican día tras día nuestros seguidores, nos obligan a continuar el camino correcto
para conseguir esa excelencia narrativa de los temas tratados en las tertulias, y
posteriormente verterlos en las
redes sociales, que es donde hoy estamos presentes y prodigamos nuestra
actividad.
Desde que dimos comienzo esta singladura, el objetivo primordial no fue otro, que traer a nuestro Foro a los mejores en su profesión. Hoy el número uno en esta mágica ciencia de la enología, es sin lugar a dudas Mariano García Fernández. Nacido en la que podemos calificar la meca de la Ribera del Duero, Valbuena de Duero, (Valladolid), tierras donde está ubicada la histórica bodega Vega Sicilia, en la que su abuelo fue administrador y su padre encargado de campo.
En esta misma
bodega inició su andadura como enólogo en 1968, después de estudiar Enología en
la Escuela de la Vid y el Vino de Madrid, es decir que con 24 años hizo su
primer vino en Vega Sicilia, permaneciendo ligado a esta bodega durante 30
años, donde siguió y mejoró los pasos del legendario bodeguero Txomin
Garramiola, al que a principios del siglo XX
dieron en llamar el “Mago”, por haber sentado las bases del mítico vino
de esta bodega.
Me vais a permitir que en esta ocasión no siga el orden determinado de cómo se desarrolló la tertulia. Prácticamente me hubiera resultado imposible hacerlo. Todos querían hacer sus propias consultas, y en la mayoría de las ocasiones se repetían las mismas preguntas. Era lógico, ya que el que más y el que menos, como no podía ser de otra forma, quería una aclaración a las muchas dudas que generaba el tema en cuestión.
Y aquí Mariano
García, con gran paciencia y mejor talante, para satisfacción de todos, dio
respuesta a todas y cada una de las preguntas que le fueron formulando. ¡Qué
acierto fue haberle invitado!.
Por muchas y fundamentadas razones, Mariano García
está considerado uno de los mejores y más autorizados enólogos del planeta, de
tal modo que sus opiniones son respetadas y tenidas muy en cuenta, entre los que
realmente son doctos en esta materia y saben lo suyo de este tema. Ha creado
escuela, no solo en su familia, cuyos hijos están implicados con él en este
mundo del vino, sino en varias generaciones que han bebido en la fuente
inagotable de su sabiduría enológica.Su reconocimiento, allí donde quiera que vaya, es incontestable. Premio Nacional de Gastronomía otorgado por la RAG, por el que se le distingue como el mejor enólogo de nuestro país. Gran Cru como artífice de la óptima calidad de los vinos de sus bodegas. Y sobre todo y por encima de cualquier titulación, está la admiración y respeto que le profesan las gentes que frecuentemente saborean la excelsa calidad de sus mágicos vinos.
Es la
sociedad, el pueblo el que da y quita laureles, y Mariano García tiene el
pláceme rotundo de las gentes que avalan la trayectoria de una vida dedicada a
hacer lo que mejor sabe hacer: VINO.
Funda la bodega Mauro en el año 1978 en Tudela de
Duero, poniéndole este nombre en honor y memoria de su padre. Empeña toda su sabiduría, que no es poca, en
conseguir unos vinos de altísima calidad, reconocidos por los paladares más
expertos y exigentes del mundo. Su inquietud creativa e intuitiva le llevan en 1994 a Toro, (Zamora), donde sigue su
estela de éxitos, consiguiendo unos vinos que hoy son bandera y crédito de una
zona que hasta entonces no era la más reconocida por la calidad de sus caldos.
Su bien hacer se argumenta y se sostiene con resultados tangibles, en aquellas comarcas donde ha dejado la huella de su profesionalidad. Estos son algunos de los vinos que ha conseguido: Mauro, Garmón, San Román, Prima, Mauro Vendimia, Mauro Godello, Terreus, Aalto y otros más, donde su mano ha ido dejando la pincelada de su innegable arte, porque conseguir vinos de calidad sabiendo en cada momento que es lo que hay que hacer, sin duda alguna es una cuestión artística, y en esto Mariano García es un verdadero genio.
Su espíritu
inquieto, le impiden detenerse, por eso siempre estará buscando nuevos retos y
desafíos. Ahora nos consta que ha dirigido sus pasos a tierras del Bierzo y de
Galicia, donde está volcado de lleno en conseguir otras calidades que con toda
seguridad estarán entre las mejores de aquellas zonas.
Está
convencido, y así lo afirma, que ha nacido para esto, para hacer vinos, y cree
que no sabría hacer otra cosa. Esto no deja de ser una suposición y un ejercicio
de humildad por su parte, porque haber llegado donde ha llegado, es una prueba
inequívoca de su inteligencia y su genialidad, virtudes que destinadas a otros
menesteres, con toda seguridad le habrían hecho alcanzar las metas que se
hubiera propuesto en cualquier otro sector. De eso no me cabe la menor duda.
