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jueves, 18 de diciembre de 2025

Gabriel Rufián en la Jaula de Gatos

 


Gabriel Rufián en la Jaula de Gatos

Rufián se ha convertido en un puntal clave del independentismo, transformado en un San Jordi renacido lanceando al dragón. Psicología, de contrario, no debe faltar. Tras su árida labor en áreas de recursos humanos y la experiencia en el sector de trabajo temporal -que le confiere ojo clínico para la selección de empleados- no dudo que la aplica a los adversarios políticos para interpretar de qué pie cojean. Con un verbo contundente, bien utilizado y una agilidad envidiable para la ironía, sus discursos no dejan indiferentes a nadie. No deja títere con cabeza cuando se envuelve en el manto de la indignación y la furia contra aquellos partidos que desprecian a la ciudadanía. Esa rabia contenida que suelta, de manera controlada cuando es necesario, define a nuestro invitado de hoy. Y admiro su capacidad de rebelarse contra la injusticia sin dar sosiego al injusto.

Baltasar Garzón



Si uno se limita a hacer lo que se supone que debe hacer, nunca se convierte en héroe. El Sunset limited de Cormac McCarthy.


Yo con mi padre, siempre he tenido una relación complicada. Viejo comunista que me ha inculcado, durante toda su vida, una carga política que me doblegaba la espalda. Con 14 o 15 años no es muy normal saberte las canciones de Víctor Jara antes que las alineaciones del Barça. Y nos peleábamos mucho, aún nos peleamos y solamente teníamos una cosa en común que era la admiración hacia Baltasar Garzón a raíz de lo que hizo con el asesino Pinochet. Durante los veranos de mi adolescencia, esto lo sabe muy poca gente, solamente había el libro en casa de mi abuela, en La Bobadilla, y era el libro de Pilar Urbano que iba sobre Baltasar Garzón. Y me lo leí durante tres veranos seguidos. Baltasar Garzón para mí, y es algo que públicamente no digo mucho, es muchas cosas y todas buenas. Cuando hable con mi padre le voy a decir que hoy Baltasar Garzón me ha presentado.



En el Congreso de los Diputados hay plenos que duran muchas horas y pasan cosas bonitas: se aprueban leyes votadas por formaciones políticas muy diferentes, hay debates ricos, hay cierta cordialidad, etc. Pero muchas veces los medios acaban sacando los cinco o diez segundos donde se producen, a veces, cierta crispación. Por ejemplo el pleno donde se debatía el acoso a mujeres frente a las clínicas abortivas. El pleno duró 8 horas y se aprobó Todo fue bien hasta que un diputado de VOX, juez por cierto, le dijo a una diputada del PSOE desde su escaño “bruja”. El titular de los medios de comunicación fue “pleno crispado”. Y fueron 5 segundos de un debate de 8 horas que, como digo, fue bien. Creo que también hay cierta responsabilidad de los medios en este tema de la crispación. Aunque reconozco que para mí la política es conflicto.



Este país merece una derecha decente, merece un partido de derechas democrático, europeo, moderno y que aislara -y no imitara- a la extrema derecha que, para mí, esa es su victoria: el ser imitado. Y esa derecha debe defender posicionamientos evidentemente diferentes a las que defienden las formaciones progresistas. Y eso debería formar parte de un debate enriquecedor. Pero cuando el líder de la oposición, una persona que aspira a gobernar este país, dice que el presidente del gobierno se enriquece con la prostitución pues tenemos un problema porque me parece que es traspasar una línea terriblemente peligrosa. Creo que, seguramente todos y todas, podemos hacer las cosas diferentes, pero que hay un “asalvajamiento” y hay una normalización y naturalización de ciertas actitudes que son terriblemente peligrosas.



Yo creo que, para bien y para mal, las redes sociales son el poder más influyente actualmente, el que hace decantar la balanza. La parte positiva es que la gente te ve sin intermediarios, sin intereses. Por ejemplo, yo conocía a Pedro Piqueras desde que tenía 20 años, mi hijo no lo conoce; conoce a Vito Quiles. Frente a estos espacios que ocupa este señor, por ejemplo, tienes tres opciones. La primera es tirarle el micro pero creo que es mal negocio. La gente joven no tiene la información que nosotros tenemos, no sabe lo que hay realmente detrás. La segunda opción es callar, pero eso no va conmigo. La tercer es trolear esos contenidos.



