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miércoles, 29 de mayo de 2024

Nativel Preciado en la Jaula de Gatos

 


Presentación Marta Robles (extracto).

Cuando yo conocí a Nativel era ya una periodista ilustrada, una persona enormemente relevante, un referente de la transición y era una mujer muy especial que tenía mucho encanto. Yo llegué de prácticas en la revista Tiempo en el año 87 y no me lo pusieron fácil, sobre todo las mujeres; era un momento complicado por muchas razones y Nativel y literalmente me adoptó y me ayudó y me enseñó. Desde aquel día siempre decimos que ella es mi hija. Nativel ha pasado por las distintas radios y televisiones y lo que siempre destacan todas las personas que han estado a su lado es su capacidad de opinar, de contar la actualidad con un respeto absolutamente increíble y sorprendente que se echa de menos en las tribunas políticas, por ejemplo. Nativel tiene inteligencia, sensibilidad y tiene un enorme sentido común y un enorme sentido del humor y eso hace que todas las personas y todos los medios de comunicación quieran tenerla como parte de su elenco porque inmediatamente engrandece cualquier programa en el que esté. Pero más allá de todo esto, Nativel es una grandísima escritora ganadora de los premios, entre otros, del Lara, Primavera, Azorín y finalista del Planeta. Es un ejemplo en la manera de contar la vida. En su último libro Palabras para Olivia hace una estructura casi policiaca y mezcla como si fueran dos novelas, dos historias, dos vidas y que está lleno de belleza, de música y sensaciones. Lo que diferencia a un buen trabajo y a una obra de arte es la emoción y este libro contiene una enorme emoción. Así que te doy la enhorabuena querida Nativel.


Tertulia. Ideas principales.

-Sin duda considero la amistad como una de mis prioridades pero me estoy quitando de muchas cosas como de opinar al igual que me he quitado del tabaco, del juego y del orfidal que tomaba desde hace veinte años y ahora voy a conseguir quitarme de las tertulias porque realmente las tertulias están lejos de mi carácter y de mi forma de ser. Yo no soy capaz de jugar y siempre he tenido por máxima no decir nada de alguien que no me atreva a decirle a la cara. No me siento capacitada para para poner orden en esta situación política tan enredada. Me he ganado la vida no como politóloga sino con el periodismo que me deja tiempo para escribir qué es lo que me satisface. No he querido hacer carrera literaria sino terapia con los libros como cuando me vengué de un amor tóxico o conté el secreto que un día me confesó un senador. Con cada libro he tenido la necesidad de cortar algo y en mi último libro he vuelto a la infancia, a los primeros aprendizajes y a los lugares donde fui feliz. Pero no es una novela melancólica ni nostálgica, es una novela donde he trasladado todas las emociones que he sentido mientras hablaba de estas cosas con la persona a la que se lo dedico, a mi hermando. Al final lo que más se valora es lo que tenemos más cercano.



-El año que ganó Felipe González en 1982 pensé que se había de algún modo consolidado la democracia. Habíamos vivido una transición muy difícil que salió de puro milagro y cuando ganaron los socialistas fue una demostración de consolidación de una democracia que estaba prendida con alfileres. Fue una noche que tuve muchas emociones y me sentí muy feliz por mí misma y por mi familia que fue represaliada y les hubiera gustado saber que había ganado la alternativa.


-La democracia es como un coche viejo que tiene tiene problemas con las ruedas, con el funcionamiento del motor y que, sin duda, hay que actualizarlo pero no por ello hay que tirarlo o ponerle una ruedas cuadradas. En España hay mucha gente de centro y es moderada. Yo me volví moderada la noche del 23 F que estaba dentro de las Cortes y ese día me di cuenta de que no podía ser tan crítica con la transición ni con un Adolfo Suárez que era muy lento con el proceso de cambio pero que merecía la pena apostar por esa moderación porque lo contrario era volver al terror y a la falta de libertad donde había que leer a Miguel Hernández en la trastienda y donde tu vida peligraba. Yo tuve la suerte de vivir el final de una dictadura para saber valorar lo que tenemos ahora. No soy capaz de analizar lo que está sucediendo ahora y no entiendo, por ejemplo, cómo hay mujeres que votan a sus enemigos ni porqué los argentinos aunque se tenga una democracia defectuosa votan a personas como Milei. Hay que hacer lo posible por arreglar lo que tenemos antes de lanzarnos a la vorágine de volver al pasado y retroceder. Tenemos que dar una vuelta a lo que está pasando y poner de acuerdo a todos los que que creemos en el sentido común, creemos en la democracia con una serie de valores.



-Fernando Arrabal llegó a España y yo lo entrevisté cuando trabajaba en el diario Arriba. Era un tipo muy especial, muy lúcido y con mucho talento. El diario era un mundo muy peculiar, lugar ideal para hacer una tesis para saber lo que eran los falangistas auténticos, los antifranquistas, los monárquicos, los del Opus… Tenías que hablar con una brújula para saber con quién te jugabas los cuartos. Había gente de toda índole y también gente que iba con pistola. Entonces yo hice esa entrevista que fue publicada con unas fotos preciosas y aquel señor de la pistola que se llamaba José Luis de Gómez puso la pistola sobre mi mesa y dijo: “Aquí no queremos ni rojas ni maricones”. Acto seguido me fui de allí y pedí silo en el diario Madrid.