Fue una auténtica clase magistral, a la que asistimos
mientras llevábamos a cabo una cata de cuatro vinos distintos, siguiendo las
sabias instrucciones del maestro. La iniciamos con un Prima y un San Román,
ambos D.O. Toro, posteriormente con un Mauro
2016, de tierras de Castilla y León,
y finalizamos con un Garmón, D.O. Ribera del Duero, todos
ellos elaborados por él y de una excelente calidad.
Fuimos
cumpliendo el ritual de la cata de una forma sencilla, pero muy precisa. Lo
primero que nos enseñó fue apreciar el color del vino mediante un pequeño
movimiento de la copa, a continuación detectar
los aromas acercando el vino a la nariz, para valorar la personalidad
del mismo, y al final beber lenta y placenteramente una pequeña cantidad y
saborearla con fruición, para detectar los finos y jugosos taninos, y de este
modo degustar y disfrutar de sus bondades. Puedo aseguraros, que fue toda una
experiencia de lo más grata.
El hecho de que bodegas Mauro, no tenga la denominación de origen “Ribera del Duero”, ha sido durante muchos años motivo de especulación. Alguien con muy poco fundamento y menos conocimiento, asegura que Mariano García no había querido pertenecer a esta D.O. Una zona cuya pretensión inicial no era otra que la de reconocer y considerar unas características determinadas de sus vinos.
Fue muy preciso y nos aclaró las razones por las que su bodega quedó excluida de la citada D.O. Cuando los burgaleses trazan los límites de la denominación de Ribera del Duero, lo hacen con la intención de proteger y potenciar sus vinos rosados (“claretes”), típicos de la zona.
Estos límites llegan a Peñafiel, pero se encuentran con un problema, que la bodega Protos tiene registrada la marca Ribera del Duero, por lo que no la pueden dejar fuera al igual que Pesquera, sin embargo Vega Sicilia y Mauro son excluidas de dicha denominación. A los dos años, el Consejo Regulador de la D.O. Ribera del Duero, se da cuenta que lo que de verdad se demanda es el vino tinto y que salvo raras excepciones, como Protos y Valbuena, no había en la zona bodegas que elaborasen estas calidades, y es precisamente en ese momento cuando se dan cuenta que hay una locomotora que es Vega Sicilia situada en Valbuena de Duero, que se había quedado fuera, por lo que no les queda otra solución que incluirla, cosa que llevan a cabo dos años después de entrar en funcionamiento la Denominación de Origen; pero no la amplían hasta Tudela de Duero, con lo cual Mauro queda fuera, aunque estaba a orillas del río Duero.
La realidad es que Mauro como vino no está dentro del Consejo Regulador por unos problemas burocráticos. Con esto quiere dejar aclaradas las razones por las que Mauro no está dentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero, desmintiendo esa teoría infundada de algunos que aseguraban, que fue él el que no quiso entrar, cuando la realidad fue todo lo contrario.
A su bodega le hubiera favorecido notablemente, puesto que el hecho de pertenecer al Consejo Regulador, le hubiera permitido gozar de subvenciones y promociones que por aquel entonces le hubieran venido muy bien puesto que estaba en pleno lanzamiento de la bodega. Es cierto que el hecho de verse excluido, obligó a Mariano García a buscar entornos y dar un terruño a los vinos de Mauro, que los ha caracterizado y distinguido por su alta calidad.
Su trayectoria
le obligaba a darlo todo y empeñar sus conocimientos en esta nueva singladura. ¿Qué lo ha conseguido?, de eso no me cabe la
menor duda; y a las pruebas me remito.
La denominada Ribera del Duero, está situada en el
corazón de Castilla y León, siguiendo el curso del Alto Duero, a lo largo de
unos 115 kms. y un ancho de 35 kms. Comprende 19 municipios de Valladolid, 4 de
Segovia, 19 de Soria y 50 de Burgos.
La superficie aproximada de viñedos es de 22.530 hectáreas. La variedad de uva más característica es la tinta del país, conocida por Tempranillo, que aproximadamente supone el 90% de la producción, el resto se reparte con calidades como: Cabernet-Sauvignon, Merlot, Malbec, y algo de Garnacha tinta y Albillo, las cuales se han adaptado perfectamente a estas tierras. La Denominación de Origen Ribera del Duero, se constituye definitivamente en el año 1.982.
La superficie aproximada de viñedos es de 22.530 hectáreas. La variedad de uva más característica es la tinta del país, conocida por Tempranillo, que aproximadamente supone el 90% de la producción, el resto se reparte con calidades como: Cabernet-Sauvignon, Merlot, Malbec, y algo de Garnacha tinta y Albillo, las cuales se han adaptado perfectamente a estas tierras. La Denominación de Origen Ribera del Duero, se constituye definitivamente en el año 1.982.