En el Congreso hay cierta coordialidad y tienes dos opciones, o ser un borde o un idiota y solo saludar a los que piensan o votan como tú (que puede que alguno sea también idiota) o saber que hay gente de derechas que es maravillosa, yo lo sé. Por dar un ejemplo más extremo, Abascal es un tipo cordial que siempre saluda no como Rivera al que no te podías acercar y ni te miraba a la cara. El Congreso al final es un centro de trabajo en el que te cruzas con gente constantemente.

Yo soy un enfermo de la política, si no no aguantaría. Todos aquellos y aquellas que llevamos cierto tiempo o esto te gusta o no te compensa. Y la crispación ha existido siempre, quizás ahora hay una cierta violencia parlamentaria en las palabras que se dicen. Recordemos el trato que se le dio en su momento a Suárez o a Zapatero. Por otro lado, he visto a un gran periodista como Pedro Jota Ramírez en el balcón con José María Aznar después de ganar las elecciones. Siempre han existido líneas editoriales que apuestan de forma inequívoca o de forma sincera por una opción política o por otra, y eso está bien. Luego ya vienen opciones absolutamente indecentes. Para mí la diferencia, hoy en día, es que los partidos y los medios de comunicación están en entredicho y eso antes no pasaba. Y veo poca esperanza. En el 15M pareció que sí la había, pero ahora hay una especie de 15M de ultraderecha y no hay un horizonte claro. Pero conozco a periodistas jóvenes que tienen muchas ganas de hacer las cosas bien y también sé de políticos -de partidos muy diferentes- que quieren hacer las cosas bien. En definitiva, no estamos tan mal.

Durante toda mi trayectoria política, que son diez años, he conocido un montón de cuentacuentos. Y lo único que puedo decir es que lo revolucionario es ser normal y creértelo. Cuando deje la política, una de las cosas que a las que me gustaría dedicarme es ayudar a otros a comunicar mejor; enseñarles que no hace falta que se pongan en una pose determinada, que intenten no leer un argumentario determinado y que busquen ser ellos y ellas y pensar por sí mismos; en definitiva transmitirles que tienen que tener cierto bagaje vital. Hay muchos compañeros y compañeras que hablan de cosas que no han vivido o no se han interesado por conocer realmente y no empatizan con la gente. Yo nunca he hecho un cursillo de oratoria pero sí me ha interesado mucho. Escuchaba, por ejemplo, las ruedas de prensa de Rubalcaba cuando tenía 25 años porque era un extraordinario orador.



Se dice que la política es conflicto como lo es el fútbol y la religión. Nosotros estamos constantemente hablando sobre algo que nos confronta, a veces de formas no adecuadas. A mí cada vez me interesa más la gente que piensa diferente a mí y puedo escuchar sin problemas a alguien que piense diametralmente diferente a mí con el límite o la frontera de los derechos humanos. Alianza Catalana es un partido inequívocamente con posiciones muy reaccionarias y fascistas pero es un regalo en cuanto a confrontación para que nosotros seamos capaces de contraponer nuestras ideas con la cara más fea de Cataluña. Durante muchos años, los catalanes nos pensábamos que éramos maravillosos y que no había fachas. De hecho, creíamos que los catalanes éramos un país de izquierdas y luego siempre ganaba Convergencia. Pero hay gente que no le gusta el conflicto. Me gustaría hacer política en Cataluña solo por confrontar con Orriols y decirle dos cosas. La primera que no es patriota porque no puedes odiar a la mitad de tu patria y la segunda es que no es valiente porque nunca la verás meterse con un gran tenedor, con un gran fondo de inversión.


Para mí Podemos ha sido un ejemplo en muchas cosas. Creo que el mejor de nuestra generación es Pablo Iglesias, un tipo con una mente de diagnóstico brillante. Pero no siempre estamos de acuerdo y ellos deberían entender que no pasa nada si confrontamos. El primer conflicto que yo tuve con ellos es cuando el famoso debate del aumento de gasto en defensa. Yo dije algo que me parecía de perogrullo. El “no” a la guerra lo comparto, la pancarta la llevo, pero hay que ir más allá. El mundo es como es, y aunque yo no estoy de acuerdo con más gasto militar, sí creo que hay que tener un discurso en torno a esto, no negarlo, ni llamarle “señor de la guerra” al presidente del gobierno. Porque me parece que eso no lo compra ni mi madre, que era del Partido Comunista.