-El periodismo ha cambiado y también sus herramientas sobre todo porque ahora somos muchos. En aquellas épocas nos sentábamos con los diputados en los escaños y charlábamos con Alberti, la Pasionaria, Tierno Galván, Suárez… y era porque había todo tipo de esperanzas al salir de un régimen autoritario y todos queríamos estar a la altura de las circunstancias y lograr la libertad que tanto había ansiado. Los poíticos, los periodistas, los curas obreros, las mujeres de los presos, los universitarios… todos queríamos conseguir las cosas más elementales de las que habíamos sido privados. Todo el mundo hizo un esfuerzo tremendo con valores como la dignidad, la honestidad profesional, el pensar que las cosas servían para algo, que todos juntos podíamos conseguir aquel objetivo de libertad. Cuando las cosas se olvidan si no se defienden, se pierden. Ahora mismo somos muchos y hay una confusión absoluta de valores y de deontología profesional. Todo es un poco espectáculo y hay un fin inmediato que es tener muchos seguidores, ganar mucha pasta y triunfar inmediatamente y esto desvirtúa todo. Estamos en una época de transición donde no sabemos lo que va a pasar. Yo siempre digo que de los laberintos nos sacan por arriba pero siempre hay un cisne negro, algo sucede, a lo mejor hay alguien ahí que hace las cosas bien y lo mejor conseguimos salir de este enredo en el que estamos en este momento.


-Del confinamiento saqué dos conclusiones. La primera, identificar a los que eran imprescindibles: los sanitarios, los que hacían el pan, los transportistas, los que estaban investigando, los agricultores… los que nos sacaban de ese agujero negro. La otra conclusión queda clarísima, mientras estábamos todos confinados echamos mano de la cultura; la música, las películas, la lectura, etc. Esas dos conclusiones me sirven para pensar que hay gente que está trabajando y que no conocemos, que no salen en los periódicos y probablemente todos estén en provincias que es donde está la gente buena, como dicen Vicent. Esta gente está trabajando en el buen sentido y que en algún momento va a poner un punto de cordura en este desastre. Yo confío en esos imprescindibles que son los que siempre salvan las generaciones.


-El periodismo es una profesión necesaria que siempre ha estado denostada. Uno de sus papeles fundamentales es describir cuál es el conocimiento inútil del que hablaba Revel y la necesidad de descubrir la verdad de las
fake news. El periodismo sigue siendo útil más allá de las redes sociales y descubrir la verdad entre tanta mentira y no solo contar lo que pasa a nivel general y en el mundo sino también lo que ocurre en provincias, en lo local, en lo cercano. En la política local también se juegan el tipo por contar la verdad. Pero sin duda, en todas la profesiones mucha porquería, mucho infiltrado con intereses bastardos tratando de manipular y de sacar tajada.


-Hay dos fenómenos que son esenciales y que hay que resolver urgentemente. Uno es el cambio climático donde están sucediendo catástrofes terribles donde nosotros somos los más depredadores de la naturaleza. El segundo son las migraciones que se están produciendo y donde no se enuentran soluciones válidas. Estos dos problemas no son para el futuro, son el presente y nos están afectando diariamente y desde la Unión Europea no se están dedicando los esfuerzos suficientes.


-Los medios de comunicación tienen que tener sentido de la responsabilidad y odontología profesional. Hay que exigir valores y al igual que otras profesiones, arquitectos, jueces, tienen sus colegios profesionales que pueden detectar y sancionar el mal uso de la profesión, hay que exigir también un control de lo que se dice y hace. Yo soy de la generación de prohibido prohibir, luego ya me transformé con la edad, pero hay que volver a rescatar determinados valores aunque me llamen puritana de izquierdas.


-Me parece mucho más digno limpiar letrinas que vender tu cuerpo. Hace mucho tiempo entrevisté en una película de Jorge Grau a prostitutas cuando todavía no estaba extendida la trata de mujeres, ni problemas con la migración pero sí proxenetas. Me contaban que lo ejercían porque tenían que mantener un hijo o personas con problemas estructurales y lo horrible que era. Pero vender tu cuerpo como hacen algunas universitarias no me parece bien aunque el debate es muy complejo.

-Respetar las opiniones de los demás es una de las cosas más difíciles que hay en la vida, el ponerte en el lugar del otro y entenderlo es un ejercicio que yo estoy haciendo en este momento y huyo de aquellos que piensan que solo discuten con los que piensan igual que ellos.





Lista de asistentes.

Nativel Preciado, Marta Robles , Vanessa Monfort, Cristina Carrillo, María Zaplana , Amaya Miñano, Marga Crespo, Verónica Fdez de Córdova , Cata Moreno de la Cova , Tamara Muñoz -Calero, Alejandro Dolz, Javier Ruiz de Assin , Alfonso Martínez de Irujo, Alberto Sánchez, Iván Matamoros, Francesc Guardans, Juan Chaves , Gerardo Viada, Jesús Aguado, Ernesto F. Bofill , Nacho G. Rasina , Santiago Pedraz, Santiago Casares, Manuel Sanz, Paco Hidalgo, Víctor Manuel y Miguel Muñoz -Calero.

Coordinador: Miguel Muñoz-Calero
Resumen de la tertulia y blog: Alejandro Dolz
Fotografía: Tamara Muñoz-Calero e Ivan Matamoros.
Tarjeta invitada: María José Sanz

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