Aparte de datos estadísticos, abundó en su opinión sobre la situación que estamos viviendo en estos momentos. España es el país con más extensión de viñedos del mundo, el tercero en producción, y el tercero o cuarto en consumo interno. Culturalmente el vino en España no se ha valorado como en otros países, quizás porque en cualquier pueblo de la geografía española, se cosechaba vino sin pretensión alguna y lo que es peor, sin cuidar para nada toda la selección y proceso, necesarios para obtener un buen producto. Incluso hubo una época en que pedir una copa de vino entre comidas, no estaba bien visto, todo lo contrario que en Francia, donde tradicionalmente beber un vaso de vino en cualquier momento, era signo de buen gusto. Desde su experiencia, cree que España, tiene un enorme potencial en vinos tintos, que no tiene nada que envidiar a ningún otro país del mundo. Es cierto que nos hemos abandonado durante muchos años, pero ahora estamos en el camino de recuperar ese tiempo perdido, como prueba el hecho de que hoy en España se están haciendo unos vinos que merecen las mejores calificaciones a nivel internacional.
¿Qué es lo que
nos falta? Viajar más y contrastar lo
nuestro con lo que se produce en otras latitudes, y sobre todo y por encima de
todo, creer en nuestros vinos. Es cierto que cuando uno va a Francia y visita
sus bodegas, nos aparece ese complejo de que lo de ellos es mejor, y puedo asegurar que no es así, nuestros vinos
pueden competir con los de cualquier país. Lo que sí es cierto es que los franceses
valoran muchísimo sus vinos, y no es porque sean mejores que los nuestros, sino
porque han sabido aportarles ese “glamour”
y ese “objeto del deseo”, que lo han
sabido difundir muy bien por todo el
mundo, sin quitarles para nada, la gran virtud de que lo hayan sabido hacer
francamente bien. Pero hoy en día, los españoles tenemos la posibilidad y el
potencial de estar al nivel de los mejores, y además con otra ventaja
importante que es la de que nuestros viñedos, están mucho menos castigados que
los de ellos.
Todos los que
se dedican al cultivo y producción de vinos, deben respetar el entorno donde se
plantan las vides. No se puede ir contra la naturaleza. No se debe cambiar el
perfil y el carácter del vino de una zona determinada, manipulándolo lo menos
posible. Hay que darle ese toque de personalidad, que refleje su procedencia. Hay
que tener las ideas muy claras, sabiendo en todo momento lo que se quiere
hacer, no dejándose influenciar por lo que ahora está muy de moda; hacer vinos
para críticos o para gentes que puedan tener un gusto determinado o una
predisposición por intereses comerciales. Hay que volver a los orígenes y hacer
vinos con menos técnica y más auténticos. Hay que mantener lo genuino por
encima de todo. Con estos criterios se podrá conseguir que el vino de una
determinada zona, alcance esa personalidad que todos perseguimos, y esa es
precisamente su grandeza y lo que le da un valor añadido. Porque no se debe
olvidar que el que manda siempre es el vino, y lo único que hay que hacer es saber
conducirlo.
Sobre esa cuestión de establecer
una calificación del vino, como crianza, reserva o gran reserva, es algo que no
entiende nadie y mucho menos los que lo hacen. Felizmente esto se está
acabando, y de hecho una bodega que se precie ya no pone nada en las etiquetas
de sus botellas. Pero todo tiene una explicación. El hecho es que veníamos de
unos años muy difíciles en lo relativo a las cosechas del vino, con un abandono
total por parte de los organismos oficiales de la época, que tampoco tenían
medios ni conocimientos sobre la materia. De hecho la primera zona que empieza
a embotellar sus vinos fue La Rioja, y es precisamente aquí donde se constituye
el primer Consejo Regulador en el año 1926, y posteriormente en el año 1940 se
estructura legalmente, y es en 1970 cuando se aprueba el Reglamento de la
Denominación de Origen.
Por razones
comerciales, entre las bodegas más
antiguas y afamadas de Rioja, deciden establecer cuatro escalas de vino: JOVEN,
del año sin barrica. CRIANZA, con un año de barrica. RESERVA, con dos años y
medio, GRAN RESERVA, cuatro o cinco
años, lo cual justifica de alguna manera un precio de venta más elevado.
También, por aquel entonces, se empieza a investigar sobre la fermentación
maloláctica, que es la conversión del acido málico en acido láctico, por medio
de bacterias que se encuentran en la propia uva, y con lo cual se consigue reducir en el vino la
acidez y que este tenga un sabor más suave,
mejorando así la presentación y
la calidad del vino.