Con Carmen Chacón fui muy injusto. La critiqué muchísimo, coincidimos durante una campaña electoral, ella siempre se portó bien conmigo y yo no me porté casi nunca bien con ella. Recuerdo que la noche que murió yo hice un tuit criticándola. Me me pregunto todavía si leería ese tuit, se lo comenté a Évole en la entrevista. Me gusta recordármelo como uno de los grandes errores de mi vida política.


Lista de asistentes:

Gabriel Rufián, Ana Morales, Carmen Posadas, Cata Moreno de la Cova, Espido Freire, Dolores Delgado, Lola Fdez Ochoa, María Noguerol, María Zaplana, Marta G. Cassina, Shanna Al Sahoud, Susanna Griso, Marta Robles, Xisca Ramis, Baltasar Garzón, Borja Puig de la Bellacasa, Celso Arango, Alejandro Dolz, Eduardo Rodrigo, Guillermo Chico, Gonzalo Santaolalla, Edmundo Gil, Fernando Puig de la Bellacasa, Iván Matamoros, Julio Rodríguez, Jaime Porras, Luis Enríquez, Enrique Chico, Jesús Aguado, Miguel Muñoz-Calero JR, Joaquín Bernaldo de Quiroz, Miguel Bernáldez, Pedro Piqueras, Santiago Pedraz, Tony Hernando, Sergi Tarrés, Gerardo Viada, Víctor Manuel y Miguel Muñoz -Calero.


Coordinador: Miguel Muñoz-Calero.

Resumen de la tertulia y blog: Alejandro Dolz.
Fotografía y grabación: Iván Matamoros. Tamara Muñoz-Calero.
Tarjeta invitación: María José Sanz.


viernes, 21 de noviembre de 2025

Amaya Mendikoetxea en la Jaula de Gatos

 


Amaya Mendikoetxea en la Jaula de Gatos


Amaya es una persona discreta, honesta y con un gran coraje y la fuerza. Y sobre todo, una gran defensora de la universidad pública.
                                                                                Ernesto Fernández Bofill



La universidad en la encrucijada, autonomía, bien común y futuro democrático.


Hace un par de semanas, la revista Nature dedicaba un número especial a las universidades y lo titulana They made the modern world, now they must survive it, “Construyeron el mundo moderno y ahora deben sobrevivir a él”. Y este titular creo que resume muy bien la paradoja actual. Las universidades han sido motor de la modernidad, sobre todo desde que se incluyó la investigación y la generación del conocimiento como una de sus misiones fundamentales. Este es el modelo que se siguió en España en la gran expansión de las universidades públicas en los años 80. Hoy, estas universidades se enfrentan a desafíos sin precedentes. Por un lado están las presiones financieras; por otro las actuaciones políticas que atacan la autonomía y la libertad académica; otras son las tecnológicas con la extensión de la inteligencia artificial que en cierto modo pone en cuestión la labor del investigador, del docente y del profesional; presiones sociales con una creciente desconfianza hacia la ciencia donde el conocimiento experto está bajo sospecha; presiones que tienen su origen en el populismo que fomentan la polarización, cuestionan la legitimidad de las instituciones académicas y sobre todo alimentan esa desconfianza hacia el conocimiento científico. Y lo que está ocurriendo en las universidades es simplemente el ejemplo de una tendencia global que es la erosión de los pilares que estructuran nuestra vida común.



La Universidad Autónoma de Madrid surge en 1968 en un contexto de masificación de las aulas en España y donde todavía existían estructuras muy rígidas y con escasa autonomía. Y surgió con el adjetivo de “autónoma” (como la de Barcelona y la de Bilbao o del País Vasco) porque a estas tres universidades se les dio una enorme libertad para contratar profesorado (muchos estaban en Estados Unidos y en otras regiones) y fundar una universidad realmente investigadora. En cierto modo, la Autónoma de Madrid se adelantó al concepto de autonomía universitaria que luego ha protegido la Constitución donde se garantiza la libertad de pensamiento básicamente.


Las universidades producen el 70% de la investigación española. Y en Madrid de cada euro que invierte la Comunidad de Madrid en la universidad pública, se retorna alrededor de 6 € a la sociedad en productividad, en bienestar, en impuestos, etc. Pues gracias a esa expansión de los años 80 y 90, y al compromiso de quienes defendieron en ese momento la ciencia y la cultura, incluso en las peores circunstancias, hoy millones de familias pueden decir que la universidad les cambió la vida. Y también cambió el país. Fue una enorme aportación a la sociedad democrática que necesitaba todo tipo de perfiles profesionales.



Pero con la crisis de 2008, donde la financiación universitaria cayó un 20% (en Madrid un 30%) y ahora, en términos de inflación, estamos en un 25% por debajo, la situación nos obliga a tener congelación de plantillas, precariedad, infraestructuras degradadas y una capacidad limitada para planificar a largo plazo. Madrid se ha convertido en el epicentro de la atención universitaria. Y aquí se da un cóctel perfecto. Por un lado una financiación insuficiente (en relación al PIB es de un 0,76%; en Madrid de un 0,47%). Por otra parte la explosión del sector privado. En el sistema universitario español en este momento hay 50 universidades públicas, ninguna después de la Politécnica Cartagena y 47 privadas. Y en Madrid la diferencia es 6 públicas y 14 privadas. La educación superior es un enorme negocio. Los ingresos anuales del sector privado este año han alcanzado 2.745 millones de euros. Su tasa de rentabilidad es alrededor del 10%. Como comparativa, la Universidad de Alfonso X Sabio recibe 2.000 millones de euros de un fondo de inversión y tiene 18.500 estudiantes. Las seis universidades públicas de la Comunidad de Madrid recibimos de la Comunidad 1.200 millones de euros y tenemos 200.000 estudiantes.



Y en tercer lugar, existe un interés político en erosionar los campos universitarios y esto va más allá del interés económico. Estamos asistiendo a un asalto frontal de las condiciones que hacen posible el pensamiento libre. Un ejemplo son las actuaciones de Vito Quiles que forman parte de un plan programático para, de alguna manera, mermar estas instituciones, desprestigiarlas, crear un clima de sospecha y que pierdan su condición de puntos de anclaje, de bastiones de estabilidad en un mundo cada vez más inestable. En este contexto podríamos hablar también de la ley autonómica. Es una ley que no corrige, sino que agrava, que también dibuja una universidad bajo sospecha, que gestiona mal sus fondos públicos y por lo tanto hay que colocarles una oficina de intervención, que aparece en la ley, que son díscolas, y por lo tanto hay que imponer una serie de sanciones, que aparecen en la ley, que son endogámicas, por tanto la ley obliga a que los doctores se desvinculen de la universidad antes de ser contratados y a la vez se devalúa su poder sumiéndolas dentro de un paraguas muy amplio de educación superior en la que está la FP, la educación artística, la educación deportiva, las escuelas de negocios, etc. Esta ley, debilita la autonomía universitaria, impone obligaciones unilaterales, equipara a las públicas y privadas sin igualdad de exigencias, incrementa el control político y económico, penaliza la captación y retención de jóvenes doctores y no garantiza una financiación estable ni objetivos de calidad.



Mirando al 2040, que debería ser un poco el objetivo, lo que tenemos son retos enormes y oportunidades extraordinarias como son la inteligencia artificial, la educación híbrida, la ciencia abierta, la sostenibilidad, la internacionalización… Pero solo las podremos aprovechar si defendemos tres principios, que son la autonomía académica, la financiación suficiente estable y la igualdad de oportunidades reales. Lo que está en riesgo es el pensamiento crítico, la ciudadanía libre y la propia democracia. Desde la universidad tenemos que llegar más a la sociedad, tenemos que explicar mejor qué se hace en ella y tenemos, de alguna manera, que combatir la idea extendida de que somos unos privilegiados y unos vagos que recibimos dinero público.