Aquella figura de antaño del químico
responsable de la marcha y funcionamiento de una bodega, vestido con una bata
blanca, que rara vez salía del laboratorio, ha dado paso a un tipo de enólogo
de una imagen totalmente distinta. Hoy el enólogo tiene una responsabilidad
mucho más amplia que va desde la selección de tierras, plantación de viñedos,
elección de variedades, momento óptimo de recolección, selección y verificación
de calidad, dirección de análisis, control
de fermentación de mostos, gestión de crianzas y envejecimiento, así como un
minucioso seguimiento de todo el proceso, hasta que el vino está embotellado y
sale de la bodega con destino al cliente. Estas son la labores que tiene que
llevar a cabo con la mayor
profesionalidad, cualquier enólogo de una bodega que se precie.
Ya no vale
todo, el vino se ha convertido en un producto que necesariamente se ha de
gestionar por profesionales, que son los que con su labor y su especialización determinarán,
si ha merecido o no la pena el esfuerzo que se ha llevado a cabo.
Cree que el maridaje
perfecto de un buen vino es la gastronomía. El vino es placer y el que no lo
entienda así, difícilmente podrá descubrir sus gratificantes bondades, en esos
momentos únicos e importantes que nos ofrece la vida. No es una cuestión de
predisposición el que a uno le guste o no el vino, eso sería motivo de controversia y de polémica, y sobre esto
habría mucho que hablar, ya que es muy cierto que existe un sector de
detractores, con unos argumentos de lo más peregrinos, que nos quieren
convencer que no bebamos vino, pero con teorías sin fundamento alguno.
Ellos se lo
pierden. El vino como he dicho antes es, goce, satisfacción, alegría, deleite y
regocijo; ¿y quien en su sano juicio desperdiciaría estos placeres que nos
ofrece la vida? Una buena mesa y un buen
vino, siempre han sido privativo de los dioses, y por suerte los humanos
podemos ser dioses aunque sea de una forma efímera. Poder vivir estos instantes
con amigos, es un privilegio que soñamos los adictos al buen vino, y que jamás
nos podrán perdonar los que desgraciadamente no han sido capaces de
descubrirlos ¡Buen vino te deseo amigo mío!
En menos
tiempo, participando en un foro, difícilmente se puede dar una información más amplia y concisa sobre
un tema tan complejo e interesante como
es el mundo del vino. Mariano García lo hizo. Fueron más de cinco horas que a
todos nos parecieron muy cortas, porque la profusión de detalles que nos fue
facilitando de una forma amena y al mismo tiempo didáctica, hacía que todos
estuviésemos interesados y muy atentos a sus explicaciones. Fueron momentos
mágicos. El ambiente estaba cargado de curiosidad. Las caras expectantes. Está
claro que todos, sin excepción alguna, teníamos interés por el tema del vino,
como prueba el hecho de que la asistencia ese día, fuese una de las que más
interés ha suscitado, desde los inicios de nuestro foro.
Y yo te digo, amigo, que los que vivimos este día, tuvimos la dicha de habernos sumergido en un mundo de lo más sugestivo y sugerente, que nos ha permitido conocer de cerca algo tan común y cotidiano como es el vino, pero precisamente por esa razón tan normal y frecuente, siempre ha despertado en generación tras generación, una gran atracción e interés.
Nos
desveló secretos que solo alguien como
Mariano García podía conocer. Los puso a nuestro alcance, cosa que nos
permitirá en el futuro tener algo más de conocimiento a la hora de opinar sobre
este tipo de cuestiones, aunque eso sí, lo haremos con mucha más cautela. Nos
habló de la elección de las tierras, de
las calidades de uva más adecuadas a cada terruño, de la selección de las
mismas, de los distintos procesos a seguir, en definitiva, nos fue ilustrando
de una forma muy explícita, la sucesión
de actuaciones que hay que llevar a cabo para conseguir que un vino manifieste
sus mejores virtudes.
Os puedo
asegurar que el día resultó magnífico. Los contertulios mostraron su
satisfacción, por haber sido testigos de una jornada tan completa e
interesante. Mariano García con su categoría humana, con su estilo y con sus profundos
conocimientos fue capaz de introducirnos en este misterioso y esotérico
universo, que desde que el mundo es mundo tanto interés ha despertado en generación
tras generación. Algo debe tener el vino…
Gracias por
todo Mariano. En tu constante peregrinar por toda la geografía española, con
ese objetivo que te caracteriza, de
estar siempre al tanto de las últimas novedades, nos gustaría que hicieses un hueco en tu agenda para que nos acompañes en
las próximas tertulias de nuestro foro. Siempre serás recibido como te mereces,
con los brazos abiertos.
Muchas gracias
y hasta siempre Mariano.
Por: Luís Yáñez