Lista de asistentes:

Amaya Mendikoetxea, Ángeles Heras, Ana Rosa Semprun, Hilda Jiménez, Laura M. Sanz, María Zaplana, Marga Crespo, Marta G. Cassina, Patricia Martínez, Cata Moreno de la Cova, Shanna Al Sahoud, Xisca Ramis, Alfonso Mtnez de Irujo, Carlos Martínez, Chema Gredilla, Ernesto Fdez Bofill, Celso Arango, Gerardo Viada, Germán Gamazo, Francesc Guardans, Iván Matamoros, Luis Puente, Juan Chaves, J. M. Padilla, Jaime Porras, Miguel Bernáldez, Nacho G. Radina, Santiago Pedraz, Miguel Muñoz -Calero.

Coordinador: Miguel Muñoz-Calero.

Resumen de la tertulia y blog: Alejandro Dolz.

Fotografía y grabación: Iván Matamoros.

Tarjeta invitación: María José Sanz.


jueves, 23 de octubre de 2025

Elsa Punset en la Jaula de Gatos

 


Elsa Punset en la Jaula de Gatos

En un mundo acelerado, donde el estrés y la ansiedad parecen inevitables, Elsa nos ofrece algo distinto: Una pausa. Una reflexión. Una invitación a reconectar con lo que sentimos… y a usarlo como fuerza. Elsa Punset no nos da respuestas mágicas. Nos da algo mejor: preguntas poderosas. Y nos da el coraje, la claridad y la conciencia para transformar nuestras emociones en acción. Ella defiende que las emociones nos influyen, nos gobiernan… pero también pueden liberarnos.” 

Alejandro Dolz

Elsa Punset y el poder de las emociones




He creado una fundación llamada Fundación Punset Terraviva y lo que hacemos es tender puentes entre el bienestar humano y la naturaleza. Soy británica de nacimiento y de formación, en Gran Bretaña y en los países nórdicos se utiliza muchísimo la prescripción social y natural y la jardinería terapéutica. Hay todo un tejido social allí que hace que eso sea fácil. En España hay que empezar desde cero y la fundación se ha creado para poder traer, al igual que comencé con los primeros programas de inteligencia emocional en este país hace 20 años, la prescripción social y natural a este país.


Sin duda tenemos todavía muchísimos retos por delante. El primero sería llegar a ser humanos; los humanos solemos ser violentos y no lo reconocemos pero sí, somos violentos, nos cuesta mucho llevarnos bien, somos gente dura, tenemos un cerebro programado para sobrevivir. Si estamos en las condiciones adecuadas, somos muy buenos ayudándonos y colaborando, pero con poco que se tuerza la situación, tenemos inclinación a hacer daño. Poseemos un cerebro muy antiguo y un desfase absoluto entre el cerebro humano y la sociedad en la que vivimos y sus demandas. Y ahora nos llega el sunami de la inteligencia artificial. Nosotros, que durante siglos culturalmente nos hemos puesto en el centro del universo, que hemos tenido derecho a explotarlo todo, que hemos sido los más inteligentes y los más productivos, de repente hemos creado una especie no biológica, más inteligente y más productiva que nosotros. Entonces ¿qué nos queda a nosotros por hacer, de qué servimos si incluso para las cosas más creativas típicamente humanas, como componer una sinfonía o escribir una obra de teatro, lo va a hacer mejor la IA? Tendremos que plantear una reflexión colectiva ante esa capacidad antigua que tenemos de autodestruirnos.



Otro reto que tenemos los humanos en encontrar la forma de llevarnos mejor, de ser cada día un poquito mejores y, como dice Aldous Huxley, de ver que solo hay un rincón en el mundo que puedes cambiar y ese eres tú. La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross decía también que cada día tenemos que enseñar a nuestros hijos a elegir entre el amor y el miedo, los dos grandes pilares humanos, las dos grandes capacidades humanas, amor o miedo. Yo creo que estamos en un momento histórico muy interesante, pero en el que vivimos en una sociedad que se ha equivocado en algo, ha creado un sistema capitalista que se nos ha ido de las manos. Este sistema capitalista básicamente se basa sobre la explotación del placer; es decir, los humanos hemos caído en manos de confundir el placer -que vive en el cerebro reptiliano, que es un instinto muy fuerte, muy adictivo- con la alegría o con la felicidad, que están en parte diferentes del cerebro y que esta sociedad ha dejado abandonadas. Nosotros necesitamos de esta búsqueda de la trascendencia, de la alegría, de la relación con el otro. Vivimos en una sociedad donde nuestros vínculos son cada vez más frágiles, donde tenemos cada vez menos tiempo de escucharnos a nosotros mismos y esto crea un enorme vacío. Nunca hemos tenido tantos problemas de salud mental a edades tan tempranas. Tendremos que pensar qué falla en nuestra sociedad y qué tenemos que reconstruir. Así que cuando escribí Alas para Volar, lo escribí desde el punto de vista más humano.



Los que somos optimistas nos ha tocado la lotería. Lo que nos dice la ciencia es que las personas optimistas suelen tener más amigos, son muy atractivas, tienen mejores trabajos y se ganan mejor la vida, suelen tener más salud y mayor longevidad. Entonces, ¿qué es lo que hacen los optimistas que no hacen los pesimistas si básicamente tenemos todos los mismos problemas? El pesimista ve un problema y dice que no puede hacer nada, se cruza de brazos, es pasivo. Es un poco como está ahora la sociedad. Una sociedad solo cambia con el esfuerzo de millones de personas, de millones de acciones, con mucho optimismo. El optimista mira el futuro con esperanza e intenta cambiar aquello que no le gusta. Los humanos aprendemos por imitación. Si quieres ser más optimista, pégate a un optimista. En este momento histórico que vivimos, en el que necesitamos salir de esta especie de espiral adictiva de placer en la que vivimos, que crea pico de placer y pico de dolor, tenemos que repensar lo que significa ser humano y cómo podemos llegar a dar lo mejor de nosotros mismos.



¿Qué le pasa al cerebro? Que es un cerebro muy antiguo y un cerebro que nació para un mundo muy peligroso, en el que la vida era muy corta y donde se pasaba muy mal. De hecho, no había justicia tampoco. Era un cerebro programado para sobrevivir. Generamos muchos más pensamientos negativos que positivos. Hay un gran neurólogo, Daniel Siegel, que dice que el cerebro es como un velcro para lo negativo, teflón para lo positivo. No recuerdas lo positivo porque no es útil para la supervivencia según el cerebro programado para sobrevivir. Lo primero que hago cuando intento enfrentarme a emociones negativas es buscar lo que me da más alegría, lo que me hace más feliz y también lo que me distrae porque la distracción es una excelente forma de salir de las tormentas.


Ha muerto Jane Goodall hace unos días. Ella quería trabajar con cualquier especie no humana y lo hizo con los chimpancés que genéticamente son prácticamente iguales a nosotros. Y ella se ha pasado la vida explicando que los humanos tenemos que darnos cuenta de que no somos diferentes del resto de las formas de vida que nos rodean. Yo hice lo mismo con un gorrión caído del nido. Me he sorprendido con la personalidad del gorrión, con las ganas de vivir. Yo intentaba darle muchas jeringuillas al día. Los gorriones tienen que comer continuamente si no se mueren. Un día empezó a hacer algo muy gracioso, yo le metía la jeringuilla en la boca y el rechazaba la comida porque ya no la necesitaba. Así que, de este pajarillo, aprendí que al final todos somos muy similares. Monté la Fundación Punset Terraviva después de la crianza del pájaro y, de alguna forma, me volvió a conectar conmigo misma, me dio mucho tiempo para pensar. Y reconocer sus ganas de vivir fue algo muy positivo. Ese fue el arranque del libro en el que hago un recorrido por cómo no podemos vivir los humanos con las alas rotas y cómo los humanos tendemos a resignarnos. Los pájaros o mueren o salen adelante. No es fácil vivir, hay muchas condicionantes, y he querido reflexionar sobre todo ello.



La felicidad es subjetiva y depende mucho más de cómo ves tu vida y qué valores encuentras en ella. Y para esto no puedes estar encerrado en un sistema capitalista de placer repetitivo, agotador, frustrante y muy adictivo. Aunque tengas una vida estupenda, aunque no te pase nada terrible, básicamente en la vida humana se producen pérdida tras pérdida: los amigos, los hijos cuando se van, la enfermedad, los amores averiados. Hemos vendido a las nuevas generaciones una felicidad que no es real y se encuentran frustrados, no encuentran el propósito, el sentido y no han entendido el sentido de ser humanos. Somos muy duros con nosotros mismos, tendemos a no aceptarnos porque pensamos que somos imperfectos y tendemos a no aceptar a los demás por lo mismo. El primer capítulo de mi libro lo he llamado “Puedes superar tu infancia”, porque creo que hay que mirar a la infancia y entender todos los problemas que se derivan de ella. Y saber que tenemos la fuerza de superarlos, no arrastrar una vida heredada y unos valores heredados toda la vida. Siempre estamos buscando estándares de perfección que son imposibles, que no son humanos.



Recomiendo a Jonathan Haidt y su libro La generación ansiosa. Lleva años investigando qué hemos hecho dándoles un teléfono móvil a nuestros hijos con toda la basura del mundo que hay dentro y, por otro lado, cuidándoles muchísimo de que no salgan de casa y que no les pase nada. Pero eso sí, que accedan sin control a la pornografía, la violencia, los insultos de las redes sociales. Esta generación está muy tocada. Ahora estamos empezando a reaccionar. Los niños tienen, sin duda, problemas con las redes pero las chicas aún más con graves desajustes con la autoestima y todo la carga de frustración que arrastra lo físico y el deseo de agradar.



Cuando somos niños tenemos mayor facilidad para la felicidad porque vivimos en el presente. No olvidemos que nuestro cerebro está programado para sobrevivir y tendemos a mirar al futuro y al pasado. Los neurólogos hablan mucho de esto, de la necesidad de hacer mindfulness. Es simplemente volver a centrar la atención en el presente. Es agotador estar siempre pensando en el futuro, siempre pensando en el pasado y con el sesgo negativo. Hay muchas formas de ansiedad; una es el miedo al futuro adelantado.



Hay un estudio muy conocido que se llama el estudio Harvard que ha durado más de 80 años y que ha intentado responder la causa que nos hace envejecer mejor, a tener una mejor salud cognitiva, salud mental, salud emocional, salud física. Y pensaban que sería algún indicador físico que había que encontrar. Y no; lo que más salud nos da a los humanos es la calidad de la relación. Este país nuestro en el que vivimos cumple afortunadamente en gran medida esa función social.



Jung, que es uno de los pocos sabios que hemos tenido en Occidente, dice que la primera mitad de la vida es un error gigantesco e inevitable. ¿Por qué? Porque no vives tu vida. Vives una vida heredada y repites los errores de los demás. ¿Por qué repetimos errores aunque cambiemos de pareja, de trabajo, de entorno? Porque no has acudido a mirarte, a entender qué patrones has acumulado, qué hábitos tienes. Entonces él dice que la segunda mitad de tu vida empieza el día en que eres consciente. Yo reacciono así, pienso así, digo esto, porque fue lo que aprendí. Y yo puedo salir de esto, puedo superarlo. La segunda mitad de la vida no es un momento cronológico. Puedes tener cien años y no llegar a vivir una vida consciente. Puedes tener veinticinco años y estar en la segunda mitad de tu vida si eres suficientemente consciente. Yo creo que es muy bonito como concepto y tiene toda la razón.


Lista de asistentes:

Elsa Punset, Tamara Muñoz -Calero, Ana Rosa Semprún, Amaya Miñano, Ana Meras, Beatriz Sanz, Dulce Ortega, Paloma Aranzadi, Eva Ortega, Cata Moreno de la Cova, María Mañas, Marga Crespo, Marta G. Cassina, Lourdes Fernández Aja, Patricia Melgarejo, Paula Samán, Silvia Hernández, Shanna Al Sahoud, Iván Matamoros, Celso Arango, Jesús Aguado, Guillermo Chico, Nacho G. Rasines, Ernesto F. Bofill, Gerardo Viada, Luis Álvarez Cervera, Luis del Río, Miguel Bernáldez, Luis Puente, Santiago Pedraz, Tony Hernando, Juan Chaves, Ricardo Rodríguez y Miguel Muñoz -Calero.

Coordinador: Miguel Muñoz-Calero.

Resumen de la tertulia y blog: Alejandro Dolz.

Fotografía y grabación: Iván Matamoros.

Tarjeta invitación: María José Sanz.